Dos jóvenes apodados Chuno y Porteño, detenidos desde hace casi dos meses, fueron procesados por el homicidio de Maximiliano Rodríguez, más conocido como Quemadito o Hijo del Quemado, quien fue asesinado de un balazo en la cabeza el 5 de febrero pasado en el cruce de avenida Pellegrini y Corrientes. De acuerdo con la resolución del Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación, los dos sospechosos fueron encontrados probables coautores del delito de homicidio triplemente calificado por el uso de arma de fuego, alevosía y el concurso de dos o más personas. Además, el magistrado a cargo de la investigación –Javier Beltramone– ordenó que se le tome declaración informativa a Diego “Panadero” Ochoa, ya que diversos testimonios lo relacionarían con los sospechosos.
“Las pruebas que se logran producir son escasas en cantidad, mas no escasas en calidad”. De este modo, el juez Beltramone da inicio a una resolución a través de la cual se procesó a dos jóvenes por el homicidio del Hijo del Quemado. Hecho que, para el magistrado, está enmarcado “dentro del narcotráfico, el lavado de dinero y una permanente disputa jamás finalizada sobre un supuesto liderazgo y/o control de la denominada barra brava del club Newell’s Old Boys”.
El testigo clave para la detención de los dos sospechosos fue el padre de la víctima. En su declaración testimonial, Sergio “Quemado” Rodríguez (preso por el triple crimen de villa Moreno) dijo que Maxi le había dicho que gente allegada al Panadero había pagado dinero para que lo mataran.
Ataques relacionados
De acuerdo con sus conclusiones personales, el padre de la víctima fatal supuso que el primer ataque que sufrió Maxi (cuando recibió balazos en las piernas el 27 de enero en Coronel Arnold al 3200) y el segundo (cuando fue asesinado) están relacionados.
En la misma declaración, el Quemado se atrevió a vincular al Panadero Ochoa (actual líder de la barra brava rojinegra) con los familiares de las víctimas del triple crimen de villa Moreno –ocurrido el 1º de enero de 2012, por el cual él está detenido a la espera de un juicio oral–, a quienes definió como los “posibles enemigos” de Maxi, ya que “le tenían bronca”: unos por la muerte de los jóvenes militantes; el otro por un episodio en que el Hijo del Quemado sacó corriendo al Panadero de la tribuna leprosa.
En este sentido, el Quemado expresó que los autores del crimen serían dos jóvenes apodados Porteño y Chuno, ambos vinculados con la barra brava de Newell’s y el Panadero. En efecto, poco menos de un mes después de que el Quemado declarara ante la Justicia, fueron apresados Sergio Federico A., alias Chuno, de 26 años; y Héctor David R., conocido como Porteño, de 22.
El asesinato del Hijo del Quemado ocurrió la tarde del pasado 5 de febrero en el cruce de avenida Pellegrini y Corrientes. El muchacho, de 26 años, que se encontraba junto con su novia, Sofía L., caminaba con dificultad, ya que debía desplazarse con muletas a causa de las heridas sufridas en las piernas unos días antes cuando fue baleado en la puerta de la casa de su suegra.
Allí, a pocos metros del departamento que alquilaba desde que había salido de la cárcel, a fines del año pasado, fue baleado a quemarropa. Según reveló luego la autopsia, un proyectil le ingresó por la región parietal posterior derecha y le destruyó gran parte de la masa encefálica.
“Los de la barra de Newell’s”
Varios de los testimonios recolectados por el titular del Juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación, Javier Beltramone, indican que tras el hecho la novia del Quemadito, Sofía L. –que más tarde fue indagada por los delitos de encubrimiento, tenencia de armas y asociación ilícita; y quedó detenida con arresto domiciliario por no prestar la colaboración suficiente en la investigación–, dijo que los autores del ataque habían sido “los de la barra de Newell’s”.
“Se ha podido establecer que Sergio A. era socio del club; y que Héctor David R. es una persona de extrema confianza de (Panadero) Ochoa”, entiende el juez en este sentido.
Además, en el fallo, Beltramone destaca que, tres días después del homicidio, el Panadero envió un mensaje de texto desde su teléfono en el cual daba cuenta de que había hablado con su abogado para arreglar la “presentación espontánea de David”. El magistrado entendió que se trataría de Héctor David R., conocido como Porteño.
“El Panadero se preocupa por la defensa de R. mucho tiempo antes de que se ordenara la detención”, reza el acta de procesamiento.
Otro de los elementos que el juez tuvo en cuenta fue el relato de un cuidacoches que presenció el ataque al Quemadito, quien describió la moto en la que huyeron los atacantes, similar a una que luego le fue secuestrada a Sergio A., alias Chuno.
Durante los allanamientos en las viviendas de los dos imputados se secuestraron autos y motos de alta gama.
De estos destacan dos, uno perteneciente a cada uno de los sospechosos, los cuales fueron adquiridos un mes después del homicidio del Quemadito.
Ninguno de los imputados pudo justificar ingresos para obtener bienes de semejante valor. Para Beltramone, esto es señal de “la existencia de una promesa remunerada”.
En base a estos elementos, el juez resolvió procesar a los dos imputados como coautores del delito de homicidio triplemente calificado por el uso de arma de fuego, alevosía y el concurso de dos o más personas.
Además, en base a la prueba colectada, Beltramone ordenó que se le tome declaración informativa al Panadero Ochoa.