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Procesan por homicidio a un sobrino de Pimpi

El juez Juan Donnola lo consideró coautor de la muerte de Maximiliano Nota, ocurrida en agosto pasado.

Un sobrino de Roberto “Pimpi” Caminos, el asesinado ex líder de la barra de Newell’s, de 22 años y apodado Tetu, fue procesado como coautor del homicidio de Maximiliano Nota, un muchacho de 19 años que recibió cinco disparos a comienzos de agosto pasado en la plazoleta Rodolfo Walsh, ubicada en Isola al 300 de la zona sur. Los disparos se le atribuyeron a su primo A., hijo menor de Pimpi, quien quedó desvinculado de la causa penal porque tiene menos de 16 años.

El crimen del adolescente fue perpetrado minutos después de un roce entre bandas en una zona en la que está naturalizado ver a pibes armados resolver conflictos a los tiros, en la tarde del viernes 5 de agosto pasado.

Esa tarde, un grupo de unos diez muchachos que estaba reunido en la plazoleta de calle Isola fue atacado a tiros desde un auto rojo (en el que según la investigación iban uno de los hijos de Roberto Pimpi Caminos, su primo y otros dos masculinos), pero los muchachos de la plaza repelieron los disparos.

El intercambio de plomos provocó la rotura del vidrio de un colectivo y obligó a desviar al vehículo agresor, que sufrió un desperfecto mecánico y fue abandonado a las pocas cuadras.

Pero pocos minutos después, los dos primos volvieron al lugar a bordo de una moto, reza la acusación: Tetu, que conducía el rodado, clavó los frenos al toparse con tres de los pibes de estaban un rato antes en la plazoleta, señaló a uno y –según testigos– dijo: “Tirale a ese”.

Su acompañante se bajó y disparó cinco veces contra el cuerpo de Maximiliano Nota, conocido en el barrio como Pipi, que murió tras recibir cuatro tiros en la espalda y uno en el antebrazo.

Así relataron los hechos varios testigos de la causa investigada por el juez de Instrucción Juan Andrés Donnola, quien esta semana procesó a Gustavo Ezequiel C. como coautor de homicidio calificado por la participación de un menor y convirtió en prisión preventiva su detención y además trabó un embargo sobre sus bienes hasta cubrir la suma de 250.000 pesos.

Territorios sagrados

La frialdad con la que fue ejecutado Nota y los difusos móviles del crimen causaron una suerte de impotencia en la zona pero poco tiempo después se logró vencer el miedo que caracteriza a los testigos, ya que esta vez rompieron el tácito pacto de silencio que impera en ese sector de la zona sur.

“El que disparó fue el hijo de Pimpi. El que le dio la orden fue el Tetu”, dijo uno de los testigos presenciales del homicidio que enmarcó el crimen en una cuestión de territorio tras explicar: “Calle Gutiérrez divide el barrio Municipal que es donde vivía el Pimpi Caminos y barrio Fonavi, y siempre hubo bronca entre los dos barrios. Maxi Nota tiraba berretines contra los otros barrios, le decíamos que dejara de hacer boludeces pero él seguía y por ahí los otros se enojaban, no sé si pasa por ahí la bronca. Además en la plaza empezaron a venir gente de otros lados, venían los carteludos (los que tienen facha de choros, etc.) y cuando ellos venían, nosotros nos íbamos; también venían y se juntaban con nosotros los del barrio Universitario, los de Torres Blancas y nosotros del Fonavi”, dijo uno de los testigos en sede judicial.

Otro de los declarantes agregó: “Fue por una cuestión de territorio: la novia de Maxi vive en la zona por calle Alice enfrente de la casa de los Caminos y Maxi en la otra zona y por eso a ellos les dio bronca que esta chica estuviera saliendo con él. Por eso viene todo esto”.

Entre los argumentos del juez Donnola se destaca que varias personas observaron la mecánica de los hechos y que sus testimonios resultaron coincidentes. “Existe un hecho previo violento entre personas que se desplazaban en un auto marca Mitsubishi y un grupo de personas que se hallaban en la plaza que también repele los tiros de la misma manera”, dice Donnola.

Pocos minutos después, cuando los pibes se dispersaron, dos de los ocupantes del auto volvieron al lugar a bordo de una moto Yamaha Crypton azul, que conducía Tetu y llevaba como acompañante a A., a quien le expresó: “Tirale, tirale a este” al detener la marcha frente de Maximiliano Nota que alcanzó a decir: “Pará, pará, que yo no tengo nada que ver”.

Otro de los posibles móviles del crimen esgrimido por uno de los testigos, que no es ajeno al territorialismo de los barrios, está fechado casi un año y medio antes del crimen, con una pelea a piñas que enfrentó a Nota con un tal Lamparita (hijo de uno de los “socios” del Pimpi).

Esa pelea, según esta hipótesis, puso el nombre de Maximiliano en la lista negra de los Caminos, que según uno de los testigos de la causa “andan con las metralladoras (sic) por los pasillos del Fonavi y además, hace un tiempo que trajeron gente de Huracán a vivir al barrio, también gente de Las Flores”. La misma persona dijo que a esa pelea se sumó el noviazgo que el adolescente había emprendido seis meses antes de ser asesinado con Magalí, quien vivía por calle Alice, en territorio de los Caminos.

En ese sentido el juez concluye que “no han podido determinarse las motivaciones del fatal desenlace, no obstante de que diferentes personas indican una disputa de barrios o, en su caso, de un enojo en cuanto la novia del fallecido pertenecía a una zona determinada y no debía estar con ningún otro que no fuera de ese lugar”.

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