Hace casi cuatro años, una avioneta proveniente de Paraguay dejó un cargamento de drogas en un campo de Larrechea, del departamento San Jerónimo y distante a unos 90 kilómetros de Rosario. A los investigadores les llegó el dato, dejaron que tomaran los bultos y les siguieron el rastro. La causa se conoció el 18 de junio de 2021 cuando el fiscal federal Walter Rodríguez pidió allanamientos y en un garaje de Villa Gobernador Gálvez incautaron 400 kilos de cocaína de máxima pureza. Estaban dentro una camioneta BMW X5 y estimaron que querían «enfriarlo» para luego repartirlo a bandas locales y ubicar el resto en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También secuestraron de un galpón de General Lagos unos 30 vehículos entre camiones, semirremolques, autos, motos y cuatriciclos. Ese día, cayeron los líderes de la banda junto a tres de sus laderos y a la fecha están a la espera del juicio oral por tráfico de estupefacientes. El fiscal Rodríguez siguió la pata económica de la organización y esta semana los dos líderes y dos gestoras fueron procesados por lavados de activos provenientes del narcotráfico.
El titular del Juzgado federal 2 de Santa Fe, Antonio Cuello Murúa, dictó la resolución este miércoles que involucró al transportista nogoyense radicado en Villa Gobernador Gálvez, Gustavo Núñez, de 50 años; al mecánico rosarino domiciliado en General Lagos, Sebastián Osvaldo Romera, de 49, junto a las gestoras Jorgelina Verónica Galligani, de 52, y Jésica Mariel Viglione, de 46. Al cuarteto, el magistrado Murúa les impuso una caución de 20 millones de pesos a cada uno.
En los considerandos del fallo, el juez señaló que Núñez, Romera y Galligani, «pusieron en circulación de manera habitual desde octubre de 2017 hasta el 18 de junio de 2021, activos provenientes de las conductas de tráfico de estupefaciente que desarrollaron, en las modalidades de conversión y disimulación respecto de operatorias comerciales desarrolladas sobre 30 vehículos que fueran secuestrados en los allanamientos efectuados en 2021» y en un galpón de General Lagos, propiedad de Romera. La flota señalada consistía en 12 autos, 3 camionetas, 6 motos, 3 cuatriciclos, 2 camiones y 4 semirremolques.
En el procesamiento se describieron los puntos más importantes de la acusación del fiscal Rodríguez entre los que resalta la intervención telefónica del 28 de abril de 2021 donde descubrieron que Matías Tomei y María José Núñez –ambos procesados por los 400 kilos de cocaína– hicieron un viaje a la zona metropolitana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que tuvo «como objetivo el traslado de numerosos vehículos hasta Villa Gobernador Gálvez, sin descartase -a la luz de la información recolectada durante la pesquisa- que ello sea producto de una transacción ilegal en materia de narcotráfico».
Tras el arribo de esta flora, apareció en escena la gestora y empresaria del transporte Galligani, radicada en Arroyo Seco, quien comenzó a ofrecer estas unidades para la venta, lo cual «permite concluir que los bienes se encontraban a disposición de la estructura delictiva encabezada por Núñez y Romera», describió el representante del Ministerio Público Fiscal (MPF) de Santa Fe.
Luego, era el turno de la gestora rosarina Viglione, quien aprovechaba su paso por la carrera de Ciencias Económicas, para brindar el asesoramiento contable a Núñez y Galligani para hacer los trámites correspondientes en la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip). Esa era su contribución al perfeccionamiento de las maniobras de lavado de activos, según describió el fallo.
Además, de la compra venta de vehículos, Núñez se registró en julio de 2019 para el “servicio de transporte automotor de carga n.c.p” y a partir de ese momento comenzó a adquirir camiones y semirremolques con la finalidad de destinarlos a tal actividad, continúa el detallado escrito judicial que terminó en el procesamiento del cuarteto por lavado de activos provenientes del narcotráfico agravado, delito que estipula una pena que va de 3 a 10 años de prisión y una multa de entre dos y diez veces del monto de la operación.
Un profesional para el narcotráfico
Banda de los 400 kilos tenía logística para bajar la cocaína en pistas clandestinas y distribuirla
Gustavo Núñez es oriundo de Nogoyá, provincia de Entre Ríos, y para él Rosario siempre estuvo cerca. Algunos veteranos investigadores recordaron que entre 2009 y 2013 conducía remises hacia el norte del país para traer drogas. Esos autos de alquiler pertenecían al villagalvense Luis «Pollo» Bassi, absuelto en el juicio por el crimen del líder de Los Monos Claudio “Pájaro” Cantero y condenado a 16 años de cárcel desde 2017 por el homicidio de Juan Pablo Colasso.
Núñez también trabajó con Diego Cuello, radicado desde el año pasado, justamente, en Nogoyá, y condenado en 2018 a 11 años y medio de prisión en la causa Los Patrones por ser proveedor de cocaína de la banda de Los Monos.
Además, los detectives contaron que Núñez hizo de transportista para Reina Isabel Quevedo, una mujer de 68 años que en noviembre de 2018 fue penada a nueve años de prisión como autora de contrabando con fines de comercio de estupefacientes agravado por la participación de tres o más personas, tras incautarle en Salta un cargamento de 80 kilos de cocaína que tenían por destino Rosario.
Esa práctica tal vez hizo que Núñez dejara de lado el convulsionado territorio rosarino donde las terceras y cuartas líneas de las organizaciones criminales dirimen sus diferencias y se imponen a plomo a fuego para enfocarse, junto al mecánico Romera, en otro nicho de las empresas criminales: la distribución a gran escala de drogas.
“A esta gente no le convenía demasiado introducirse en el narcotráfico rosarino. Jugaban a otra cosa. Es más difícil andar a los tiros todo el tiempo que lo que hacían, que era muy profesional y más fácil. Llegamos a la conclusión de que tenían distintas pistas clandestinas y recibía droga para después hacer el negocio de la distribución”, fue la descripción que hicieron los investigadores luego del operativo del 18 de junio de 2021 en el que incautaron los 369 panes de cocaína valuados en ese momento en 10 millones de pesos en un galpón de Garay al 2100 de Villa Gobernador Gálvez. También precisaron que la distribución a territorio bonaerense era quincenal.
El 13 de julio de ese año, el juez federal Marcelo Bailaque procesó a Núñez y a Romera como organizadores del tráfico y almacenamiento de estupefacientes.
A su vez, en un escalón más abajo fue procesada la gestora de Arroyo Seco Jorgelina Galligani mientras que a María José Núñez, de 36, y Matías Ezequiel Tomei, de 23, –hermana y yerno de Núñez respectivamente– les atribuyó almacenamiento de estupefacientes. Los cinco están a la espera del juicio oral desde marzo del año pasado, luego de que el magistrado Bailaque aceptara el pedido del fiscal Walter Rodríguez. Ahora Núñez, Romera y su mano derecha Galligani sumaron esta causa por lavado de activos junto a la gestora Viglione, quien quedó por fuera de la organización pero con responsabilidad en dicho delito al brindarles sus conocimientos para «blanquear» las ganancias proveniente del narcotráfico.
Procesan por narcotráfico y lavado de activos a los cinco detenidos con casi 400 kilos de cocaína