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Procesaron a Milton César



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La resolución fue tomada por el juez Luis María Caterina, en una causa por tenencia de arma de uso civil, resistencia a la autoridad y amenazas calificadas. Su abogado, Mariano Scaglia, calificó el fallo de “disparate jurídico” y lo apeló.

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“Es un verdadero disparate jurídico. Está pagando santo por pecador”. Así calificó Mariano Scaglia, defensor de Milton César, el procesamiento que dictó esta semana el juez de Instrucción de la 3ª Nominación, Luis María Caterina, contra el muchacho de 22 años que se encuentra detenido desde hace cuatro meses por tenencia de arma de uso civil, resistencia a la autoridad y amenazas calificadas, en un hecho que cuenta con dos relatos diametralmente opuestos. Mientras la Policía lo acusa de presentarse en la seccional 16ª de barrio Tablada y “amenazar” a sus jefes para que liberaran a un vecino que había caído preso, el joven dice que fue “apretado” por el comisario, quien le había advertido que si vendía drogas en la zona tenía que “arreglar” con la seccional o, de lo contrario, le armaría una causa. Su abogado, que apeló el fallo, dijo que más allá de las versiones sobre lo sucedido, la Policía violó las normas del código de procedimiento al realizar la presunta requisa en la que se incautó un arma sin la presencia de testigos, irregularidad que, asegura, fue avalada por la Justicia en contra de todas las garantías individuales. No obstante, los magistrados por los que pasó el expediente estuvieron firmes en su presunta responsabilidad.

“Técnicamente César no tiene mérito para estar detenido. Ahora, si Milton César se llamara Juan Pérez, no hubiera habido ningún problema”, especuló Scaglia en clara alusión a una práctica de selectividad penal que graficó al aclarar que su defendido, célebre personaje de las crónicas policiales, nunca fue condenado pese a haber estado mencionado en los casos más resonantes de la ciudad.

“Puntualmente no tiene condena, ni causas en otras jurisdicciones y recibió falta de mérito en la mayoría de las expedientes en que fue mencionado. La única causa que tiene es esta, que es un verdadero disparate jurídico”, expresó.

“Acá fueron violadas, por parte del personal policial, normas del código de procedimiento, que en caso de requisa o allanamiento requiere la presencia de dos testigos. En un contexto en que toda la Policía está investigada por diversas irregularidades, toma cierta entidad, ya que no se trata de causas aisladas. Y no debería haber un juez ni de Rosario, ni de Santa Fe, ni del país que avale un procedimiento que vaya contra las garantías individuales. Porque lo que hoy le pasa a Milton mañana le puede pasar a cualquier ciudadano”, dijo Scaglia en diálogo con El Ciudadano.

“Acá se puede leer lo siguiente: mientras el discurso político habla de cambiar a una nueva Policía para eliminar un montón de prácticas, en la realidad estas prácticas siguen sucediendo. Detienen a una persona, le plantan un arma, no tiene derecho a defensa, no hay testigos y un juez avala todo ese procedimiento manteniendo cuatro meses a una persona presa (o lo que dure el proceso). Y eligen delitos donde menos capacidad de defensa tiene la persona imputada, de origen humilde y con causa que debe competir contra una resistencia a la autoridad. Resistencia que no vio nadie, y arma que ningún testigo acredita haber visto secuestrar”, continuó el abogado.

Scaglia concluyó: “Que quede claro que en esta causa está detenido este pibe por una portación de nombre y apellido, no de arma. Hoy está pagando santo por pecador. Porque no tiene sentido que una persona vaya a una seccional a amenazar a cuatro o cinco policías armados. Esto es como si pelean dos bandas, nada más que una de ellas está uniformada”.

No es Juan Pérez

Con tan sólo 22 años, Milton Ramón César estuvo mencionado en más de una causa de sangre y hasta se llegó a decir que cuando un hecho contaba con demasiada trascendencia pública lo más fácil era achacárselo a él, como ocurrió en el otoño de 2011 al ser acusado de robarle el vehículo oficial al entonces ministro de Justicia, Héctor Superti. Por ese hecho salió con falta de mérito, al igual que por dos homicidios en Tablada o las menciones de la familia del ex barra de Newell’s, Roberto “Pimpi” Camino, sobre ataques a viviendas y vehículos de sus hermanos. Pero su paso por las crónicas policiales se volvió trágico las horas siguientes al asesinato del líder de la banda Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero, hecho por el cual también fue sindicado y luego desvinculado, con una saga de crímenes violentos que ensangrentaron las calles rosarinas.

Ocurrió a fines de mayo pasado, cuando la camioneta Nissan 4×4 en la que viajaba gran parte de la familia de César se detuvo en un semáforo de Acevedo y avenida Francia y fue blanco de un descomunal ataque a balazos. Eran las cinco de la tarde y los más de 30 plomos descargados por cuatro motociclistas terminaron con la vida de Marcelo Alomar, amigo de Milton y conductor del rodado; de Nahuel César, su hermano de 26 años al que, se especula, confundieron con él; y su madre Norma, de 49 años, que quedó cuadripléjica y falleció a fines de noviembre pasado. También resultó herido su padrastro, Claudio Hernández, mientras que sus dos medio hermanos de 7 y 10 años resultaron ilesos.

Por entonces, Milton era requerido por la Justicia, que le achacaba, entre otras causas, su participación en el crimen del Pájaro y de su cuñado, Martín “Fantasma” Paz, perpetrado en septiembre de 2012. En ese contexto tuvo su primera aparición pública al ponerse a disposición de la Justicia a través de un programa radial en el que confesó que pedían medio millón de pesos por su cabeza y en donde dijo que no se entregaba a la Policía porque lo querían “engarronar”. 

En esa oportunidad dijo que salía a hablar porque temía por la vida de su hijo, de su esposa y de “la poca familia que me queda”. Más tarde agregó: “A la Policía le es más fácil engarronar al más débil, al que no es narco y a mí no me va a querer salvar la Policía porque yo no le doy plata”.

Días después fue detenido junto a un joven de 18 años a bordo de un BMW por avenida Grandoli y Esteban de Luca, pero luego consiguió la libertad, hasta principios de octubre pasado que fue detenido por efectivos de la seccional 16ª.

“Yo adelanté que me iban a engarronar”

“Yo había adelantado que la Policía me iba a meter un fierro o una causa. Me lo había avisado el jefe y el subjefe de la 16ª. Ellos me dijeron: «Los negocios que están acá son de nosotros». Ellos pensaban que les quería sacar los búnker”, dijo Milton César desde la Alcaldía Mayor, donde está detenido. Allí se enteró de la muerte de su madre, sin conseguir permiso para concurrir al entierro, y meses atrás atentó contra su vida, tras afrontar una profunda depresión.

Según Milton, su última detención fue un “garrón” que le armó la Policía tras una discusión con quien estaba a cargo de la seccional de Tablada en octubre pasado. “Yo le dije que conmigo no tenían nada que hablar y él me contestó que me iba a agarrar en la calle. Después vinieron a la puerta de mi casa y delante de testigos me rompieron el auto. También le pegaron a un vecino que se llevaron preso. Por eso fui a la comisaría a preguntar por qué hicieron eso si estaba limpio y sin captura. Pero cuando volví a casa aparecieron en el móvil y me dijeron que suba. Pensé que me iban a matar, pero me plantaron un arma”.

Milton calificó de “inhumano” que no le hayan permitido despedir los restos de su madre y aseguró que quiere una vida tranquila ya que no se va a vengar del atentado a su familia: “Que la Justicia  se encargue de eso. Lo que quiero es que mi causa se resuelva profesionalmente. Meter gente inocente presa para parar la bronca no está bien. La Policía te arma una causa y te mete preso. Y no es así”, concluyó.

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