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Procrear y azar hicieron felices a una joven pareja de rosarinos

Por: Agustín Aranda.- Salieron sorteados con el número 33 y ahora podrán levantar su casa en el terreno que compraron en Ibarlucea.

Las pelotitas numeradas vuelan en el contenedor de plástico duro de la Lotería Nacional y con ellas las esperanzas de la zona centro, división demográfica 247 del segundo concurso para los créditos de construcción de vivienda única familiar del Procear. Es viernes por la tarde y los ojos de miles de argentinos están puestos desde temprano sobre el concurso a través de la TV Pública. Sale el 034. Cerca. 032, más cerca. 035 y los porcentajes de acertarle al 033 bajan. “Ya está, Lau. Olvidate”, lamenta Iván Craveri, abogado rosarino. Y se aleja del aparato televisivo del que su novia no puede despegar los ojos. 036, 037, 038, 031, 039, 030. Anunciada por la estridente voz de Riverito, el legendario animador de loterías, sale toda la decena menos el 033. “Parece a propósito”, piensa Laura Gómez, joven psicóloga, mientras el grupo seguía abierto. Pero del deseado 33, nada. Lejos quedaba a esa hora de la tarde formar parte de las 13.813 personas que fueron beneficiadas ese día con la posibilidad de gestionar los créditos nacionales. Y más, si se contaba la larga espera, ya que estaba programado para ocupar la pantalla desde las 11 y recién comenzó a las 13.30.

Llega el grupo 247, y Laura e Iván, bajo el número 033, ruedan en el contendor. Sale la primera bolilla, la 180, y después se detiene. El bolillero se rompe y la cobertura, so pena de perder la trasparencia ante el público televisivo de todo el territorio nacional, se mantiene. Sin Riverito, afectado a otra actividad, los conductores televisivos hacían lo que podían para explicar el mal funcionamiento y asegurar la continuidad de la definición del Procrear. Una buena parte del país vio cómo los responsables de la técnica reemplazaban el sistema. La succión de la máquina no era suficiente para el peso de las bolillas, por lo que las autoridades decidieron dividir el contenido en dos bolilleros separados. “Hasta ese momento salían sólo bolillas de tres números y cada número que salía, se aplicaba a los grupos y se sacaba, por lo que no había números repetidos. En este nuevo sistema, sacaban una bolilla con la centena y otro con la decena. De esta manera, podían salir números repetidos, por lo que el sorteo se extendía más aún”, recuerda Laura con ganada precisión tras las sucesivas explicaciones de los conductores. Cabe recordar que cada grupo, conformado de acuerdo a características sociodemográficas y económicas, tenía un cupo limitado de ganadores aunque nunca idéntico a otro. “No sabíamos las vacantes de nuestro grupo. Había algunos que luego de cuatro números se cerraban, y el nuestro seguía abierto”, agregan los jóvenes.

Al cabo de cinco minutos de números cantados, Iván escucha el triunfal grito: “¡Salió!”. Ninguno lo puede creer y más cuando irónicamente el 033 volvió a salir, aunque el número ya estaba asignado a un beneficiado: ellos. Un día más tarde, la Ansés envió un correo electrónico con la información relativa a las entrevistas post sorteo. En el último de los seis sorteos –cada uno contenía 48 grupos–, la joven pareja de rosarinos venció la probabilística y se convirtió en uno de los 7.035 beneficiados de la zona centro del país.

Una entrevista en el Banco Hipotecario, documentos y escrituras: ambos profesionales fueron aprobados y contarán en los próximos meses con 350 mil pesos para comenzar a edificar en el terreno ubicado en Ibarlucea. “Teníamos otro crédito que tuvimos que cancelar con la venta del auto para poder pagar el terreno. Sin el Procrear todavía estaríamos esperando juntar lo suficiente para levantar una pared”, cuenta Laura.

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