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Productores y puesteros salieron a justificar los aumentos en frutas y verduras

Dijeron que hubo subas exorbitantes a partir de dificultades con la logística y por un aluvión en la demanda. La Secretaría de Comercio Interior provincial indicó que "no hay explicación lógica" para que la bolsa de papas haya llegado a los 700 pesos  

En medio de la pandemia de coronavirus, distintas eventualidades sirvieron de justificativo para aumentos exorbitantes en frutas y verduras. En algunos casos, el precio de venta en el Mercado Central duplicó al de pocos días atrás y el fenómeno generó un arrastre que impactó en los valores de verdulerías de distintos barrios.

Mientras desde la Secretaría de Comercio Interior de la provincia ejecutaron un importante operativo de fiscalización de precios luego de reiteradas denuncias, productores y puesteros del Mercado Central justifican los aumentos a partir de las dificultades en la producción y la logística.

Los productores alegan que las restricciones en accesos a localidades dificultan y encarecen su proceso. Por su parte, desde el Mercado Central agregan que las «fluctuaciones responden a una mera cuestión de oferta y demanda».

Casos como el de la bolsa de papas, que pasó de 270 pesos a casi 700, o el cajón de tomate que escaló de 600 pesos a 1500, son los ejemplos más llamativos sobre aumentos entre el fin de la semana pasado y el lunes 23 de marzo.

La bolsa de cebollas se anotó en esta misma lista al saltar de 270 pesos a 650. En ese sentido, el precio mayorista de bananas pasó de 800 pesos a 1500 en ese mismo período.

Cabe destacar que no se trató de un fin de semana cualquiera, sino de días marcados por el anuncio del 19 de marzo donde el presidente Alberto Fernández estableció la cuarentena obligatoria para contener el impacto del Covid 19.

Por su parte, los verduleros expusieron ciertas anomalías durante el retiro de mercadería que terminaron significando un traslado a precios. El kilo de papas, que la semana pasada se vendía a 35 pesos, este miércoles llegó a ofrecerse por 50 en la ciudad de Rosario.

En tanto, el kilo de tomates, que orillaba los 50 pesos antes del fin de semana, saltó a 65 pesos. Algo similar ocurrió con la zanahoria, que en ese mismo período pasó de 150 pesos el kg a casi 200 este miércoles.

Controles

El aumento de la papa fue el “más abusivo”, según el el secretario de Comercio de la provincia, Juan Marcos Aviano. Si bien estaba contemplado que este producto sufra un aumento como consecuencia de dificultades en el proceso productivo generado por las lluvias caídas en zonas de cosecha, el aumento fue injustificado.

La bolsa de papas llegó a venderse a 600 y hasta 700 pesos la bolsa. Según Aviano, no debería superar los 450 pesos. Los mismos parámetros estimó para la cebolla.

A partir de estos casos, las autoridades provinciales realizaron importantes operativos en mercados de productores de frutas y hortalizas de la provincia. Al encontrarse con los precios mencionados, se labraron actas de infracción y hasta advirtieron por posibles clausuras. El pedido fue que retrotraigan precios a valores de referencia establecidos por el gobierno nacional, correspondientes al 6 de marzo.

Mientras algunos productores justifican la suba a partir de los costos logísticos y hasta de la demanda, Aviano insiste con que esto no es un justificativo para semejantes incrementos que impactan en los bolsillos de los consumidores en un contexto de parálisis económica.

«Que hubo mayor demanda es cierto y se entiende, sabemos que tienen altos y bajos, pero lo que nos parece es que ese jueguito de oferta y demanda en este contexto no es excusa para los abusos», aseguró el secretario de Comercio Interior provincial.

En este sentido, recomendó evitar el consumo de todo artículo que presente una evolución de precios de esas características.

La cruzada que lleva adelante la cartera provincial tiene entre sus prioridades seguir de cerca el comportamiento de los mercados de Rosario, Fisherton y Santa Fe.

«Sabíamos que la papa iba a estar más cara, pero no lo que se terminó cobrando, no entendemos el abuso en los tres mercados», deslizó Aviano.

En referencia a la logística, explicó que por más que quieran considerarlo como otro componente de costo, los aumentos se produjeron antes de los operativos. Es decir, que para cuando los controles se endurecieron y los accesos se restringieron el viernes por la tarde, los precios en el mercado ya habían registrado aumentos exorbitantes desde temprano.

Formadores de precios

Desde la dirección de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) a nivel nacional, vincularon los aumentos con «dificultades logísticas». Justificaron la subas a partir de que los traslados son “más burocráticos y complejos”.

Algunos productores frutihortícolas se sumaron a esta versión y manifestaron que tanto los controles vehiculares como las restricciones en ingresos provocaron los aumentos. De hecho, en estos casos encuentran a otros eslabones de la cadena como culpables de esta situación.

La disposición de aumentos no termina allí, ya que resta un eslabón previo al consumidor. De acuerdo al testimonio de distintos verduleros, al retoque de precios que reciben procedente del Mercado Central, deben agregarle las anomalías en sus propios costos.

Según indicaron, durante los últimos días hubo demoras y serias dificultades para ingresar a comprar al Mercado. Los fletes tuvieron espera de hasta dos horas y media para retirar la mercadería, una situación que se tradujo en el aumento de un servicio se encarece por hora y que luego se traslada a precio.

Precios máximos y medidas en supermercados

Además de las inspecciones como producto de graves denuncias recibidas, las autoridades provinciales corroboran el acatamiento de las resoluciones de la Secretaría Nacional de Comercio Interior que establecen precios máximos y medidas sanitarias para supermercados.

Por un lado, los comercios minoristas y mayoristas deberán atenerse a los márgenes de precios referenciados en www.preciosclaros.gob.ar y www.preciosmaximos.gob.ar, respectivamente.

Por otro lado, se le indica a los supermercados medidas preventivas para evitar el aglomeramiento de personas: garantizar 13 horas diarias de atención, disponer personal que organice el acceso, señalizar los lugares de espera indicando la distancia mínima de 1,5 metros entre personas, entre otras recomendaciones.

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