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Proponen una nueva ley federal de Cultura

Con la participación de más de veinte expositores, se debatió en Rosario sobre una nueva ley federal de Cultura. La iniciativa es del diputado Daniel Filmus, que estuvo acompañado por sus pares Alejandra Rodenas y Agustín Rossi
Con la presencia de los diputados nacionales Daniel Filmus, impulsor de la iniciativa, y Alejandra Rodenas, miembro de la comisión de Cultura de la Cámara baja, se desarrolló en Rosario una audiencia pública por una «nueva ley federal de Cultura».
Con la participación de más veinte expositores de las más diversas expresiones del arte y más de 100 participantes, la propuesta de Filmus y el momento crítico que atraviesa la cultura, fue analizada por teatreros, músicos, cineastas, bailarines, escritores, representantes de centros culturales entre muchos otros
Asimismo, los diversos colectivos artísticos de la ciudad entregaron a los diputados un documento conjunto donde plasmaron sus inquietudes, propuestas y especificaciones de lo que consideran deberá comprenden la nueva ley federal de Cultura.
Entre los expositores participó el concejal Roberto Sukerman y se leyó un documento de la edil Norma López. En ambos sentidos se expresaron sobre el federalismo y los alcances de una nueva ley cultural. Entre los asistentes estuvo el jefe de bancada del FPV en la Cámara de Diputados, Agustín Rossi.
En el documento del colectivo cultural de Rosario se señaló que «durante el mes de septiembre y octubre, compañeras y compañeros de la actividad cultural nos fuimos reuniendo regularmente para discutir los aspectos organizativos y operativos de esto que se presenta hoy como una audiencia pública para la construcción de una ley federal de Cultura, o como preferimos llamarla nosotros, una ley federal de las Culturas. Pero lo más importante, que se fue dando con el calor y el entusiasmo del debate, fueron las reflexiones colectivas y la diversidad de opiniones en torno a las problemáticas de cada sector».
Asimismo, remarcaron que «el Estado no puede mostrarse, ni menos aún permanecer, indiferente ante la actividad cultural dado que su ilimitada energía y potencia es lo que conforma el sentido del devenir de toda comunidad.  El Estado debe promover, fomentar, organizar y difundir esa fuerza nutriente y constitutiva de lo comunitario que le da sentido y función».
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