A un integrante de una familia de pesados de la zona oeste, detenido desde octubre pasado, le prorrogaron la prisión preventiva por 15 días en la causa que lo investiga como autor de la tentativa de homicidio de un muchacho de 28 años en barrio Acindar. El acusado de 32 años pertenece al clan Caravana, una banda liderada por los hermanos que se criaron en barrio Moderno y que en los últimos meses fueron protagonistas de gran cantidad de hechos delictivos que incluyeron tiroteos, robos y crímenes.
El caso por el que está imputado Claudio Omar L., de 32 años e integrante del clan Caravana, ocurrió la mañana del 4 de octubre del año pasado en la zona suroeste. Ese día, alrededor de las 9, el acusado disparó contra Leandro Sebastián M., de 28 años en la esquina de Garibaldi y Avellaneda. Uno de los proyectiles impactó en el costado del tórax de la víctima, quien quedó un mes internado en el Heca.
Unas horas después del ataque, un llamado anónimo alertó a los policías a cerca de que el imputado conducía un Ford Focus por inmediaciones de Provincias Unidas y avenida Pellegrini. Luego de una breve persecución policial, Claudio Omar L. fue apresado al igual que su acompañante Maira B., de 29 años. Por su parte, los uniformados incautaron del interior del vehículo tres celulares y dos mil pesos en efectivo. Sin embargo, no hallaron el arma de fuego.
En una audiencia, la defensa del acusado José Ferrara solicitó la modificación o revocación de la medida cautelar y la incorporación de elementos probatorios como lo fue la declaración de un testigo presencial. Además, el letrado ofreció un garante personal para cumplir con la prisión domiciliaria con autorización de salidas laborales, a la que se suma otro garante. El abogado argumentó su petición en que: en las tres ruedas de reconocimiento, sólo una dio resultado positivo. A su vez, el fiscal Florentino Malaponte se opuso a las peticiones de la defensa y pidió la prórroga de la prisión preventiva por 15 días porque su colega Adrián Spelta, un fiscal titular de la causa, se encontraba de vacaciones, según manifestó Ferrara. Fue en ese marco, que el juez Alejandro Negroni resolvió no hacer lugar a las medidas requeridas por la defensa y extender la prisión preventiva del acusado por 15 días, plazo que se vence esta semana
Los hermanos
El clan Caravana con territorio en la zona sudoeste estuvo presente en las crónicas policiales en enero pasado cuando los hermanos de Claudio (32), Ema (22) y el Negro (34), fueron protagonistas diferentes delitos que los tuvieron como víctimas y también victimarios.
La mala relación entre el hermano mayor conocido como El Negro y el menor, Ema se puso en evidencia con el 17 de enero pasado cuando los ocupantes de un auto asesinaron a balazos a Juan de Dios Godoy en E. Deliot al 5100, a la vuelta de su casa. En esa oportunidad, los vecinos y familiares de Godoy contaron que el crimen tenía su origen en un problema entre mujeres que terminó cuando metieron a la víctima como el entregador a la policía de una de los integrantes de los Caravana. Desde año nuevo, Godoy fue blanco de aprietes por parte del mayor de los Caravana, el cual los testigos lo señalaron que era El Negro. Esta actitud nunca estuvo abalada por Ema, quien ya tenía sus diferencias con su hermano mayor.
El 21 de enero pasado Emanuel Federico Lator murió acribillado de 21 balazos pasadas las 20 en el pasillo de cortada Pasotti (ex 1829) al 600, en barrio Hipotecario. Dos horas antes, Ema había baleado con un compinche en moto a Mario “Palala” M. en un lavadero de Seguí y Cullen. Palala recibió tres balazos en la espalda y terminó en el Heca. Los investigadores lo describieron como un cañero, especializado en robos o aprietes a punta de pistola. El último hecho de sangre que se le achacaba fue el homicidio de Matías Cano, ocurrido en noviembre de 2013 en una plazoleta de la zona oeste. Luego de este hecho, Ema se esfumó del barrio, más precisamente de Felipe More al 3800, donde habitaba. En su última semana de vida, Caravana protagonizó un sinnúmero de tiroteos con diferentes contrincantes de su barrio e, incluso, se había enfrentado a tiros con su propio hermano, el Negro.
A su vez, el mayor de los hermanos cayó el 25 de ese mismo mes en San Lorenzo acusado de protagonizar junto a tres cómplices dos entraderas en mismo día en Roldán y Ricardone, con pocas horas de diferencia. El día que cayó José Luis, como se llama el Negro Caravana, tenía 10 mil pesos disimulados en las zapatillas. “No nos pregunten cómo hizo para poner esos billetes allí porque no podríamos explicar pero así fue”, dijo un jefe policial sobre el hermano mayor del Ema, quien también vive en Felipe Moré al 3800.