El uso de animales en investigación siempre genera debates. Muchas personas y proteccionistas están a favor de que se respete la dignidad del animal por encima de los fines científicos. En noviembre pasado se le dio media sanción en la Cámara baja al proyecto de ley del diputado nacional Alejandro Echegaray, por la UCR en Cambiemos, que busca legalizar la experimentación con animales en nuestro país.
Rosalía Aurascoff, una de las integrantes de la Agrupación Proteccionista Diane Fossey, explicó a El Ciudadano que “este proyecto de ley es grave ya que conlleva a la tortura que padecen los animales tanto en los laboratorios farmacéuticos, de producción y de cosméticos”.
“Echegaray dice que es un mal menor que no se puede evitar. No es necesaria la experimentación en los animales. Estamos en el siglo XXI y se avanzó sobre métodos alternativos como los cultivos celulares y los ordenadores matemáticos. Por ejemplo, en Luxemburgo se están usando tejidos artificiales, tanto de células cerebrales como de piel artificial para hacer estudios sobre la toxicidad de determinados elementos. Además este tipo de métodos alternativos son menos costosos”, aseguró Aurascoff.
En Argentina la ley 14.346 –que data desde 1954– regula los malos tratos y actos de crueldad a los animales. “Los animales son violados en cuerpo y alma. Hay que tener mucho corazón para poder soportar semejantes atrocidades. Esto es maltrato animal y se prohíbe”, subrayó la integrante de la Agrupación proteccionista Diane Fossey.
Aurascoff contó que uno de los métodos que se pretende usar en este proyecto de ley es la vivisección, es decir, seccionar vivos a los animales. “Muchos ignoran lo que pasa en las mesas de experimentación y en las salas de los laboratorios donde el sufrimiento de los animales llegan a limites terribles. Pero no se escuchan sus voces, no se ven sus ojos desorbitados y el cambio de sus facciones ante semejante horror. Son seres que sienten y sufren”, remarcó.
Y agregó: “A perros de determinadas razas les ponen máscaras atadas a su cabeza aspirando detergentes para medir su grado de toxicidad. La cosmética utiliza las partes más sensibles del cuerpo del animal, por ejemplo, a los conejos les aprisionan sus cabezas con un cepo para probar artículos de belleza en sus pupilas”.
La mujer especificó que según este proyecto de ley, tanto personas físicas, como organizaciones y entidades públicas y privadas pueden ser usuarios de este tipo de procedimientos.
“En este proyecto de ley se hace mención a los animales silvestres. Es decir, que pueden ser capturados del medio ambiente donde viven y ser llevados a los laboratorios para experimentación. Tanto los animales silvestres, los domésticos y los de consumo, son llamados por el diputado Echegaray como reactivos biológicos. El perro no es más perro y la vaca no es más vaca con este proyecto de ley, son seres inanimados, los sacan de su condición de sujeto y los convierten en objeto. Están sometidos a la voluntad explícita de quien está realizando la investigación”, subrayó Aurascoff.
La integrante de la agrupación proteccionista expresó que este proyecto de ley es legalizar la tortura. “A los animales se les extirpa el lóbulo cerebral, los órganos, se los electrocuta, se le mutilan los miembros, le sacan sus entrañas latientes. Nadie puede decir que la tortura puede pasar sin ser denunciada”, sostuvo la mujer.
Y concluyó: “Hay que parar este proyecto de ley porque una vez que son sancionadas tienen un enorme tiempo en el cual no son modificadas. Este proyecto de ley no solo puede ser usado en la experimentación sino también en la docencia. Es sádico lo que el género humano puede hacer con los animales”.
Convocatoria
El próximo 9 de febrero, de 17 a 20, asociaciones y proteccionistas convocan a una marcha al Congreso de la Nación para frenar la ley que ya tiene media sanción en la Cámara de Diputados.
