Durante el embarazo hay reglas que ayudan a llevar la concepción en buenos términos y permite un crecimiento óptimo del bebé, tanto en materia física como en cuanto a la fortaleza de su sistema inmunológico. El ex presidente de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Rosario afirmó a este medio que “el embarazo es una etapa que requiere de mucho cuidado, tanto para la madre como la para salud del bebé. Es importante que no se cometan excesos, ni siquiera con la comida”.
Estudios médicos indican que un aumento excesivo de peso durante el embarazo afecta la salud del feto y puede dejar propensa a la madre con problemas de obesidad en un futuro. Consultado sobre las repercusiones que este exceso puede tener en la parturienta como en el bebé, Baraldi explicó que el gran problema en el sobrepeso de la embarazada se presenta a la hora de parir.
“El riesgo real que se presenta ante una cantidad excesiva de peso en la mujer durante la gestación de su hijo puede ser un problema cuando llegue el parto. Además, se sabe que no es lo mismo para una mujer dar a luz a un chico que pesa 3 kilos a uno que pesa 4 y medio. Eso también tiene que ver con la alimentación que la madre tuvo durante los nueve meses”, describió.
Sobre el parto, el obstetra comentó que suele ser mucho más largo y que, si la mujer tiene presión alta, suelen adelantarse, obligando a nacer al bebé antes de tiempo.
Por otro lado, si bien remarcó que muchas madres “gorditas” han tenido partos exitosos, Baraldi indicó: “El embarazo es una etapa donde se deben cuidar tanto la madre como la salud del bebé y aquí no hay matemáticas que valgan”.
“Lo recomendable es que las madres aumenten cerca de un kilo por mes y entre 8 y 13 en todo el embarazo. Tampoco hay que correr el riesgo de aumentar mucho menos, porque eso también sería riesgoso para ambos, pero es importante que las madres sepan qué tipo de alimentación le están brindando a su hijo desde el vientre”.
Según indicó, el período de gestación debe contar con una alimentación rica en calcio, hierro y las vitaminas de las frutas, verduras y carnes.
“Es fundamental que una embarazada consuma 1,2 gramos por día de calcio y eso te lo da un litro de leche por día y si no les gusta deberán compensarlo con yogur, o quesos, pero esa cantidad debe consumirse sin falta”, especificó. A su vez, advirtió que de no consumir la cantidad necesaria de calcio por día el bebé nacerá con deficiencias destacables a nivel cerebral. “Aquello que ese chico no consuma de calcio y hierro en los primeros 14 meses de vida no podrá adquirirlo después. Esas zonas en las que las madres no se alimentan correctamente son las que luego tienen a sus niños con poco nivel de aprendizaje y comprensión, además de una desnutrición considerable, lo cual repercute en su salud y crecimiento en general de por vida”, consideró.
Por otra parte, desterró un mito que llevaba a cada mujer a darse un gusto durante el embarazo. “Los antojos son un verso. Eso es para que el marido salga corriendo a comprar un chocolate en cualquier momento del día, si los podemos evitar, serán buenos para la salud de la madre y para la del matrimonio en sí”, dijo entre risas.
Sobre el sector “dulces” de los antojos, el obstetra exclamó: “Tanto el chocolate, como el helado o todo lo que sea masas, como facturas, pan, los glúcidos, son cosas que les gustan a las mujeres. Y es bueno que cada tanto coman alguno, para saciar un gusto, pero no olvidemos que son productos engordantes y en exceso dañan la salud de las embarazadas y de todos”.
En continuidad con la dieta sugerida, Baraldi mencionó también los cereales y el huevo como grandes fuentes de proteínas necesarias para el desarrollo del bebé y la buena salud de la madre: “Claro que a cada una de las madres que llegan al consultorio les explico cómo debe ser esta dieta, todo en su justa medida”.
Sobre la carne, afirmó que se debe comer “jugosa, ni quemada –porque así se pierden los nutrientes– ni de color rojo, porque eso trae consigo los riesgos típicos de la carne mal cocida”.
También destacó la importancia del consumo de frutas y verduras, “lo más variado posible”, donde rige la mayoría de las vitaminas necesarias.
Ejercicios prenatales
Como la dieta, el ejercicio es fundamental para la buena salud de las embarazadas, “siempre que se esté en un período óptimo, que no se corra riesgos de un parto prematuro o no haya inconvenientes de algún tipo”. De no ser así, las mujeres podrán practicar gimnasia tranquila, como yoga, pilates o aeróbica sin impacto. “Hay que tener mucho cuidado en la gimnasia de alto impacto, sobre todo en los primeros tres meses de gestación; eso no es recomendable para las embarazadas porque afecta a la placenta. Por otro lado, si no pueden ir a un gimnasio –siempre que no requieran hacer reposo–, lo ideal es que caminen entre 10 y 15 cuadras diarias. Eso les ayudará también a bajar esos gramos de más por algún gustito que se hayan dado en las comidas”, sugirió.
¿Frío o calor?
Una vez que ya se llegó al parto, Martín Baraldi advirtió sobre la importancia de evitar la deshidratación de los niños si éstos nacieron en verano, o bien, si nacieron en invierno, cuidar de que no se les acerquen personas que puedan estar resfriadas. “Los lactantes deben seguir tomando la teta en verano para que no se deshidraten. En cambio, los chiquitos que hayan nacido en invierno deben estar resguardados de cualquier persona que se les pueda acercar estando resfriada. Así que siempre les advierto a las mamás que, aunque estos chicos tengan hermanitos, ellos pueden captar el resfrío en el jardín, así que hay que mantenerlos alejados”.