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Protesta por bulliyng en el colegio Florentino Ameghino

Todos los días Florencia ve que su hijo llega mal del colegio. Un día trae la mochila rota. Otro le desaparecen los útiles escolares. Otro está triste. Florencia le pregunta y el nene de 11 años le cuenta que son los mismos chicos de siempre. Está en sexto grado y lo tienen de punto desde el año pasado. Lo insultan, le inventan apodos y cuando está en la puerta del quiosco pasan y le dan coscorrones. Florencia habló con la directora y con las maestras para que hagan algo, pero los meses pasan y no ve ningún cambio. Su hijo sigue mal y ella se pone a investigar sobre bullying. Encuentra una página y decide armar un folleto. La secuencia anterior fue descrita por una madre de 35 años que ayer llegó a la puerta de la escuela Florentino Ameghino, en Buenos Aires al 2000, y repartió los panfletos para concientizar a padres y maestros.

Desde el Ministerio de Educación, la delegada de la Regional Rosario Daiana Gallo Ambrosis, sostuvo que no hubo notificaciones previas sobre esta situación y que apenas tomó conocimiento del caso envió al gabinete socioeducativo a trabajar en la institución.

“Hice el folleto porque ya no sabía qué hacer. Cuando se dan estos maltratos tenemos que actuar todos: los padres, los docentes y los chicos”, contó Florencia a Romano a El Ciudadano tras una reunión en el Ministerio con autoridades. Para la madre del nene de 11 años, el principal problema es que los docentes no están capacitados para tratar con el bullying en las escuelas. “Me tuve que dar cuenta sola e ir a hablar. Nunca me llamaron para contarme de una dinámica que se daba todos los días”, aseguró.

Según Florencia, los maltratos hacia su hijo empezaron desde que entró a la escuela en preescolar. Pero fueron más graves cuando el año pasado empezó quinto grado. Para la madre, los insultos, los golpes y el robo de útiles escolares son parte de la rutina diaria del nene. “A fin de año y después de hablar con la directora, los alumnos firmaron un «pacto de paz». Para mí fue una tomada de pelo porque cuando empezaron las clases nada había cambiado”, explicó.

Cansada de la situación decidió actuar por su cuenta. Buscó información en internet y armó un folleto informativo sobre bullying y sobre cómo ayudar a los chicos que lo padecen. Ayer se plantó en la puerta de la escuela y los repartió. “Los que maltratan a otros chicos son personas que se sienten inseguras. Se descargan con los más sensibles, los que no reaccionan de manera violenta. Son niños infelices que en la casa no le dan bolilla y la manera de llamar la atención es agredir a otros”, opinó Florencia.

Acciones de gobierno

Según la delegada Gallo, no hubo notificación previa por parte de la escuela de esta situación y que el Ministerio de Educación provincial tomó conocimiento ayer de lo que pasó. “Como hacemos en estos casos, mandamos inmediatamente al gabinete socioeducativo a trabajar en la institución. También llamamos a los padres y nos reunimos con ellos para coordinar acciones con el fin de que esto no pase más”, dijo la funcionaria a este diario. Y agregó que la directora del colegio informó que no sabía de los maltratos y que no había denuncias previas por parte de los padres del nene.

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