Con la reproducción de las primeras treinta y dos horas de video de Cámara Gesell realizadas a las víctimas y la confirmación de que el jardinero analfabeto comprende las acusaciones y puede continuar en el debate, se reanudó este miércoles a la mañana el juicio oral contra dos curas y un ex empleado por los abusos sexuales cometidos a niños en el instituto Antonio Próvolo de Mendoza.
Tras la declaración de María Patricia Gorra, del departamento de Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Cuyo, el tribunal resolvió que el imputado Armando Gómez ostenta la capacidad procesal para estar en juicio y podrá seguir con el debate.
Este juicio, que constituye el de mayor escándalo por denuncias de abusos sexuales eclesiásticos registrado en Mendoza, comenzó el 5 de agosto contra los curas Nicola Corradi (83), Horacio Corvacho (59) y el administrativo Armando Gómez (57), imputados por «abuso sexual con acceso carnal agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con corrupción de menores».
Sergio Salinas, querellante de los denunciantes y miembro de la agrupación Xumec, calculó que habrá «unos diez días hábiles mínimo de Cámaras Gesell dado que son dieciséis (grabaciones) de unas dos horas de duración cada una».
Esta reproducción de audio y video obedece a la decisión del tribunal de que los chicos supuestamente abusados no vuelvan a declarar y se escuchen en la sala sus testimonios, dados previamente en Cámara Gesell.
De esta manera, los miembros del tribunal ponderaron el derecho de los chicos que están en condiciones de vulnerabilidad y que no sean revictimizados.
Tras dos suspensiones en dos semanas para resolver planteos de la defensa oficial por la supuesta imposibilidad de escucha de Corradi y el analfabetismo de Gómez para comprender el debate, finalmente este miércoles se resolvió que los tres acusados están aptos para presenciar el juicio.
Gorra contestó hoy consultas puntuales y aseguró que tras las pericias «se confirmó que Gómez entiende y comprende lo que transmite el lenguaje de señas y que está en condiciones psíquicas para comprender el debate oral y publico», informaron desde el Ministerio Público Fiscal.
Al finalizar la jornada, que continuará mañana a las 9, Salinas informó que Gorra «fue extremadamente contundente ya que dijo que el ex empleado y jardinero es una persona que sabe lo que dice y comprende sus actos».
El juicio, primero sobre estos vejámenes, se realiza a puertas cerradas debido a que se tratan delitos de instancia privada. Además, el tribunal formado por Jorge Díaz, Mauricio Juan y María Alejandra Ratto, ordenó a las partes que tampoco informen vía redes sociales lo que está sucediendo en la sala.