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El lado bueno

Proyecto Sandía, ciencia con onda

En 2009, tras terminar en el Politécnico, Ezequiel Del Bianco se propuso divulgar ciencia de manera divertida y llana, pero sin perder rigurosidad. Hoy el “Proyecto Sandía”, su creación, tiene más de 10 mil seguidores en Facebook y fue premiado por la UNR.


“Hay periodistas que se especializan en temas políticos, deportivos, espectáculos, en policiales. Pero que difundan ciencia de manera amena, casi no hay. Me interesa divulgar novedades y derribar mitos urbanos”, propone Ezequiel Del Bianco, responsable del blog Proyecto Sandía, que cuenta con más de 10 mil seguidores en su perfil de Facebook y tiene como inspirador al mítico pionero en divulgar ciencia, Carl Sagan, él mismo un científico especializado en biología y astronomía que llevó sus conocimientos a la serie “Cosmos”. Con menos pergaminos –y muchos menos recursos– el Proyecto Sandía busca transitar por el mismo camino, y fue el público quien votó a la página como la mejor en su tema y por ello recibió el premio Blog de Oro. Además, sus más de 300 artículos subidos desde 2009, cuando comenzó, han sido traducido, al inglés y portugués.
Egresado del Instituto Politécnico, Del Bianco, de 23 años, recuerda lo aburridas que eran las clases donde un docente dibujaba en el pizarrón un motor “y demoraba tres o cuatro clases” para explicar cómo funcionaba. “Ahora, con los soportes tecnológicos que cualquiera tiene a mano, se puede armar un video sencillo, didáctico, colorido y de manera amena poder explicar lo mismo”, diferencia.

—¿Cuándo comenzó Proyecto Sandía y por qué el nombre?

—Apenas terminé la secundaria en el Poli, en 2009, armé el blog. Siempre me gustó la ciencia pero veía que había algo con el tema de la divulgación. La idea fue generar un puente entre el científico que habla de algo que no entendemos, y la gente. Sucede que los que están en tema están tan especializados en lo que hacen que muchas veces no saben explicarse. Lo de Sandía no tiene ninguna explicación, simplemente quería poner algo que tuviera gancho, que llamara la atención, que entrara por el ridículo, nada más.

—La serie Cosmos, que dirigía Carl Sagan, fue una buena manera de llevar temas científicos a los hogares…

—Tal cual, y ahora se está emitiendo una nueva versión. Sagan fue un precursor en la difusión de la ciencia entre los años 70 y 80, y muy bueno: muchos de los científicos de hoy lo son porque recibieron su influencia. En mi caso, estoy estudiando periodismo porque, casualmente, hago foco en la divulgación de temas que para el común de la gente pueden parecer pesados. Mi desafío es comunicar de manera coloquial, pero sin perder rigurosidad.

—Por lo que ves con tus seguidores, ¿el rosarino es interesado en los temas científicos?

—Más de la mitad de los que ingresan al blog o al face son argentinos, y muchos, rosarinos. Pero también me sirvió conectarme con divulgadores de España, México, y me han traducido trabajos en Brasil y Canadá. Por el Facebook tengo más de 10 mil seguidores, subo dos o tres notas relacionadas con la ciencia cada dos o tres días y realmente hay mucho interés. De hecho, no es casual que los sitios web de los grandes diarios tienen información de tecnología o ciencia y están entre las partes más visitadas.

—¿Qué rol juega el soporte de la imagen al momento de comunicar?

—Muy importante. Comencé a armar videos con contenido, explicando con imágenes, insertando efectos especiales, donde en cinco minutos podés explicar de manera didáctica y amena un tema denso, sobre situaciones cotidianas se puede desarrollar algo divertido Lo visual y lo interactivo ayudan notablemente. Por ejemplo, me fui al Planetario y grabé, con un efecto especial, al Sol y explico cómo funciona nuestro sistema solar. A escala hice los planetas y con una moto recorrí las distancias (también sacadas a escala) que hay entre cada planeta y el Sol. Plutón, el último, está un poco más allá de los Silos Davis.

—¿Contás con apoyatura literaria, las fuentes de consulta de cada tema?

—Me gusta citar todas las fuentes, pongo los links y enlaces que vinculan al tema tratado. Hay que mostrar cómo llegas a esa conclusión y también lo que se denomina la revisión por pares: si hay algún error, está abierto para que lo corrijan.

—¿Por qué premiaron al blog Proyecto Sandia?

—El blog fue premiado por el público en 2010 en un concurso organizado por la UNR. Igual, lo mejor es cuando a la gente le gusta un artículo y lo comparte con otra persona. En España, por ejemplo, hay un diario digital, sin editores, que se llama Meneame.net; allí la gente sube un link de una determinada noticia –se suben más de mil por día–, la gente vota el que más le gustó, y como 10 artículos que publiqué fueron portadas del diario, ese artículo puntual, puede tener más 60 mil visitas, eso me generó muchos seguidores españoles y de otros países de habla castellana.

—¿Hay algún tema en particular que a la gente le interese?

—Las distintas alternativas de cómo fabricar energía, por ejemplo. Desde la solar o la mareomotriz, donde se ponen flotadores en la costa, las olas suben y bajan y eso genera una energía. Una nota que llamó la atención fue la de un gimnasio en Europa, donde en cada aparato donde la gente está pedaleando o haciendo cinta, se coloca un generador en cada bicicleta y esa gente que está pedaleando genera electricidad para todo el local: sus luces, la tele, la música que se escucha, el aire acondicionado: todo funciona con la energía que generan los propios clientes.

—También en las redes circulan casos o temas incomprobables que se suelen dar por ciertos. ¿Proyecto Sandía también se ocupa?

—Totalmente. Me gusta derribar mitos urbanos. Circulan correos que afirman que debajo de los envases tetrabrik de la leche figura un número y eso significa las veces que la leche volvió a la fabrica y fue vuelta a pasteurizar. Eso me pareció raro y me metí en la página de tetrabrik y allí explican que ese número, que va del 1 al 4, en realidad lo que significa es que el ancho del rollo de ese cartón especial entra cuatro cajas de leche, por eso figuran los números. La leche no vuelve a las fábricas, es algo que bromatología no permite, pero a la gente le gusta compartir esas cosas y a mi me gusta refutarlas.

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