En agosto nos vemos, un manuscrito de 150 páginas que el premio Nobel de Literatura colombiano Gabriel García Márquez (1927-2014) reescribió durante años sin llegar a considerarlo terminado, será publicado como novela el año próximo por Penguin Random House en todos los países de habla hispana, salvo México, por decisión de sus herederos, con motivo del décimo aniversario de la muerte del autor de Cien años de soledad.
Se trata de un manuscrito recuperado del Harry Ransom Center de la Universidad de Texas, entidad que custodia muchos de los escritos inconclusos o simplemente sin publicar que dejó a su muerte el escritor de El amor en los tiempos del cólera.
Ese texto, sin embargo, no es del todo desconocido: fue en 1999 que Gabo dio a conocer un fragmento del referido En agosto nos vemos, durante una lectura en la Casa América de Madrid, pieza que presentó como punto de partida de una futura novela compuesta por cinco historias autoconclusivas. En ese momento, el autor tenía 72 años, pero no bastaron los siguientes 15 años para considerarla publicable.
El comienzo del relato que tiene a Ana Magdalena Bach como protagonista fue recuperado por el diario español El País: «Volvió a la isla el 16 de agosto en el transbordador de las tres de la tarde. Llevaba una camisa de cuadros escoceses, pantalones de vaquero, zapatos sencillos de tacón bajo y sin medias, una sombrilla de raso y, como único equipaje, un maletín de playa. En la fila de taxis del muelle fue directo a un modelo viejo y carcomido por el salitre. El chófer la recibió con un saludo de viejo conocido y se lanzó dando tumbos a través del pueblo indigente, con casas de bahareque y techos de palma amarga, y calles de arenas blancas frente a un mar ardiente”.
Las cinco historias de esa novela serían autónomas pero formarían un unitario de confesiones siguiendo los cuentos que Bach, una atractiva adulta mayor, cada 16 de agosto, frente a la tumba de su madre en el cementerio de los pobres, en un pueblo que no es el suyo, sobre su vida sexual.
Más allá de lo que hubiera previsto García Márquez en aquella presentación, luego priorizó la redacción de Vivir para contarla, sus exitosas memorias publicadas en 2002 y en 2004 llegaron sus Memorias de mis putas tristes, su última ficción. Luego su salud se fue deteriorando, especialmente en su memoria.
Su editor de aquel entonces, Cristóbal Pera, reveló un año después de la muerte del Nobel que a Gabo «no le acababa de convencer el resultado final de la novela, a pesar de haber trabajado largamente en ella» y que por eso, finalmente, había quedado desechada.
Quedó entonces en la decisión de sus herederos, sus hijos Rodrigo y Gonzalo García Barcha, la posibilidad de publicarla, quienes en coincidencia con el décimo aniversario de la muerte del padre, leyendo «una vez más» aquellas páginas, notaron lo siguiente: «El texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo».
“En agosto nos vemos fue el fruto de un último esfuerzo por seguir creando contra viento y marea. Leyéndolo una vez más a casi 10 años de su muerte descubrimos que el texto tenía muchísimos y muy disfrutables méritos y nada que impida gozar de lo más sobresaliente de la obra de Gabo: su capacidad de invención, la poesía del lenguaje, la narrativa cautivadora, su entendimiento del ser humano y su cariño por sus vivencias y sus desventuras, sobre todo en el amor, posiblemente el tema principal de toda su obra”, señalaron en el comunicado donde explican las razones por las que el libro saldrá ahora al mercado.
«Como editores de toda la obra de Gabriel García Márquez, la publicación de un inédito suyo supone un inmenso orgullo, además de ser una noticia que los lectores del mundo entero celebrarán. Es un honor además publicarlo en el 2024, año en el que se conmemoran los 10 años de su muerte», declaró por su parte Pilar Reyes, directora editorial de Penguin Random House.
García Márquez es el autor latinoamericano más leído y traducido del español en el siglo XXI desbancando incluso al Quijote, según datos del propio Instituto Cervantes, por lo que se espera que esta publicación sea un suceso editorial que se traduzca a las principales lenguas del mundo, como el inglés, el francés, el alemán y el árabe.
Ese interés y la popularidad de su obra trasciende la escena literaria: en 2019, la plataforma audiovisual Netflix, había anunciado la compra de los derechos de Cien años de soledad, su novela más perfecta aunque «difícilmente adaptable» según palabras de aquel entonces del propio autor.
La idea era lograr una serie en la cual desplegar los personajes e historias de su surreal e intenso poblado de Macondo y si bien aún se desconoce su fecha de estreno, se especula que será otros de los productos culturales lanzados en 2024, abrazados en la fuerza de la conmemoración del primer decenio de la muerte del escritor.
Por estos días, el anuncio de la serie por llegar puede verse en la plataforma Netflix, que presenta como productores a los hijos del Nobel, Rodrigo y Gonzalo. Dynamo se encargará del proyecto, firma que cuenta en su haber con exitosos títulos, como Narcos y El robo del siglo.