Por Silvana Codina
Como le gustaba decir al Arq. Rafael Iglesia junto a quien recorrimos la Argentina llevando adelante el Americano del Sud la arquitectura es lenta y trascendente. En particular se revela potente en tiempos especiales como por ejemplo los de las catedrales góticas. La película la Catedral del Mar muestra como durante ese período se inmortaliza la voluntad de una comunidad y se destaca el liderazgo de sus referentes cuando algo potente lo impulsa: la voluntad de trascendencia. Ser y sentirnos cadena de transmisión para generaciones futuras. Pulsión de vida; en las palabras de Oscar Niemeyer: “la vida es más importante que la arquitectura.
Rosario está atravesando un tiempo muy duro, especialmente iluminada por la esperanza de apaciguar la violencia que tiene tantos o más años de historia que la idea del Puerto de la Música. Una época en la que la mayoría sabe y padece el hecho de que no hay dinero (plata).
Mucho se viene anunciando desde hace años sobre esta obra compuesta de 3 edificios una explanada y un parque lineal, pero el momento de la concreción sigue esperando. Se puede comenzar en 2024 con parte de lo que está disponible desde hace 15 años: un proyecto accesible de 2 de los edificios que lo componen y el parque lineal denominado Paseo Lucio Fontana que donó en el año 2008 el gran maestro de la arquitectura de todos los tiempos: Oscar Niemeyer, fallecido en 2012.
En 2024 se podría encarar una obra lenta, potente y trascendente comenzando con la construcción del Paseo Lucio Fontana y en 2025 iniciando dos de los edificios del Complejo Puerto de la Música de Rosario: la administración y sanitarios públicos que convertida en centro de difusión de la obra de 1400 m2 y e Centro de Exposiciones y Restaurante pieza que se adecuaría a ser concesionada y explotada por empresarios privados de 3000 m2. Todo sin tocar una línea del proyecto original del gran Maestro Niemeyer.
No se trata de dinero (plata) solamente, sino de recursos. Una casa de Le Corbusier/Amancio Williams en La Plata es un centro turístico internacional argentino que tiene 180 m2. Los 2 edificios de Niemeyer y el parque podrían dar a Rosario visibilidad internacional en menos de dos años. No se trata de tamaño ni grandes cantidades de dinero cuando se trata de construir símbolos. El proyecto del genial Niemeyer contiene en su génesis la fórmula para llevarlo adelante:
En el emplazamiento original del Teatro de Ópera de 16.000 m2 mientras se aguarde su construcción se podría llamar a un concurso de arquitectura efímera para dotar de tecnología a esa explanada y brindar la posibilidad de conciertos masivos al aire libre. Mientras la vida transcurre, en la explanada ideada por Niemeyer, que según sus palabras era una “idea que le espantaba no haber descubierto antes” pueden compatibilizarse tiempos y dinámicas con la necesaria reconversión de actividades y mantenimiento adecuado del sitio.
Esta intervención efímera -de espera activa- podría ser gestionada por el estado provincial junto al Colegio de Arquitectos, Consejo de Ingenieros, la Universidad de Rosario y demás organizaciones de la sociedad rosarina. Explotando, poniendo en actividad ese dispositivo físico efímero en el sitio adecuado para construir un símbolo: junto al Monumento a la Bandera el Parque Urquiza y la Universidad. Mientras, en latencia se aguarden tiempos de holgura económica que permitan llevar adelante una obra monumental como el valioso Teatro de Ópera de Niemeyer para Rosario.