“El tema barras lo tomo yo. Y voy a hablar con el ministro Pullaro para que me apoye. Y a los violentos les digo que no me llamen que no los voy a atender”. Con estas palabras Eduardo Bermúdez sentó una situación de firmeza de Newell’s a la hora de encarar el tema barras, que desde hace unos meses causan constantes dolores de cabeza en el Parque y que incluso obligó al secretario Claudio Martínez a pedir licencia a partir de un atentado en su domicilio.
Y ayer hubo repercusiones en el ámbito político, ya que el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro, recogió el guante y salió a bancar a Bermúdez. En diálogo con LT3, el funcionario provincial fue muy claro al decir: “Vamos a garantizar la paz en los estadios”.
“La provincia continuará la lucha contra los barras bravas y apoyamos la decisión de Newell’s de no tener diálogo con estos delincuentes”, afirmó Pullaro.
Y agregó: “Estamos trabajando como pocos se animaron a hacerlo. Una medida importante es que como ministerio fuimos al Ministerio Público de la Acusación a decirle al fiscal general quiénes a nuestro criterio no podían ingresar a la cancha y debían mantener restricción al predio de Newell’s”.
En ese sentido, la provincia presentó tras los incidentes del Clásico por Copa Santa Fe, una nómina con 38 nombres de personas que a partir de los videos se ven involucradas en las acciones de violencia que sucedieron en la tribuna. Y a la fecha son 76 las personas que tienen restringido el derecho para ingresar al club.
“Le pedimos a los clubes que nos permitan aplicar el derecho negativo, es decir, que el Estado pueda tomar ese derecho privado de dejar ingresar o no a los violentos”, agregó el ministro, buscando así sacarle a los directivos cierta exposición ante los violentos que se mueven por el club a diario.
Por último, Pullaro señaló que hay otras medidas complementarias para buscar erradicar a los violentos. “Vamos a pedirle a los clubes que nos informe a quiénes le entregan las entradas de protocolo, y así le vamos a demostrar a los violentos que nosotros somos el Estado y garantizamos que haya paz y que no haya violencia en los estadios. Está la acción del Estado para identificar a estos violentos y llevárselos a la Justicia”.
La preocupación está y la decisión de la dirigencia leprosa parece haber encontrado respaldo en el ministerio de Seguridad. Habrá que ver ahora si en el debut en el Coloso dentro de diez días las medidas preventivas tienen efecto o no.
Estudia cambios
Con la confirmación del inicio del torneo la próxima semana, Diego Osella tiene diez días para preparar el debut ante Quilmes como visitante. Y en ese sentido, si bien no hay algún amistoso para medir fuerzas con algún rival, la idea del entrenador es hacer fútbol para probar variantes y definir el equipo.
Si bien el DT tenía en mente arrancar el torneo con el equipo que inició ante Deportivo Morón, la derrota le hizo cambiar de parecer y la semana extra le permite recuperar algunos jugadores que esta semana no hubieran podido estar.
Por lo pronto hoy el entrenador propondrá un ensayo de fútbol y ahí probará algunas variantes, en especial en el sector defensivo. En la zaga seguramente habrá cambios y Néstor Moiraghi aparece como candidato a jugar en lugar de Nehuén Paz.
Tampoco habría que descartar que Osella pruebe entre los titulares a Juan Ignacio Sills, que recién se sumó el lunes a los entrenamientos. El jugador proveniente de Olimpo está en óptimas condiciones físicas y no debería sorprender si el técnico lo prueba como primer zaguero, en lugar de Sebastián Domínguez, o como volante de contención, en reemplazo de Diego Mateo.
Una buena para el entrenador es que Mauro Matos entrena a la par de sus compañeros y podría estar a disposición para el partido ante Quilmes, aunque seguramente irá al banco.
Leandro Vega ¿caído?
El octavo refuerzo leproso estaba al caer, pero ayer la dirigencia no pudo avanzar para definir la contratación a préstamo de Leandro Vega y a esta hora la llegada del lateral está complicada. “Con Vega ya estamos, ¿para qué vamos a traer más?”, comentó Bermúdez al mediodía, dejando en claro que la gestión era la última.