Con la participación de los teóricos dos rivales más flojos de la competición, dio inicio una nueva edición del Mundial de Clubes.
El cotejo que resultó de escaso nivel, empezó a definirse sobre el minuto final del primer tiempo a cargo de Dickinson. Ya en el complemento el local buscó el empate pero sin demasiadas ideas claras y le permitió al conjunto neozelandés jugar de contragolpe y definir el partido a los 67 minutos por intermedio de Coombes que puso el 2 a 0 final.
Con este resultado, el Auckland será el rival del mexicano Atlante en los cuartos de final, partido del cual saldrá el rival del Barcelona, campeón de la Liga de Campeones de Europa, en las semifinales.