Hace algo más de cinco años, el barrio Acequias del Aire de la localidad de Roldán, en el límite con Funes, empezó a recibir a los primeros vecinos que llegaron con la ilusión de la casa propia en un espacio verde, pero también con la necesidad de encontrar una nueva forma de socializarse. Lo primero fue colocar un cartel en un gimnasio para que se anotaran quienes quisieran formar un equipo de fútbol. A los partidos le siguieron sobremesas y, con más ambición, la idea de un espacio propio. Fue el germen de un camino que desembocó en la fundación del Club Los Teros, un proyecto deportivo, social y cultural.
“Somos un grupo del barrio que nos juntamos habitualmente a jugar al fútbol o nos encontrábamos en el gimnasio. Casi todos estamos en un momento familiar similar, con chicos en las mismas edades”, repasó Marco, uno de los fundadores e integrante de la comisión directiva. “Por eso buscábamos mejorar una canchita que había en el barrio, pero queríamos algo que perdure en el tiempo. Ahí surgió hacer una institución y pedir un espacio”, completó el relato de los orígenes.
Con el tiempo, los partidos se transformaron en cita obligatoria y los terceros tiempos el espacio para planificar la institución. El entusiasmo acercó a vez más vecinos. Y en plena pandemia, el proyecto cobró vida y se materializó con la personería jurídica. “En estos barrios si no hay comunidad, no se consigue nada. La unión y el conjunto de fuerza y voluntades es lo que hace el proyecto”, se entusiasmó Marcos con lo hecho.
Con los papeles conseguidos, quedaba buscar la tierra. Fue en las elecciones para intendentes de 2021. “Tuvimos apoyo del Ejecutivo y el Concejo. Además, previamente se hizo una consulta con todo el barrio para presentar el proyecto, que tuvo una adhesión de casi 200 personas”, recordó. Y se hizo el lugar: consiguieron el tercer rombo del barrio para comenzar a levantar el club. Fue “un alivio”, sigue Marcos: “Hasta ese momento, dependíamos de otras personas. Ahora es una cuestión nuestra”.
Pollo con pizza para cancha y vestuario
Luego empezó una nueva etapa denominada plan de obras con mejoras en el terreno, alambrado y una cancha de fútbol. “Al ser una institución en formación tenemos, todos los papeles súper ordenados. Y así pudimos pedir subsidios a Nación y Provincia que nos permitieron tener obras como el vestuario y cuartito de guardado”, contó Marcos.
Sin embargo, no fue la única manera de juntar fondos ya que los integrantes de la institución también realizaron polladas y ventas de pizzas para seguir recaudando. Y los vecinos de Roldán respondieron con creces.
También se construyó una cancha de fútbol, se pudo poner la energía eléctrica y todos los caños de agua.
Para el futuro se espera contar con una pileta de natación y un lugar cerrado para poder desarrollar actividades culturales.
No sólo la número cinco
Primero se comenzó en lugar cerrado que fue prestado a dar clases de ajedrez y tuvo buena repercusión. Sin embargo, se quedaron sin ese espacio y debió postergarse. También se dictan clases de gimnasia dos veces por semana. Y a partir de octubre llegan las clases de fútbol masculino, femenino y también hockey. Hay posibilidades que también se pueda incorporar el vóley.
Autóctonos de alto vuelo
“Cuando arrancamos con los partidos de fútbol y las comidas, siempre pensamos un nombre para identificarnos. Y surgió un animal de la zona, territorial, familiar y autóctono, ahí dijimos Los Teros. Y cuando se armó la institución no tuvimos dudas”, cerró.
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