La Ley de Paridad de Género se hizo realidad, al fin, en Santa Fe. En los últimos años fue la normativa más reclamada y a la vez postergada en la Legislatura provincial, trabada dos veces por el Senado, la cámara compuesta por 18 varones y una sola mujer, Cristina Berra, más la presidencia a cargo de la vicegobernadora Alejandra Rodenas. Hasta esta semana, Santa Fe estaba en el podio de las ocho provincias sin una ley de paridad propia. Tuvieron que pasar tres años de la aprobación de la Ley Nacional de 2017, cuatro de la primera iniciativa provincial con media sanción en Diputados de 2016, dos de la segunda de 2018 y cinco la explosión de la agenda feminista a partir del primer Ni Una Menos para que los planetas legislativos santafesinos se alinearan. El texto de la ley tiene varios puntos cuestionables pero todas las voces coinciden en que fue la ley posible y que ahora habrá un piso de paridad desde el cual pelear. Pero, ¿qué fue lo que cambió este 2020 cuando la composición del Senado es casi la misma que cuatro años atrás?
El Ciudadano analizó la histórica sanción con referentas políticas de Santa Fe que fueron claves en la construcción de los consensos para lograr la ley: Alejandra Rodenas, las diputadas Lucila De Ponti (Frente de Todos) y Lionella Cattalini (Frente Progresista) y la ex diputada e integrante de la Mesa de Mujeres por la Paridad, Silvia Augsburger.
Pero antes un breve repaso. El proyecto de ley votado este jueves fue redactado por el senador Rubén Pirola, del departamento Las Colonias. Ya lo había presentado el año pasado y lo hizo de nuevo en mayo. En paralelo, había entrado en Diputados un proyecto del Frente Progresista Cívico y Social, elaborado por las diputadas socialistas en diálogo con otros bloques. Las legisladoras ya se habían organizado de manera transversal en 2016 y en 2018, consiguiendo la media sanción. Las dos veces el Senado no las trató y perdieron estado parlamentario.
De la gesta de 2016 nació la Mesa de Mujeres por la Paridad, un espacio integrado en un principio por asesoras legislativas de todos los bloques. Este año se le sumaron las diputadas mandato cumplido, formando un grupo de 70 mujeres que a través de la virtualidad llevaron el debate a cada departamento de la provincia y discutieron la letra chica de la ley.
En mayo los senadores hicieron modificaciones al texto de Pirola y le dieron media sanción. Había muchos puntos cuestionables y no era fácil que Diputados la votara sin modificaciones. Durante meses fue clave el rol de la Mesa de Paridad en articulación con las diputadas y con Rodenas en el Senado. El miércoles hubo dictamen de comisión para llevarla el jueves al recinto, estableciendo la representación igualitaria entre varones y mujeres en los tres poderes del Estado (excepto la fórmula de gobernador y vice), los partidos políticos y los colegios profesionales. Parecía que salía pero a último momento aparecieron las idas y vueltas con el texto. Los problemas estaban con el artículo 5 y la conformación de las listas después de las primarias. La sensación de que el tratamiento se caía recorrió la Legislatura santafesina. Finalmente, a las 17 el texto fue votado en Diputados, volvió al Senado y se convirtió en ley. Las únicas abstenciones fueron de las bancadas “celestes” de Somos Vida y Familia.
Alejandra Rodenas, vicegobernadora y presidenta del Senado
La vicegobernadora y presidenta del Senado fue clave a la hora de pensar en penetrar en la más conservadora de las cámaras. En diálogo con El Ciudadano, explicó que la clave fue la campaña de 2019, en la que con cada senador recorrió los territorios y entraron en contacto con organizaciones de mujeres que los empezaron a interpelar y a hacerle reclamos sobre la agenda que el Senado no tenía en cuenta. “La realidad de cada departamento fue la que empezó a mover los cimientos”, opinó.
“Creo que entendieron el cambio de época que trae el movimiento de mujeres. En esa campaña fuimos poniendo sobre la mesa las necesidades del movimiento de mujeres, con mucha paciencia, diálogo y consenso. No es que los senadores me hicieron caso. Primero que desde el gobierno provincial tenemos una agenda de género y había un compromiso de campaña que hoy se ve con la creación de la Secretaría de Género e Igualdad y las políticas que se están llevando adelante. En ese marco, vengo a representar esta agenda en el Senado y la paridad y la ESI, por ejemplo, eran ejes fundamentales”, explicó Rodenas.
Para ella se está dando un proceso de deconstrucción de los senadores que se ve reflejado en las iniciativas presentadas, como la de paridad de Pirola o de Educación Sexual Integral de Armando Traferri: “La ley de Pirola era muy buena, mejor que la que sancionamos. Tenía la paridad, en todo, inclusive la fórmula. Después fue la poda en la media sanción y las discusiones que se dieron en Diputados. La gran cualidad que hubo de mi parte fue llevar la voz del movimiento de mujeres adentro del Senado, sin tensionar las realidades territoriales. Es una ley que ya estaba en la calle y en los territorios. Estaba en este cambio de época que ellos supieron interpretar y yo los acompañe en ese proceso de deconstrucción. Y ahora se van a venir otros debates como ESI o cannabis”.
Lionella Cattalini, diputada provincial (Frente Progresista Cívico y Social)
Cattalini preside la comisión Asuntos Constitucionales, de la cual salió el dictamen del miércoles. Es parte de la nueva camada de diputadas feministas que ingresaron en 2019 a la Cámara Baja. Para ella, fue clave entender que había que trabajar en conjunto con todos los bloques para conseguir la ley posible, que no necesariamente es la mejor ley. Desde el comienzo armaron un grupo de whatsapp de legisladoras para dar impulso a la ley de Paridad y trabajaron en conjunto con la Mesa. No se trató sólo de los acuerdos de esta semana. Desde la media sanción en el Senado trabajaron en las modificaciones de manera exhaustiva y en acuerdo con el Senado, para que una vez que lo votaran no lo frenaran.
“El proyecto que venía del Senado generaba una composición de listas a través de duplas, modificando el sistema D’Hondt. No fue fácil lograr esos cambios porque había que acordar con el Senado. Llegamos a un acuerdo muy sobre la fecha y el miércoles hicimos una comisión conjunta de constitucional y logramos un dictamen. Después tuvimos algún que otro ruido en el Senado por el dictamen que habíamos logrado y le hicimos pequeños cambios. A las cinco de la tarde, logramos que se apruebe en Diputados, y que vuelva al Senado y vote en ese mismo momento. Valoramos la apertura del Senado al diálogo y al consenso, que haya tomado nuestras consideraciones y lo haya convertido en ley”, explicó.
Consultada sobre qué cambió este año para que se diera el tratamiento, Cattalini respondió: “El Senado santafesino es un cuerpo que representa un proceso político viejo pero el movimiento feminista es tan grande que de a poco están entendiendo que si no se adaptan a la realidad la historia les va a pasar por encima. A eso hay que sumarle tener una vicegobernadora que tiene un compromiso con la agenda de género, que la Cámara de Diputados tiene un recambio muy importante y por primera vez somos paritarias con los varones. Las diputadas entendimos rápidamente que si no nos poníamos de acuerdo entre todos los partidos no íbamos a lograr este resultado. Espero que este sea un comienzo y podamos trabajar juntas en una agenda igualitaria de género para la provincia».
Lucila De Ponti, diputada provincial Movimiento Evita
Podría decirse que Lucila De Ponti trae suerte a la hora de tratar leyes de paridad: es la segunda ley que vota y que se aprueba. En 2017 como diputada nacional fue parte de otra construcción transversal en el Congreso. En ese entonces, las legisladoras de todos los partidos se le plantaron a los diputados varones y dijeron que no iban a votar ningún proyecto más si no se discutía el tema. La ley salió y, como la santafesina, fue la ley posible. “El proyecto es perfectible pero es fundamental tener un piso de paridad del cual partir, sobre todo para las mujeres de las 365 localidades de Santa Fe: es una a herramienta para dar la batalla de la participación política en las comunas y municipios”, explicó.
Para ella la Legislatura pudo saldar una deuda que tenía con las demandas del movimiento feminista, con las diputadas que dieron la pelea antes y con las organizaciones sociales. “Es cada vez más innegable dar lugar a la agenda de los feminismos. Ganamos con mucha militancia en la calle un lugar en las instituciones y cada vez hay menos margen. Incluso en esta cámara de 99 por ciento varones que antes había dado la espalda a la historia y ahora ya no puede”, opina y agrega que se suma el rol de Rodenas, con la que construyeron una estrategia.
Sobre la votación del jueves y el momento en que el tratamiento se puso en riesgo, De Ponti explicó: “Algunos diputados radicales tenían reparos con el artículo 5 que establece la conformación de los cuerpos colegiados. Trabajamos durante cuatro horas para buscar un texto alternativo. Pudimos construir el artículo 5, que altera el criterio de alternancia y secuencialidad. Es decir, antes era una mujer y un varón y ahora es con sistema de duplas. Esto era muy importante para el movimiento de mujeres y no está garantizado”. Por eso, muchas de las diputadas se abstuvieron en el momento de la votación de este artículo.
“El proceso hubiese sido más lindo de otra manera, con las referentas sentadas en la mesa de discusión opinando y trayendo propuestas. Pero tenemos esta Legislatura y evaluamos que teníamos la posibilidad de aprobar la ley y no sabíamos cuando se iba a dar de nuevo”, agregó. En relación a la posibilidad de que la paridad empiece a permear en el Senado, para De Ponti será un proceso largo: “Lo importante es que van a tener suplentes mujeres, muchos de los que están ahora son suplentes de hecho. Lo fundamental es el poder territorial que genera la ley. Va a dar poder y participación a las mujeres en las comunas y municipios”.
Silvia Augsburger, integrante de la Mesa de Mujeres por la Paridad
Augsburger fue diputada provincial por Igualdad y Participación entre 2015 y 2019. Vivió e impulsó los dos debates anteriores. Hoy integra la Mesa de Mujeres por la Paridad, clave para garantizar que la ley que se aprobó respete lo más posible los principios de paridad. Para ella, las modificaciones a último momento fueron estrategias para sostener privilegios.
Primero hubo cuestiones de forma y después se incorporó la progresividad para los poderes judicial y ejecutivo, un planteo hecho desde el oficialismo para que no haya que conformar un un gabinete paritario desde el momento en que sale la ley. Hasta ese momento, los planteos eran entendibles. “Después se empezaron a hacer cambios que demoraron la sesión. Volvieron al sistema de duetos o duplas en las elecciones generales. Esto significa que en vez de uno y una, la lista puede quedar formada por una mujer, dos varones y una mujer, por ejemplo. Es un sistema no existe en ninguna provincia argentina ni en América Latina y que atenta contra el principio de la paridad. En este artículo se abstuvieron la mayoría de las diputadas”, explicó la ex diputada y referente feminista.
Otro de los puntos cuestionados de este artículo parte de la ley nacional y ya tiene más de 30 fallos de la Justicia en contra y dos proyectos de ley en el Congreso para modificarlo. Es el reemplazo por personas del mismo género (es decir: renuncia un varón, asume un varón) algo que atenta contra el espíritu de las leyes de discriminación positiva. “Que se reemplace género por género sostiene el estatus quo, viola el espíritu de la ley que es equilibrar lo que la sociedad desequilibra. En el Senado esto no pasará porque la Constitución aclara que en caso de renuncia debe asumir el o la suplente, que será mujer por la conformación de la lista que establece la ley. Diputados y concejos municipales. Los problemas van a surgir en los concejos y en Diputados”, agregó.
Para Augsburger la Mesa de Paridad fue clave para que no saliera una mala ley. Una ventaja es que todas sus integrantes conocen el funcionamiento de la Legislatura desde adentro y discutieron artículo por artículo. “Las modificaciones que se hacen en la media sanción fueron para que no haya ley. Fue la resistencia de un Senado patriarcal, medieval y retrógrado. No se podía aprobar así en Diputados. Hicimos un trabajo muy fuerte para vencer a ese Senado. Explicitamos la trampa de cada artículo de la media sanción. Fue un trabajo de hormiga con reuniones permanentes explicando cada uno de los puntos en los 19 departamentos, a las diputadas y a la vice gobernadora”.
Además del rol de la Mesa, Augsburger considera que fue clave el rol de Rodenas y su compromiso con la agenda de género, la presión de que haya 16 provincias con paridad y que en Diputados por primera vez haya mitad mujeres que, además, tienen en promedio 10 años menos que los varones. Otro punto sobre el que hace foco son las abstenciones: “Los únicos que se abstuvieron y no votaron fueron los celestes. Es paradójico porque las mujeres de ese bloque suelen decir que están a favor de la paridad, los derechos de las mujeres, la erradicación de la violencia de género, y en contra del aborto. Pero su voto demuestra lo contrario”
A diferencia de otras provincias donde se debatió paridad, en Santa Fe no hubo grietas políticas dentro del espacio de la Mesa, que ya está pensando en el futuro y en cómo van a monitorear la aplicación de la ley. Una de las acciones posibles es judicializar el artículo que no aplica la paridad en las comunas en 2021. Para el principio de progresividad, esperan que al salir la reglamentación el gobernador les dé una reunión en la que cual explique el plan para conseguirla.
