Que sea Clásico. Genuino y natural. Como quieren todos. O al menos la mayoría. Que sea un partido de fútbol de noventa y pico de minutos. Sin factores externos que atenten contra el normal desarrollo de un espectáculo que deben brindar veintidós protagonistas.
Que el ganador ocasional sepa ganar, sin provocaciones que puedan arruinar la fiesta. Y que el perdedor circunstancial sepa perder, a pesar del dolor que ello implica. Central y Newell’s vuelven a cruzarse, desde las 15.10 en el Gigante, bajo el arbitraje de Diego Abal, dentro de la programación especial de la 24ª fecha del campeonato de Primera División, en un encuentro que será transmitido por la TV Pública.
A un mes y medio del cruce anterior, que se llevó Central del Parque con gol de Marco Ruben por la 18ª fecha, vuelven a enfrentarse en el cierre de otra semana signada por episodios de violencia social, que poco y nada deberían tener relación con un partido de fútbol. Ediciones atrás, fueron ataques incendiarios a tiendas oficiales y pintadas amenazantes en inmuebles hacia futbolistas y periodistas. Ahora, se sobrepasó el límite de tolerancia con el ataque a la vivienda de los abuelos de Maxi Rodríguez. Que sea Clásico y nada más.
Aunque cada partido represente una historia diferente por escribir por parte de los protagonistas, Central llega como favorito. Los propios canallas no se animaron a reconocerlo, quizás porque el refrán enseña que “nunca hay que escupir hacia arriba”.
Pero sí lo hizo Lucas Bernardi, técnico de Newell’s, con una chicana mediante. “Por la tabla, por el juego y porque lleva mucho tiempo sin conseguir un título”. Totalmente cierto.
De paso Bernardi buscó descomprimir tensiones entre sus dirigidos, cuya mayoría viene cargando con el estigma de cuatro derrotas consecutivas frente al eterno rival. No se trata de una mera referencia estadística. Central ejerce una fuerte paternidad sobre Newell’s desde que volvió de jugar tres temporadas en la B Nacional.
Central llega con una identidad de juego consolidada. Coudet le imprimió un estilo verticalista a su equipo. De presión sostenida, a partir de una impecable preparación física. Y los buenos resultados son consecuencia del buen trabajo. Encumbrado en la tabla, el Canalla necesita volver a ganarle a Newell’s para entrar en el sprint final del campeonato con las chances intactas de pelearle el título a los candidatos San Lorenzo y Boca.
Newell’s, todo lo contrario. No da pie con bola, a pesar de las convicciones que busca transmitir Bernardi. La goleada sobre Racing, en el debut del ciclo del ex capitán leproso, se pareció a un largometraje de ciencia ficción. Ninguna semejanza con la devaluada realidad futbolística que atraviesa el equipo. Siete fechas sin ganar.
Referentes que no aparecen o que permanecen en el banco y juveniles que se sienten desamparados en la adversidad. Una idea de juego que no asoma y un técnico cuestionado por decisiones tácticas que producen un efecto adverso.
Que sea un duelo de titanes. Central, por una victoria que le permita alimentar aún más el sueño de pelear por el título hasta las últimas consecuencias. Newell’s, por un triunfo que le posibilite volver a vivir. Que sea Clásico y todos acepten el veredicto del resultado.