Los dos detenidos en la causa que investiga el homicidio del taxista de 61 años Gerónimo Escobar, asesinado de un balazo en un presunto hecho de robo el 13 de febrero en Centeno y Callao, fueron imputados y quedaron con prisión preventiva por el plazo de ley.
Así lo resolvió la jueza Valeria Pedrana al término de una audiencia imputativa que se realizó a las 15 de este jueves en el Centro de Justicia Penal. A la misma no asistieron familiares de la víctima pero sí tres compañeros de trabajo que escucharon con atención la acusación.
La fiscal Marisol Fabbro hizo un breve relato de los hechos e imputó a Miguel Q., de 32 años, y a Brenda O., de 25, la coautoría del delito de homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego, cuya portación le achacó al hombre. Ambos fueron representados por el defensor oficial Juan Pablo Nardín y se abstuvieron de declarar.
Según mencionó la fiscal en la audiencia, los dos sospechosos detenidos, quienes serían pareja, fueron señalados por un “testigo no identificado” que brindó sus nombres y apellidos y los acusó del homicidio de Escobar, además de una serie de robos en el mismo barrio donde ocurrió el crimen en los que también sindicó a una hermana trans de Brenda.
A la hora de enumerar la evidencia recolectada, la fiscal reconstruyó el último recorrido que hizo el taxista desde que levantó un pasaje, a las 4.20 del jueves 13 de febrero en avenida Ovidio Lagos al 3900, a través del GPS del Chevrolet Corsa Classic que conducía.
Según indicó, allí tomó el servicio Brenda, quien se encontraba sola, y le pidió que la llevara hasta un cajero automático para retirar dinero por esa avenida en su intersección con Saavedra.
Allí la pasajera bajó, hizo una transacción y volvió a subir al taxi, escena que quedó filmada por las cámaras de seguridad de esa sucursal del Banco Macro.
Luego, según la fiscal, la joven le pidió al chofer que continúe hasta Centeno al 2600, donde “previo acuerdo” con su cómplice, terminó el viaje y el taxista fue abordado por Miguel, quien se acercó a la ventanilla del conductor y lo apuntó con un arma con fines de robo.
Ante la resistencia, el chofer fue herido de un disparo en la espalda que le costó la vida poco después, en tanto sus agresores se dieron a la fuga.
Mismo modus operandi
Para reforzar la acusación, la fiscal Fabbro relató cinco denuncias radicadas entre finales de diciembre y principio de febrero por taxistas que fueron asaltados en la misma zona donde asesinaron a Escobar.
Al volver a entrevistarlos, la fiscal pidió que describan el modus operandi y a los asaltantes y concluyó que había muchas coincidencias y parecidos físicos.
De hecho, uno de los taxistas asaltados denunció que conocía a quién le robó porque tiempo atrás jugaban juntos al fútbol y lo identificó por su apodo.
Para Fabbro, todas las víctimas eran taxistas, asaltados en horarios nocturnos, en la misma zona cercana a Centeno y Rodríguez (próxima al domicilio allanado donde fueron detenidos los sospechosos) y con un modus operandi similar: ganar la confianza del chofer pidiéndole primero que pase por un cajero automático para luego indicarle el destino final en una zona a la que no todos los taxistas acceden ir de noche cuando se les pide de entrada.
Defensa
El abogado Nardín planteó que la Fiscalía, al no brindar la identidad del testigo que señaló a sus clientes, violentó el derecho de defensa.
Agregó que sus clientes no fueron imputados por ninguno de los hechos de robo que describió la fiscal y que de la evidencia presentada en relación al homicidio no cuenta con “elementos de convicción suficientes”, ya que tampoco fueron hallados testigos presenciales del hecho que hayan visto a sus defendidos en la escena del crimen.
El defensor solicitó por último que en caso de que les dicten prisión preventiva lo hagan con un plazo establecido y que Brenda pueda cumplirla en su domicilio, ya que es madre de una menor de dos años y se encuentra embarazada.
Pero la Fiscalía se opuso tras resaltar que la joven ya gozaba de prisión preventiva domiciliaria luego de ser acusada de una tentativa de robo en diciembre pasado que incumplió. Para demostrarlo mencionó que fue detenida (el 18 de febrero) en una vivienda de calle Centeno al 2600, distinta a la que figuraba para el cumplimiento de su detención domiciliaria sobre calle Garibaldi.
En la misma línea, la fiscal agregó que la acusada (quien a mediados de 2015 firmó una condena en un abreviado a tres años de ejecución condicional) quedó filmada en el cajero automático la noche del crimen, lo que también demostraría que violó la domiciliaria.
La jueza Pedrana aceptó los planteos de la Fiscalía, tanto en la calificación penal como en el pedido de la medida cautelar, y ordenó la prisión preventiva de ambos imputados por el plazo de ley, que en Santa Fe equivale a un lapso de dos años.