Por Diego Recchini / Télam
A pocos días de cumplirse siete años del crimen de Claudia Schaefer, la mujer degollada y asesinada de 66 puñaladas en el vestidor de una casa del country Martindale de Pilar, la Justicia bonaerense le comunicó al femicida Fernando Farré que su condena a prisión perpetua quedó firme y que recién en 2050, tras haber pasado 35 años encarcelado, podrá pedir la libertad condicional, informaron fuentes judiciales.
La notificación –a la que accedió Télam-, fue remitida por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de San Isidro al director de la Unidad 41 de Campana, penal donde actualmente Farré cumple la pena máxima.
Allí se le informó formalmente al encausado que no habiendo presentado su defensa un recurso extraordinario o de queja ante la Suprema Corte bonaerense, el último fallo de Casación que confirmó su condena “adquirió firmeza el 11 de febrero de 2022”.
“Téngase por culminada la vía recursiva y habiendo adquirido firmeza el fallo condenatorio recaído en este proceso, practíquese cómputo de pena”, señala la notificación judicial.
Al tratarse de una sentencia a prisión perpetua, ya que Farré fue condenado como autor de un homicidio doblemente agravado por el vínculo y por tratarse de un femicidio, no se fija fecha de vencimiento de la pena, pero sí, de acuerdo a lo establecido en el artículo 13 del Código Penal, el momento a partir del cual podrá solicitar la libertad condicional, que es tras pasar 35 años encarcelado.
La notificación detalla que Farré “se encuentra ininterrumpidamente privado de su libertad desde el día 21 de agosto de 2015”, por lo que estará en condiciones de solicitar la condicional “a partir del día 20 de agosto de 2050”.
Con estos plazos, el ex CEO de multinacionales de cosméticos que cometió el femicidio cuando tenía 52 años y ahora tiene 59, recién podrá pedir el beneficio de la condicional cuando tenga 87.
El único recurso que tendrá para salir antes del penal, es que le otorguen la prisión domiciliaria cuando el 7 de abril de 2033 cumpla 70 años o por alguna razón de salud.
Sin embargo, el propio Farré y su nuevo abogado, Omar Saker, aseguraron a Télam que haber dejado firme el fallo en provincia fue una “estrategia” para sacar la causa de la justicia bonaerense, donde consideran que hubo irregularidades, y pedir en el futuro una revisión ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
“La estrategia es llegar a la Corte Suprema de Nación a través de una acción de revisión que conduzca a la nulidad del juicio”, dijo Farré en un intercambio de mensajes vía celular con Télam, desde la cárcel de Campana.
“Hubo nulidades que no fueron atendidas, contradicciones de un policía en el juicio, falsos testigos preparados por las fiscales y errores en las instrucciones que el juez le dio al jurado que me condenó. Además, mi perito de parte, el psiquiatra Enrique De Rosa, me declaró inimputable en su informe en disidencia”, agregó el condenado.
“Atento a la suma de irregularidades en el desarrollo de esta causa, ya no tiene sentido seguir insistiendo en esta jurisdicción. Decidimos no apelar más y presentarnos ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, explicó el abogado Saker.
Violencia y muerte
El femicidio de Schaefer, de 44 años, fue cometido el 21 de agosto de 2015, cuando la mujer fue junto a su abogado a la casa de fin de semana que el matrimonio alquilaba en el country Martindale de Pilar para retirar sus pertenencias.
El encuentro se realizó en el marco de un conflictivo divorcio que incluía una denuncia de la víctima en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia y una exclusión de hogar del imputado del domicilio que compartían en el barrio porteño de Recoleta.
Cuando Schaefer fue al vestidor de la casa a retirar su ropa, Farré entró detrás de ella, cerró la puerta con llave y la atacó con dos cuchillos que previamente sacó de la cocina.
El homicidio tuvo como testigos a la madre del femicida, a una de sus abogadas y al letrado de Schaefer, quienes escucharon u observaron todo lo que sucedía en el vestidor detrás de la puerta que estaba bloqueada o desde una ventana que daba al jardín trasero de la casa.
Según la autopsia, Farré le ocasionó con golpes y los cuchillos un total de 74 lesiones a su esposa, de las cuales 66 fueron heridas de arma blanca, y la causa de la muerte fue un degüello.
El administrador de empresas, que fue detenido en la misma escena del crimen, terminó condenado el 6 de junio de 2017 por un jurado popular que lo declaró culpable en un debate que contó con la coordinación del juez Esteban Andrejin del TOC 2 de San Isidro, quien le fijó la pena máxima de perpetua que ahora quedó firme.
Además, el magistrado resolvió que el empresario sea privado de la patria potestad de sus tres hijos mientras dure la condena y de la administración de sus bienes.
Su defensa, en el juicio había propuesto dos posibilidades que fueron desestimadas: que se lo declare inimputable o que se atenúe la pena por “emoción violenta”.
Desde que cumple condena, Farré cambió varias veces de unidad carcelaria -San Martín Dolores, Bahía Blanca-, porque tuvo algunos problemas con otros presos.
Su último traslado fue en enero pasado a la Unidad 41 de Campana, donde comparte pabellón con el sacerdote Julio César Grassi (condenado por abuso de menores) y con el ex boxeador Rodrigo “La Hiena” Barrios (preso por violencia de género), y se debió a que denunció que fue hostigado y extorsionado en el penal de Bahía Blanca por un grupo de presos que lo obligó a pagar 100.000 pesos para comprar para la cena de Año Nuevo corderos, lechones y varios kilos de pollos y frutas.
Allí, por lo que contó, estudia a distancia sociología y tiene planes de retomar abogacía, carrera que había empezado cuando estaba en Bahía Blanca.
Además, va a las charlas sobre liderazgo que hacen “Los Espartanos” y “Los Legionarios”, los equipos de rugby integrados por reclusos bonaerenses, y también estudia el Antiguo Testamento, la Torá y está completando un curso de Cábala Mística Judía que había empezado hace 10 años en Miami.