Un ciudadano argentino radicado en Estados Unidos quedó procesado con prisión preventiva por promover y facilitar la explotación sexual de adolescentes en la provincia de Tucumán. Así lo dispuso el Juzgado Federal N° 1 de esa provincia.
La investigación es llevada adelante por el fiscal federal Agustín Chit, con el apoyo de la delegación local de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) y personal de Gendarmería.
De acuerdo con la acusación del fiscal Chit, el empresario tucumano radicado en Estado Unidos Eduardo Made, de 67 años, fue responsable de haber contactado a un grupo de adolescentes a través de medios digitales con la finalidad de captarlas, acogerlas y explotarlas sexualmente, actividad que materializó al menos a partir de enero de 2022.
Para lograr su objetivo, captó a una de las jóvenes, de 15 años actualmente, y la utilizó para que le consiguiese los contactos de otras menores de edad de su entorno. Los contactos fueron establecidos mientras se encontraba en Estados Unidos, señaló el portal Fiscales.
El acusado convencía a las jóvenes y se ganaba su confianza prometiéndoles una gran ganancia de dinero, al mismo tiempo que llevaba adelante «una fastuosa exhibición de poderío económico». De esa manera, el victimario mantuvo contacto al menos siete adolescentes con quienes proyectó encuentros que se llevaron a cabo en febrero y abril de este año en los periódicos viajes que Made realizaba a Tucumán.
Respecto del lugar donde se consumó la explotación, en todos los casos se produjo en el Hotel Sheraton de Tucumán, de acuerdo con la denuncia. Ello se vio corroborado por los registros de cámaras de seguridad del hotel, las pruebas testimoniales producidas y las tareas de investigación reservada. En los videos del hotel se pudo advertir cómo el imputado ingresaba al lugar acompañado de diferentes adolescentes, ya sea por el hall de entrada o por el ascensor que da al estacionamiento. Una vez allí, subía con las jóvenes a su habitación, lugar donde se consumaba la explotación sexual.
Made –según la acusación– se valió de la complicidad de personal perteneciente al Sheraton que conocía lo que pasaba. Según el testimonio de una de las víctimas, todos en el hotel conocían al imputado y los que trabajaban allí lo “ayudaban”. La joven sostuvo que el hombre aseguraba que «a él no le pasaría nada» y que dijera que era su sobrina. Las víctimas sostuvieron que el imputado insistentemente intentaba convencerlas de viajar a Miami con él, donde las ayudaría a insertarse en el mundo del modelaje.
Si bien en su presentación Chit entendió que los hechos imputados debían encuadrarse bajo los delitos de trata de personas y corrupción de menores agravada, una resolución del Juzgado Federal N°1 de Tucumán marcó que si bien se encontraba acreditado que había promovido la prostitución de las menores, no había aún elementos para procesar bajo la figura de trata.
El juez federal Fernando Poviña manifestó que ninguna de las adolescentes se encontraba en situación de prostitución previamente al contacto con el imputado y que dicho estado era buscado y motivado por Made a través de maniobras de manipulación psicológica, aprovechándose de la edad de las jóvenes. Al procesarlo por la «promoción y facilitación de la prostitución agravada», dispuso además la continuidad de la investigación con el objetivo de corroborar la presencia de elementos que resulten dirimentes para acreditar la consumación del delito de trata de personas.