El juez de Instrucción de la 9ª Nominación, Javier Beltramone, refirió que el crimen de Maximiliano Rodríguez, alias “Hijo del Quemado” se trató de una ejecución mafiosa. “Resulta preocupante la forma y el modo de comisión” del hecho, afirmó el magistrado, que además resaltó el nivel de vida que llevaba la víctima, quien salió de la cárcel hacía poco más de un mes y no contaba con un trabajo conocido. A su vez refirió que en el allanamiento a la vivienda del joven, realizado luego de que su novia no prestara colaboración en la investigación, se secuestró documentación que –a criterio del tribunal– claramente determina que el Quemadito “estaba comercializando algún tipo de estupefaciente”, por lo que se declaró incompetente respecto a esta cuestión que deberá pasar a manos de la Justicia federal.
Pasadas las 11 de ayer y luego varios días de hermetismo, el juez Javier Beltramone abrió las puertas de su despacho a la prensa. Cercado por periodistas, el juez explicó que en la noche del martes se presentó junto al personal del juzgado y la policía en el departamento céntrico donde vivía la víctima junto a su pareja, y procedió a allanarlo. Esta medida se realizó luego de que la novia del Quemadito, Sofía L., al testimoniar sobre lo ocurrido mostrara “una intención clara y manifiesta de ocultar información”, sostuvo.
Beltramone refirió que se localizó al dueño del departamento que habitaba la víctima y su pareja a partir de una agencia inmobiliaria y determinaron “algunos aspectos relevantes en función de una persona que acababa de recuperar su libertad (en referencia al Quemadito, quien salió de la cárcel de Piñero a fin del año pasado) y estaba viviendo en un departamento de primera línea por Pellegrini y Corrientes con un costo mensual estimado, entre alquiler y gastos centrales, de siete mil pesos”, indicó el juez.
Según una fuente del caso, la vivienda estaba equipada con electrodomésticos y muebles de primer nivel. Y, además de los artículos electrónicos y del hogar, se secuestró un revólver calibre 22 cargado con 5 proyectiles que está siendo peritado y 1.600 pesos en billetes de 5 y 10 pesos. Además se halló material documental que “a criterio del tribunal determina claramente que se estaba comercializando algún tipo de estupefaciente”, deslizó el juez.
El juez sostuvo que, a su criterio, esa documentación demuestra claramente que se trata de una cuestión de drogas por lo que resolvió declarar su incompetencia respecto a esta cuestión puntual. Otro de los datos significativos es la incorporación al expediente de documentación probatoria que tiene origen en la causa de la masacre de Villa Moreno. “Se acompañó también a este tribunal documentación medular y clave de un trabajo extraordinario que ha hecho el doctor (Juan Andrés) Donnola respecto al conocido caso del triple crimen”. Esa documentación que se encuentra reservada, “hoy se pone a disposición de la Justicia federal, donde el hoy fallecido ya estaba implicado en cuestiones vinculadas al narcotráfico”, afirmó Beltramone.
Respecto a la posibilidad de que la víctima fuera un administrador en el negocio de la comercialización de drogas, el juez respondió que Maximiliano Rodríguez era una persona que tenía antecedentes por delitos de drogas, no tenía trabajo y nunca tuvo uno conocido, que estaba viviendo en un departamento con un costo mensual de 7 mil pesos y se manejaba en un vehículo caro a un mes de salir de prisión. A ello sumó la documentación secuestrada donde “hay un movimiento que hace a un tráfico y comercialización de estupefacientes”, y concluyó diciendo: “Dos más dos, son cuatro”.
Respecto al homicidio, remarcó que “preocupa la forma y el modo de comisión, estamos hablando de una ejecución mafiosa, de personas que han contado con información, tecnología, capacidad operativa, que demuestra que estamos, a prima facie, ante una especie de criminalidad organizada”.
Y aclaró que aún no cuenta con ninguna pista firme respecto a los autores del hecho aunque existen elementos que pueden sindicar algún tipo de autoría.