Le dicen Marcianito y tiene 14 años. Desde hace un tiempo largo se esfuerza mucho para subsistir; pone el lomo, como se suele decir. Todos los días entra y se acomoda en su pupitre, como gran parte de los adolescentes de su edad. Llega con su viandita, generalmente compuesta de picadillo, papas fritas y agua mineral; se sienta y pasa largas horas encerrado. Pero lo llamativo de esto es que Marcianito no lo hace en la escuela; lo hace en una construcción de tres metros de frente, por uno y medio de fondo, y dos de alto, sin ventanas, con los ingresos cerrados desde el exterior. En la puerta que da a la calle tiene un cartel que dice verdulería, aunque no sea lo que se vende. Ahí cumple un turno, de aproximadamente 24 horas, en los cuales no puede pararse para estirar los pies, ni va al baño; no sale a tomar aire ni a mirar la luz del día. Marcianito es un soldadito de un búnker que, en las primeras horas de ayer, salvó su vida de milagro al ser rescatado por Bomberos Voluntarios, cuando la construcción en la que trabaja comenzó a prenderse fuego. La mayoría de vecinos de la zona dijeron que el incendio fue causado por una bandita que al parecer pretendía robar el expendio de drogas de barrio Empalme Graneros.
Voceros policiales indicaron que el fuego comenzó alrededor de las 5 de ayer en una construcción de material ubicada en Felipe Moré al 600 bis, a pocos metros de las vías férreas que dan inicio al barrio Empalme Graneros. Según indicaron los pesquisas, el terreno de entrada a lo que en principio se pensó que era una verdulería estaba lleno de basura en llamas, la cual había sido recolectada y depositada en el lugar por un grupo de muchachos.
Un vecino de la zona dio aviso en plena madrugada a la policía y a bomberos. Afortunadamente, la ayuda llegó rápido, confió un portavoz, y mientras el fuego comenzaba a aplacarse, desde el interior de escucharon gritos de socorro.
Según fuentes del hecho, personal de bomberos voluntarios zona norte tiró abajo una puerta de hierro para rescatar a un adolescente, identificado por testigos como Marcianito, de 14 años, quien tuvo que ser asistido con un tubo de oxígeno, ya que había inhalado monóxido de carbono por el humo generado en el incendio y luego debió ser trasladado a un centro de salud para una mejor atención.
En tanto, sobre las causas del siniestro, vecinos de la zona dieron varias versiones. Una de ellas da cuenta de que el incendio fue una reacción de gente de la zona, cansada del acoso de compradores y competidores de los “narcos”. En tanto, otros –quizás un poco más temerosos– señalaron que todo fue ideado por un grupo de ladrones que intentaba hacerse con la recaudación y los estupefacientes que, presumían, se guardaban dentro del búnker.
Voceros del caso señalaron que en el interior de la construcción, agentes de la Dirección Provincial de Control y Prevención de Adicciones incautó una importante cantidad de estupefacientes y material de interés para la investigación, que quedó en manos de la Justicia de Instrucción (por el incendio) y Federal (por el secuestro de drogas).