«Roberto es asesinado junto a su esposa Bárbara Miranda, sus hijos Robertito de 6 años y Barbarita de 4, y secuestran a Matilde, la bebé de 6 meses», en una operación represiva de la dictadura en la casa de la familia Lanuscou en la localidad bonaerense de San Isidro, el 3 de septiembre de 1976, recordó David.
En declaraciones a la prensa que cubre el juicio contra los represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez, agregó que los restos de sus familiares asesinados fueron descubiertos en 1984 en el cementerio de San Isidro, «junto a un osito y ropita de la nena».
A raíz del hallazgo, «vino un famoso antropólogo de Estados Unidos, Bernard Shaw, traído por Madres de Plaza de Mayo, y se constata que de Matilde no hay restos y se nota que está todo fraguado».
«Esto coincide con la denuncia de algunos vecinos», testigos del asalto represivo a la vivienda de su hermano, que «vieron sacar una beba de esa casa destruida y a partir de ahí comienzan las sospechas de que podría ser Marcela Noble Herrera, la hija de la directora de Clarín».
Lanuscou dijo que esta información «se mantuvo en reserva durante muchos años y salta a la luz pública cuando (el ex juez Roberto) Marquevich, en la época de (la presidencia de Carlos) Menem la detiene por falsificación de documento».
«Y no me explico por qué aún no está presa. Yo tengo la certeza de que los hijos de Ernestina Herrera de Noble son hijos de desaparecidos», insistió el querellante.
Consultado por la prensa sobre si Marcela Noble Herrera podría ser su sobrina Matilde, contestó: «puede ser».
«Como querellante, acepté que se cotejaran los datos con el Banco Nacional de Datos Genéticos pero no solamente con los de nuestra familia y siempre me resultó muy sugestivo cómo se negaron a hacerse esos estudios», concluyó.