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Quererse de lejos: cómo hacen los geriátricos para reemplazar las visitas y dar contención al mayor

Antes de que empiece el aislamiento, el contacto físico con familiares quedó en suspenso. Las residencias buscan la forma de reemplazar el afecto mientras se preparan para un posible contagio. Alertan sobre diferencias en los protocolos. La Municipalidad implementa uno nuevo desde esta semana

Silvina está acostumbrada a visitar a su mamá día por medio. Chichí, como le dicen a Olga, tiene 82 años y un diagnóstico de demencia senil y diabetes. Silvina decidió internarla cuando la enfermedad hizo que dejara de reconocer su propia casa. En el Residencial Belén, en el sur de Rosario, Chichí encontró la compañía, y la atención amorosa y cuidadosa de las enfermeras. Cada vez que Silvina la visita, los besos y abrazos son costumbre. Hace dos meses ese contacto físico fue reemplazado por una pantalla. Cada comunicación es por videollamada y termina con las dos besando el vidrio del celular.

Las visitas de familiares quedaron en suspenso en los geriátricos de casi todo el mundo por la pandemia de coronavirus y en muchos países incluso antes de que empiecen las cuarentenas. Como las personas mayores son el principal grupo de riesgo todo el contacto que recibían pasó a ser virtual. Extremar los cuidados implica prescindir de las formas habituales de afecto, algo difícil tanto para familiares como para quienes viven en residencias. En Rosario hay 4.500 personas en casi 200 geriátricos. Desde la cámara que los nuclea trabajan fuertemente en reforzar la atención, no sólo para evitar un posible contagio sino también para dar contención en salud mental. Una de las dificultades que tienen en la prevención del Covid-19 es que desde el Estado les dieron tres protocolos distintos que no coinciden entre sí en varios aspectos. La semana pasada, desde la Municipalidad de Rosario reforzaron los protocolos de actuación en geriátricos ante un posible caso. Trabajan en relevar la situación en cada lugar y en aclarar cómo implementarlo. Además, pusieron a disposición atención psicológica telefónica y presencial.

Quererse de lejos

Luís López es presidente de la Asociación de Residencias Geriátricas y gestiona los dos residenciales Belén que hay en Rosario, ubicados en Alem al 3200 y en Santa Fe al 1400. Los últimos dos meses han sido de mucho trabajo. Por un lado, hay que cuidar a adultos y adultas mayores de un posible contagio. Por el otro, hay que dar contención por los cambios que genera vivir en cuarentena.

Las visitas se prohibieron 10 días antes de que comience el aislamiento. El cambio llevó a reorganizar la forma de atención al interior de las residencias. “Los abuelos y el personal han hecho un sacrificio muy importante, y los familiares también han entendido. Están en contacto continuamente por llamadas de teléfono celular o computadoras. Algunos se asoman a la vereda para saludar de lejos. El vínculo estuvo ausente por completo pero se trata de que no se sientan lejos de sus seres queridos. El personal se salud se comprometió mucho, hacen actividades, juegos, cine, cocina, bingos, y están en contacto permanente con los familiares”, explicó López.

Para lograr esta atención, asistentes sociales están en contacto continuo con familiares informándoles el estado y las actividades que hacen. “Los abuelos entendieron, ven televisión y escuchan las noticias. Aceptaron como todos que la única manera de cuidarnos es con estas medidas. Igualmente, estamos en un tramo que se está agotando. En mi institución noto cierta tristeza que antes no notaba, ojalá pase pronto porque es difícil que estén sin contacto. Para el personal también, se trabaja bajo un estrés que hay que considerar”, agregó el representante de los geriátricos.

López explicó que en el caso de las personas adultas que tienen problemas de salud mental, como demencia senil, quienes más lo sufren son las y los familiares. “Tal vez el abuelo no comprende la situación y el familiar padece no poder verlo porque es más difícil el contacto sin la presencia así como el seguimiento de la enfermedad”, dijo.

El uso de la tecnología siempre es acompañado por personal de cada institución. “Me ha sorprendido cómo hemos transitado esta cuarentena de manera cerrada. Dentro de todo fue bastante llevadera y con mucha concientización. Ojala no ocurra nada en los geriátricos porque hemos hecho un esfuerzo enorme para cuidar a todos”, agregó López.

No tocar

“Mi mamá es muy de abrazar y de besar. Y yo también. Así que hoy cuesta mucho ese contacto. Ella le da besos a la pantalla del teléfono y yo hago lo mismo. Es duro eso, se te plantea si está bien dejarla ahí o no. Pero hay una cuestión con las personas que tienen demencia senil y es que el no reconocen su casa como propia y modificarle todos los hábitos es peor. Yo sé que ella está bien en el residencial porque hay un control de lo que come, de sus medicamentos, de su rutina. Y traerla es desacomodarle de vuelta la vida. Para un paciente en esas condiciones se hace muy complicado”, explicó Silvina sobre el vínculo con su mamá Chichí en tiempos de cuarentena.

Madre e hija hoy se comunican por videollamada. Silvina está tranquila porque ve que el afecto que ella no le puede dar en persona es garantizado por las enfermeras que la cuidan diariamente: “La puedo llamar todas las veces que quiera. Cuando hablamos ella no entiende muy bien el tema del Covid pero sí sabe que hay un virus. Yo trato de explicárselo para que entienda por qué no voy a verla porque eso ella lo nota. A veces cuando están jugando al bingo yo me quedo jugando con ella un rato desde el celu. Trato de ver cómo está de ánimo y por suerte la veo bien”.

Para Lucas Raspall, a cargo del Programa Rosario Cuida a Los Grandes de la Municipalidad, la falta de contacto de familiares con las y los adultos es el costado más doloroso de lo que produce el Covid-19 en los geriátricos. “Sucede que no es fácil en todos los casos sobrellevar con una videollamada. Hay muchos que no enganchan con eso, no tienen las posibilidades o los recursos cognitivos para hacerlo. Desde el municipio tenemos un área de trabajo que intenta complementar con asistencia psicológica y con la tecnología. Pusimos a disposición de los geriátricos las líneas de apoyo y contención telefónica, así como la atención psicológica a partir de un convenio hecho con la UNR”, explicó el funcionario.

“De a poco se va paliando la situación afectiva y anímica que viene mostrando un costado difícil. Son adultos que están acostumbrados a recibir la visita de un hijo o una hija y ahora no ven a nadie, como les pasa a todos, porque los otros adultos que no están internados también están sin contacto. Pero la situación en geriátricos suele ser más complicada porque no siempre cuentan con esos recursos cognitivos para entender lo que está sucediendo”, opinó Raspall.

Para el funcionario, el contacto con familiares no se reemplaza pero sí se compensa. “No podemos pensar en un reemplazo pero si en compensar esa privación de afecto con otro tipo de actividades o con la mediación con psicólogos. En esto los geriátricos están dándolo todo. Están muy preocupados y ocupados en atender la salud de los adultos mayores. Se vienen haciendo inspecciones y acompañamiento para la implementación de protocolos y en la gran mayoría se ve una disposición muy alta en resolver las situaciones. Pretender que eso reemplace la presencia física de un familiar es difícil, eso no sucede”, dijo Raspall.

Los contactos virtuales son una forma de paliar esa ausencia. Ponerlos en práctica significó enseñarle a adultos y adultas a usar la tecnología de una manera que muchos desconocían. “Quizás antes a un adulto mayor no se le hubiese ocurrido hablar por una pantalla con su hija y ahora lo hace. Anímicamente es muy importante el impacto que tuvo esta pandemia. El estado de ánimo es muy importante en la salud general de cualquier persona. Entonces atender lo anímico es atender la salud. En eso, los geriátricos cumplen un rol fundamental”, agregó.

Para el funcionario en el caso de personas con enfermedades de salud mental es más difícil: “Están los que tienen un grado de desorientación cognitivo y temporoespacial en el que no hay registro de la situación, pero hay otros con un grado más leve que no les impide extrañar o recordar a sus afectos, pero sí entender de manera cabal de qué se trata todo esto. Uno de los consejos es evitar la sobreinformación. Mantener una pantalla encendida todo el día no ayuda, pero sí dar información precisa del por qué de estas medidas para que se entienda que tiene que ver con el cuidado de su salud”.

Dificultad con los protocolos

Para Luis López una de las mayores dificultades de los geriátricos son los protocolos y la diferencia entre los elaborados por cada nivel del Estado. Hasta ahora, geriátricos y residencias recibieron tres protocolos, de Municipalidad, provincia y Pami, con diferencias entre sí que no ayudan a la preparación ante un posible caso o brote en este tipo de instituciones.

“Estamos preocupados y trabajando con mucha responsabilidad para estar preparados ante un posible contagio pero vemos diferencias que no son menores. La mayoría de las personas en geriátricos está por Pami, que tiene un protocolo que difiere a los otros. Además, la provincia dice que ante un caso hay que hacer aislamiento de 7 días, mientras que municipio y Pami dicen 14. La provincia dice que hay que usar tapaboca, mientras que los protocolos de Pami y la Municipalidad piden barbijo quirúrgico, un elemento costoso al que no podemos acceder fácilmente. Lo mismo pasa con los insumos que son caros y que no podemos afrontar”, explicó López y agregó: “Como institución estamos desorientados en el proceder porque no sabemos cómo hacerlos coincidir. La actividad nuestra es riesgosa porque estamos con un grupo con más índices de contagio y letalidad. Y la autoridad no está siendo clara sobre cómo tenemos que actuar”.

Para López el contagio en geriátricos puede aparecer con los ingresos, tanto de personas nuevas, reingresos o del personal que trabaja día a día. Con el personal ya toman medidas. Una de las cosas que vienen pidiendo desde la Asociación es el hisopado y los test. López explicó que otro de los puntos conflictivos es el aislamiento: “El protocolo nos dice que tenemos que aislar pero no tenemos capacidad para hacerlo, porque los geriátricos tienen una estructura que es difícil de adaptar”.

“Creemos que no pudimos implementar una logística clara con las autoridades. Nosotros estamos dispuestos a colaborar pero es un problema que tenemos y nos preocupa mucho. Todas las instituciones estamos muy comprometidas para que no haya casos. Hicimos consulta con infectólogos para acordar como manejarnos. Hoy estamos abocados a la parte sanitaria, queremos tener reglas claras para preservarnos, no tener una contingencia y pasar este momento que es angustiante para todos”, agregó López.

Según Raspall, de la Municipalidad, la llegada de la pandemia hizo que las comunicaciones con provincia se hicieran más fluidas: “Aprovechamos la cercanía con las instituciones y la injerencia que tenemos en la inspección y habilitación de los establecimientos, y buscamos poner claridad en relación a los protocolos nacionales, poniendo el foco en Pami, que nuclea un porcentaje muy alto de los adultos mayores que residen en geriátricos. Existen diferencias y los geriátricos tienen que buscar cómo adecuarse, pero para esto se viene trabajando con Salud de la Municipalidad y con la provincia para llevar tranquilidad a los geriátricos, que tengan claridad y tranquilidad en las medidas que tienen que tomar. Al principio había muchas diferencias pero de a poco se van acortando”.

Nuevo protocolo municipal de respuesta inmediata en geriátricos

Desde la Municipalidad difundieron que pusieron en marcha un plan preventivo y de contingencia organizado en tres niveles de alerta, que desde este lunes es notificado a todas las residencias de adultos y adultas mayores, previamente georreferenciadas.

El plan preventivo apunta a otorgar a los geriátricos una cadena de llamados obligatorias para aquellos que tienen responsabilidad operativa y que de este modo puedan disparar un alerta en forma efectiva.

En este aspecto, dentro del sistema de comunicación se establecerán niveles de alarmas, estableciendo los siguientes: Nivel I (amarillo): entra el grupo en línea de alerta preventiva; Nivel II (naranja): entra el grupo en línea de respuesta directa y en estado preparativo; y Nivel III (rojo): entra el grupo en el momento del aviso al estado de funcionamiento absoluto, privilegiando esta situación por sobre cualquier otra.

Según informaron, para el diseño de este protocolo se hizo una georreferenciación de todos los geriátricos de la ciudad, los que comenzaron a ser visitados y notificados desde este lunes por agentes del Comité Operativo de Emergencia (COE) Central, quienes dejan en cada lugar un Manual con el organigrama de respuesta y los números correspondientes a la cadena de activación; asimismo dan información necesaria para una óptima respuesta operativa.

El plan contempla además una estrategia de comunicación y de contención para familiares.