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Quién es el Maligno, el primer oro argentino

Nacido en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el 28 de marzo de 1995 (a sus 11 se vino a la Argentina, donde nacieron sus padres), tiene 29 años, una edad elevada para este deporte. El británico Kieran Reilly, que terminó segundo, tiene 23 y el tercero, el francés Anthony Jeanjean, 26.


Por Alejandro Duchini

 

Son las 10.25 del miércoles 31 de julio. De pronto, somos muchos, muchísimos, quienes estamos pegados a la transmisión en directo de las finales del Ciclismo BMX freestyle. Juegos Olímpicos a pleno. Desde hace unas horas, hay un nombre que asoma al mundo del deporte. José Augusto Torres Gil. Le dicen Maligno. Vaya apodo. Y es el primer oro argentino en París 2024.

 

“De los mejores atletas del mundo. Humilde”, lo describe el comentarista de Claro Sport, la página de YouTube desde la que se puede seguir cada actividad olímpica. Y agrega que es considerado desde hace años entre los mejores del mundo. Ellos no hablan solo de argentino; hablan también de latinoamericano.

 

Nacido en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, el 28 de marzo de 1995 (a sus 11 se vino a la Argentina, donde nacieron sus padres), tiene 29 años, una edad elevada para este deporte. El británico Kieran Reilly, que terminó segundo, tiene 23 y el tercero, el francés Anthony Jeanjean, 26. Ni hablar del norteamericano Marcus Christopher, de 21.

 

Pero el Maligno, dicen los que saben, padeció constantes lesiones en su carrera porque siempre fue a tope en los riesgos. No usa los frenos, sufrió fracturas pero igual sigue. Padece asma. Tiene, cuentan, un carácter inquebrantable. Supo escuchar consejos; el ex ciclista Gabriel Curuchet uno de ellos.

 

“(…) lo que produce el deporte en sus momentos de magnífico esplendor, como las grandes finales o las ceremonias de apertura de los Juegos Olímpicos, entran en otra categoría: alegría pura, asombro, entusiasmo infantil de banderitas al viento, estupor ante la cantidad de países cuya mera existencia ignorabas, luces y colores, destrezas, honores, novedades de la cultura, extravagancias, agua y fuego y las formas más elevadas, más compartidas, más sinceras de la solemnidad”, escribió en estas horas la periodista Cecilia Absatz. Tal vez uno de los textos más emotivos que se puedan leer sobre los Juegos.

 

Desde hace casi una semana, quienes amamos al deporte no hacemos más que emocionarnos. Pudo gustarnos o no la ceremonia de inauguración. Pero todos, creo, nos emocionamos con la voz de Celine Dion en el cierre, cantando bajo la lluvia (la lluvia siempre aporta emoción), en la Torre Eiffel y acompañada por un piano. Eso es el deporte. Y es también lo que nos recuerda el periodista Ezequiel Fernández Moores en su columna de este miércoles en La Nación. “Argelia, justamente, fue el equipo que rompió protocolos el sábado, en la apertura de los Juegos, cuando recordó al anfitrión su pasado colonial. Sus atletas lanzaron rosas al Sena, en recuerdo a los compatriotas asesinados y arrojados al río por la policía de París en una revuelta independentista de 1961. ‘El Sena’, escribió un diario argelino, ‘nunca estará lo suficientemente limpio como para borrar la sangre de 1961’. La memoria del colonizado nunca será igual a la del colonizador”, escribe.

 

Torres Gil es producto del deporte como desarrollo gubernamental y social. Viene a cuento ahora que se habla tanto de privatizar todo; más que nada los clubes de fútbol. Si el deporte saca a los pibes y pibas de las calles y les da contención, también puede servir para llevarlos a lo más alto del mundo. Veamos sino al Maligno, que salió del programa CBA X, impulsado por la Agencia Córdoba Deportes. Con defectos y virtudes, con críticas, esta iniciativa que apunta al desarrollo de los deportes alternativos demuestra la importancia de un Estado presente.

En estos Juegos el apoyo oficial que recibieron los atletas argentinos fue casi nulo. Ahora es posible que aquellos ausentes cuando se los necesitaba aparezcan para la foto.

Son las 10.55. A Torres Gil, que tenía unos 90 mil seguidores en su cuenta de Instagram (malignobmx), ahora lo siguen 200 mil. Más del doble. Y sigue en aumento. El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, le acaba de entregar la medalla de oro. Suena el Himno Nacional Argentino. Ojalá que nunca deje de sonar.

 

 

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