En el mundo de los vinos es conocida la historia de Rudy Kurniawan, el mayor estafador que haya existido en la historia reciente de este negocio.
Porque los vinos son, para mucha gente, mucho más que un disfrute o un pasatiempo. Se hacen negocios millonarios en este rubro y no solamente lo pueden hacer las bodegas.
Aficionados millonarios del ambiente de los vinos que son (o creen que son) conocedores sobre calidades, cepas, regiones productoras, pueden pagar miles de dólares por botellas y cajas de vinos que tienen, además, un alto valor de mercado. Se transforman en un símbolo de status y también, en una inversión.
Rudy Kurniawan sabía esto. Conocía bien los vicios y prejuicios de aquellos que, sin ser parte de la industria de los vinos, toman a esta afición como algo más que un hobby. Y de ellos se aprovechó.
La millonaria estafa le valió a Rudy Kurniawan el título del «mayor estafador de vinos» de la historia, y hasta su propio documental en Netflix. Te contamos todo lo que tenés que saber sobre este curioso personaje y delincuente, además de dónde podés ver el documental sobre su caso, titulado «Sour Grapes» (en inglés, «uvas amargas»).
Quién es Rudy Kurniawan
Rudy Kurniawan comenzó a atraer la atención de los empresarios norteamericanos y hasta estrellas de Hollywood por su participación muy agresiva y competitiva en importantes subastas de vinos.
Se posicionó como un «savant», un conocedor y experto inversor en cajas y botellas, con una memoria experta para el gusto por los vinos.
¿Sus credenciales? Gastar miles y miles de dólares en aquellas subastas que le ofrecían ponerlo en el mapa. Se dice que llegó a gastar un millón de dólares por mes para ser visto como el más agresivo comprador de vinos del momento.
También su apariencia llamaba la atención. En un mundillo acostumbrado a señores mayores blancos y millonarios que tenían carrera como número uno de empresas o familias bodegueras, Rudy Kurniawan resaltaba por ser un joven nacido en Indonesia en 1976 y que emigró a los EE.UU. en 1998.
Si bien apareció de la noche a la mañana, no le llevó mucho tiempo convertirse en referente obligado en cuanto a vinos raros y vintage de alta gama, que además ofrecía desde una amplia cava en un altillo a sus invitados en generosas cenas. Justificaba su fortuna diciendo que su familia era distribuidora exclusiva de la cerveza Heineken en China.
Finalmente, con la venta de algunas de sus preciadas botellas y cajas de vinos, Rudy Kurniawan llegó a recaudar unos 35 millones de dólares en solo dos subastas. Nadie desconfió del reconocido experto.
En 2006 Rudy Kurniawan participó en dos subastas de vinos de la firma Acker, Merrall & Condit en las que obtuvo 10,6 millones de dólares en la primera y 24,7 millones en la segunda. Esta última marcó el récord de una sola venta de vino bajo esa modalidad hasta ese momento.
Un año después, sus varios lotes de botellas magnum del Château Le Pin de 1982 en Christie’s de Los Ángeles que fueron la portada del catálogo de la subasta. Pero representantes de la bodega contactaron a la casa de subastas e indicaron que las botellas eran falsas. Fue uno de los primeros pasos en falso.
La sospecha sobre Rudy Kurniawan se intensificó cuando un productor de vinos francés, Laurent Ponsot, se dio cuenta de que alguien estaba vendiendo un vino que era supuestamente de la bodega Clos Saint Denis, pero de un año en el que no habían producido. Los vinos que ofrecía Rudy Kurniawan estaban etiquetados entre 1945 y 1971.
Ponsot se trasladó al mundo de los vinos exclusivos y extremadamente caros de Los Ángeles y Nueva York, y así se expandieron las sospechas de los ricos compradores, las casas de subasta más prestigiosas y hasta el FBI. Rudy Kurniawan quedó bajo la lupa en lugar de bajo los reflectores.
Coleccionistas, enólogos, casas de subastas y hasta prestigiosas revistas especializadas se dieron cuenta de la estafa y demandaron a Rudy Kurniawan en Nueva York.
Durante la investigación de estas denuncias, agentes del FBI entraron a la residencia del conocedor de vinos, y hallaron un laboratorio con cientos de botellas usadas y vacías, que eran rellenadas con una mezcla de vinos de California y con etiquetas falsificadas.
Llevado a juicio, se lo declaró culpable y en 2014 fue condenado a 10 años de prisión.
Rudy Kurniawan pasó finalmente siete años en la cárcel y luego fue liberado, en noviembre de 2020, y puesto bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), antes de ser deportado a su Indonesia natal en abril de 2021. Resulta que también había entrado ilegalmente al país.
Dónde ver el documental sobre Rudy Kurniawan en Argentina
El documental sobre Rudy Kurniawan fue producido por Dogwoof, la compañía británica del documentalista Andy Whittaker. Tiene una duración de 1 hora y 25 minutos. Es descrito por las plataformas de streaming y medios especializados en cine como «insólito» y «cómico».
El protagonista es un criminal, pero a la vez es un típico antihéroe que estafa a personas con mucho dinero, dispuestas a pagar fortunas por un símbolo de riqueza y status. Por eso es que el ingenio de Rudy Kurniawan en muchos de los espectadores genera complicidad antes que rechazo o enojo.
En el film se puede ver como el estafador inunda el mercado norteamericano de vinos Premium con falsas botellas vintage de vinos, que vende a millones de dólares, un fraude que quedó desenmascarado justo antes de la caída de la bolsa norteamericana en 2008, un contexto que también muestra el film estrenado en 2016.
Una rápida búsqueda en Google muestra que hoy en Argentina este particular documental se puede ver en Amazon Prime, y no ya en Netflix, el documental sobre el mayor estafador de vinos de la historia. También se puede ver on demand en la web de Dogwoof.
Con esta película se llega a conocer a fondo el curioso caso de Rudy Kurniawan, el mayor estafador de vinos de la historia.