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Quién fue San Cayetano, por qué se celebra su día el 7 de agosto y cuál es su oración

Miles de católicos devotos fueron este lunes a los distintos santuarios del país para pedir por pan y trabajo

El 7 de agosto es uno de los días más importantes para los católicos, ya que se celebra el día de San Cayetano y miles de creyentes se congregan en los Santuarios de todo el país para pedirle al Santo Patrono del Pan y el Trabajo.

A continuación, un repaso por su vida, la explicación de por qué se celebra su día cada 7 de agosto y cuál es su oración.

Quién fue San Cayetano

Cayetano de Thiene fue un presbítero italiano, fundador de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos, que en 1671 fue proclamado santo por el papa Clemente X.

Nació en Vicenza, el 1° de octubre de 1480 y pertenecía a la familia de los condes de Thiene.

Era un ferviente creyente de que la Iglesia necesitaba luchar contra la Reforma y servir a los más pobres.

Según decía, “Dios lo había llamado a realizar una gran obra”, por lo que decidió trasladarse a Roma en 1506 y acompañar al papa Julio II hasta su fallecimiento.

San Cayetano murió en 1547, a sus 66 años, cuando era el superior de su orden en Nápoles.

Es el patrón de los gestores administrativos, así como de las personas que buscan trabajo y los desempleados, y del pan.

Por qué se celebra su día el 7 de agosto

La Iglesia Católica designó este día, que es el aniversario de su muerte, para recordarlo a él y a todos los milagros que realizó.

San Cayetano murió el 7 de agosto de 1547, en Nápoles.

La oración a San Cayetano

«¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las Naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.

Santísima Trinidad ¡Oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.

Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guie nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento».

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