Quienes se animaron a acusar al rapero aseguraron que hacía “ejecuciones sexuales prolongadas” y que drogaba a la gente con éxtasis y ketamina. Todo era grabado y se extorsionaba a las personas con difundir el material. De esa manera los asustaba y sometía, tanto a hombres como mujeres y los mantenía “obedientes y dóciles”.