A horas de Navidad y a casi una semana de Año Nuevo, se acercan dos celebraciones que incitan, sobre todo a los más jóvenes, a organizar fiestas callejeras hasta que el sol asome. En los barrios se estila, desde hace años, a juntarse en los espacios públicos. No hay normas que lo prohíba. Igual, la Municipalidad montará un operativo de controles para que esas celebraciones no afecten la circulación en las calles, evitar el alcohol al volante y garantizar que todo se haga en paz.
El secretario de Control y Convivencia de la Municipalidad, Guillermo Turrín, adelantó que, por lo que vienen “chequeando en las redes sociales, este año parece muy tranquilo”. Se refería a los «eventos» publicados sobre todo en Facebook que invitan a participar indicando los los lugares de las fiestas callejeras en la ciudad.
“Hay puntos donde nosotros sabemos que vamos a estar intercediendo para que se lleve a cabo y en paz. Uno es el de 9 de Julio e Iriondo, fiesta que ya es conocida, pero que se logró trasladar a la plaza Buratovich. Otro es el de Mendoza y Azcuénaga, ya que el año pasado hubo incidentes. Un tercero es en la zona de la cancha de Rosario Central, sobre avenida Génova “, expresó Turrín en diálogo con El Ciudadano. Señaló que «serán cuatro los puntos de control fijos”. El funcionario agregó que “habrá 100 inspectores de tránsito en total. Se realizarán controles de alcoholemia y además en las calles también contaremos con el apoyo de la Policía de la provincia”, dijo.
“Todos los que hemos tenido la suerte de crecer en barrios sabemos que las fiestas callejeras existen y, mientras no haya alguna actividad lucrativa o comercial detrás, no hay ninguna norma que impida su realización”, enfatizó el secretario municipal. Desde Control y Convivencia de la Municipalidad se busca controlar las arterias y la circulación urbana.
“Los mismos vecinos tienen tolerancia frente a los ruidos que se pueden generar y que son propios de estos festejos”, aclaró Turrín. “No es un viernes o un sábado común”, redundó el funcionario con la esperanza de que no haya exabruptos.
Cambio de año, de hábitos y poder adquisitivo: cada vez menos pirotecnia
El secretario del área de Control y Convivencia remarcó que se realizaron en estos días secuestros de gran cantidad de pirotecnia ilegal en la zona sur. La mirada se posó también en la venta callejera y en los comercios. Es que, recordó, está prohibida la venta y uso de fuegos artificiales en Rosario.
“En la ciudad tenemos controlado tanto la venta como la manipulación. Pero en los alrededores, como Alvear, Pueblo Esther, General Lagos, Funes o Roldán, su venta está legitimada, con los cual el que quiere comprar puede acceder fácilmente”, lamentó Guillermo Turrín.
“Estamos en un proceso de concientización del uso de la pirotecnia y es un proceso que vienen, en disminución”, afirmó. “Es un peligro. Niños con autismo y mascotas sufren mucho los ruidos y además las lesiones por manipular los materiales son muy graves: no hay un solo beneficio en la pirotecnia”, concluyó.
Qué hacer en caso de un accidente
En caso de quemadura por pirotecnia, es fundamental concurrir en forma urgente a un centro asistencial o llamar al SIES 107 (Sistema Integrado de Emergencia Sanitario).
Evitar que los niños utilicen estrellitas y bengalas ya que pueden provocar daños oculares, incluso quemaduras de consideración. Si se usa dichos elementos tiene que ser bajo supervisión de un adulto. La misma debe ser utilizada en espacios bien abiertos, nunca entre edificios, tampoco cerca de vehículos, garrafas, personas o animales
Jamás detonar la pirotecnia dentro de elementos de vidrio o metal, ya que puede provocar serias lesiones por esquirlas.
Evitar encender petardos con mechas cortas ya que no dan tiempo de alejarse a quien los enciende
No llevar pirotecnia dentro de los bolsillos, ya que por fricción o calor pueden explotar, y tampoco almacenarla en lugares donde la temperatura puede aumentar.
En caso que el producto no explote, hay que descartarlo, no acercarse y, en lo posible, mojarlo con abundante agua.
La pirotecnia no se debe encender sosteniéndola con la mano, sino apoyada en el suelo, alejándose inmediatamente a una distancia prudencial, y evitar hacerlo con cigarrillos, resistencias o papeles
Ante explosiones cercanas, proteger los oídos de los niños más pequeños.
No almacenar ni hacer detonar elementos de uso pirotécnico cerca de materiales inflamables, como fósforos, encendedores, fuentes de calor, calefones, parrillas, entre otros.
Ante condiciones climáticas ventosas, ser cuidadoso al encender los productos aéreos, como cañas voladoras y globos de papel.
En caso de quemaduras por ignición de la ropa, sofocar el fuego con una frazada o hacer rodar a la víctima por el piso. Advertir a la víctima que no corra y no colocar ningún tipo de cremas, ungüentos caseros, pasta dental o pomadas a fin de evitar infecciones.
Del mismo modo, cuando los ojos resulten comprometidos con traumatismos o quemaduras por pirotecnia no se deben tocar ni aplicar absolutamente nada. En caso de ser afectada otra parte del cuerpo, sumergir la zona lesionada en forma urgente en agua fría, lavarla luego con jabón y agua limpia, cubrir la zona con toallas limpias y trasladar al paciente al Centro de Salud más cercano.
La pirotecnia y fuegos artificiales con fuertes explosiones pueden generar un grave impacto en los animales, sobre todo en perros y gatos, provocándoles palpitaciones, taquicardia, temblores, náuseas, jadeo, desorientación y ataques de pánico, entre otros síntomas. Los efectos son diversos y de diferente intensidad y gravedad.
Los animales tienen un oído sumamente delicado y agudo, escuchan hasta 60 veces más que los humanos y por ello los estruendos provocan que se escapen en busca de protección quedando expuestos a accidentes o a extraviarse.