En busca de posibles soluciones para regular con mayor eficacia la comercialización de armas en la ciudad, desde el Palacio Vasallo estudian la implementación de diferentes medidas que permitan al Ejecutivo trabajar en conjunto con los gobiernos nacional y provincial. Es por ello que la concejala María Fernanda Gigliani, del bloque Partido Progreso Social (PPS), propuso la creación del “Programa Municipal para el control de venta, tenencia y portación de armas”, plan que a través de diversas acciones deberá llevar adelante la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana.
El proyecto señala que las armerías tendrán que tener un libro de registro en el que consten los datos personales del comprador y la cantidad, tipo y calibre de armas o municiones adquiridas, entre otros requisitos. Estos datos deberán presentarse cada tres meses en el área municipal ejecutora.
Sobre la correcta implementación del programa, Gigliani remarcó que es fundamental la difusión estatal. “Los vecinos que participen de foros de seguridad vecinal o cualquier otra instancia de participación en la materia deben estar informados sobre las medidas que se llevan a cabo.
Junto con la creación del programa de control de armas fue presentado un proyecto complementario que plantea una modificación de la ordenanza que regula los trámites de habilitación para las armerías. Así, los artefactos de electrochoque (también conocidos como picanas), y los fabricados a base de agresivos químicos (como el gas pimienta), se vendan únicamente en los comercios habilitados para tal fin en la ciudad, en concordancia con lo que establece la ley nacional 20429.
“De acuerdo con los registros del Renar los comercios habilitados para la venta de armas en la ciudad son catorce, pero las picanas o aerosoles de gas pimienta se venden en muchos negocios, lo que es una clara situación de ilegalidad”, sostuvo. En tanto, aclaró que quien quiera adquirir estos elementos deberá cumplir con los requisitos pertinentes, ya que la ley nacional los considera arma de uso civil. “Si bien se venden para defensa, la falta de control sobre su comercialización hace que los delincuentes puedan acceder a ellos”, explicó.
Finalmente, recordó que “en 2012, en Rosario, se recolectaron 178 armas en sólo cuatro días durante el programa de entrega voluntaria impulsado desde el gobierno nacional”.