El músico y compositor Franco Fontanarrosa eligió Rosario como la ciudad para dar a conocer su nuevo proyecto musical denominado Paraíso a la Miseria. Desde el punto de partida, el título lo vincula con un juego de opuestos que gusta de plasmar y que ya supo explorar con otro de sus proyectos, La Mujer Barbuda, en discos como Agridulce.
“«Esto es un Paraíso a la Miseria» le escuché decir hace años a uno de los personajes de la obra Terrenal de Mauricio Kartun. Me gustó y se me quedó en la cabeza. Me gusta esa cosa antagónica de paraíso y miseria. En mí música hay muchas cosas antagónicas. También es un nombre aplicable a la situación del país y a la del planeta; es un nombre fuerte”, resaltó el músico en diálogo con El Ciudadano donde habló de la génesis de este proyecto musical que, en Buenos Aires, dará a conocer públicamente el 13 de julio con un recital en el Centro Cultural Kirchner (CCK).
Liderado por Franco Fontanarrosa (bajo eléctrico y composición) e integrado por Martín Pantyrer (clarinete bajo), Carto Brandán (batería), Guillermo Rubino, Rodrigo Beraldi (violines), Mariano Malamud (viola) y Benjamín Báez (cello), el grupo ahonda en una estructura compositiva libre que toma aspectos de la impronta experimental y de la música contemporáneo mezclando elementos con un sonido acústico y atonal. Y al menos en las canciones publicadas hasta el momento conviven paisajes abstractos y colores provenientes de distintas vertientes rítmicas.
La materialización se logra con una instrumentación constituida a partir de bajo eléctrico, batería, clarinete bajo y un cuarteto de cuerdas, envolviendo a quien escucha en un universo de sonoridad calificado por el ensamble como “música contemporánea groovera”.
Nacida en 2018 luego de ganar un subsidio del Instituto Nacional de la Música que a Fontanarrosa le permitió pagarles a más músicos para hacer una exploración más amplia, en Paraíso a la Miseria confluyen las búsquedas históricas de su líder.
“Hace muchos años que me gusta la música académica, sobre todo la de cámara y la contemporánea, y hacía tiempo que venía teniendo en la cabeza la idea de hacer algo que involucrara a un cuarteto de cuerdas pero la realidad es que me frenaba lo económico”, contó.
A pesar de su gusto como oyente, hasta ese año, el bajista nunca había tenido oportunidad de escribir para cuerdas. “Mi mundo era el del rock y el jazz”, comentó pero, ante el incipiente reto de haber ganado un apoyo económico, tomó clases con el pianista y compositor Diego Schissi y junto a él tradujo el tipo de música que componía en sus otros proyectos con destino a un lenguaje de cuerdas con sonoridad acústica y camarística.
El resultado de ese trazo productivo fueron cuatro canciones de larga duración, de las cuales se conocen sólo dos, que exploran un relato sonoro con una paleta de colores que surgen de un minucioso trabajo realizado por capas. “Son cuatro temas que terminaron durando casi diez minutos cada uno”, adelantó el músico.
Las dos canciones publicadas (“Emoticón” y “Capturar al fantasma”) tienen sus respectivos videoclips que se pueden ver y escuchar en la plataforma YouTube. En esos materiales se percibe una gestualidad teatral que ejecutan los propios integrantes de la banda.
Para Fontanarrosa, sin embrago, la búsqueda no estaba puesta en ese gesto: “Lo que pasó en los videoclips es la expresividad que tiene cada uno tocando y eso es lo lindo de vernos en vivo. Para mí era muy importante tener un registro audiovisual. Armamos el set de grabación pero no hubo un plan teatral. Las cuerdas tienen esa expresividad que es muy linda de ver y de escuchar”.
Editado por el sello discográfico Quark Records, Paraíso a la miseria, tal como se titulará el primer material de la formación homónima, se mueve entre la precisión de pasajes complejamente escritos y la improvisación más abstracta. “Es un mix, un 70 por ciento escrito y el resto improvisado”, dijo el músico, hijo del célebre humorista gráfico y escritor rosarino Roberto Fontanarrosa. Al mismo tiempo, el músico anticipó que, cuando la canción llega a ese momento de improvisar, lo que sucede está pautado: “Es música dentro de todo organizada que, en los momentos que piensa cosas aleatorias lo hace de forma pautada”.
-¿Entendés este trabajo como una especie de proyecto académico?
-Es como mi humilde acercamiento a eso.
-Hay sonoridades que se originan en La Mujer Barbuda que aquí se ven profundizadas y volcadas hacia otros lugares…
-Desde chico escucho música contemporánea y vi conciertos de ensambles de cámara. Muchos de los compositores que más me gustan provienen de allí. Los ensambles de cuerdas tienen una sonoridad que siempre me pareció increíble y tienen, además, algo de cinematográfico que siempre me gustó. Quiero que la música que hago transmita imágenes. Es una realidad que éste es el grupo más numeroso que tuve. Acá somos siete y pude experimentar con algunas posibilidades y armar más capas de sonoridades. Me gusta la sonoridad acústica que se escucha. En mi rol de bajista acá, yo soy el único instrumento eléctrico, y eso es interesante porque me despega del sonido del resto y me permite tocar cosas distintas a las que puedo hacer en un grupo de rock.
Para agendar
Paraíso a la Miseria, la nueva formación del músico y compositor rosarino Franco Fontanarrosa, se presentará este domingo, desde las 19.30, en el Túnel 4 del Centro Cultural Parque de España, de Sarmiento y el río. Las entradas tienen un costo general de 150 pesos y se pueden adquirir allí o bien a través del sistema 1000tickets.com.ar