Argentino arrancó con el pie izquierdo en el torneo Clausura de la Primera D. El Sala cayó con Cambaceres por 2-0 en el estadio Olaeta. Y ese resultado motivó el enojo de los hinchas, quienes a la salida del vestuario increparon a varios jugadores del plantel que conduce Damián Sciretta.
Uno de los apuntados fue Mateo Quintana, arquero de Argentino, quien en diálogo con en Al Fondo de La Red confirmó la actitud de los simpatizantes del Salaíto en la puerta de los vestuarios.
“Cuando salimos me encontré con varios hinchas muy enojados que comenzaron a insultarme. A ningún jugador le pegaron y hubo sólo un intento de robo de una mochila”, expresó el arquero.
Esta situación no fue para nada agradable para el jugador y su familia.
“No voy a hacer ninguna denuncia. No queremos perjudicar al club. Había gente que no conocía. Esto es un deporte, pero no es normal terminar en la esquina con gente insultando e increpando delante de la familia”, manifestó Quintana.
Ante la consulta de cómo se sigue después de este incidente Quintana fue muy claro en sus conceptos.
“Miedo no tengo. Me fui caminando de la cancha y voy a volver caminando el martes a entrenar. Voy a seguir. No voy a reprochar nada al presidente”, aclaró el uno del Salaíto.
Otro que se refirió al problema ocurrido en las instalaciones del estadio de Argentino fue su presidente, Daniel Mariatti, quien también se expresó en Al Fondo de La Red.
“Es raro que en el ámbito en que nos manejamos no nos enteremos de esta situación de agresión”, dijo el pope mayor del Sala.
Mariatti tomó nota de lo acontecido y esgrimió cierta autocrítica, pero, de alguna manera, intentó minimizar el hecho.
“Los directivos tenemos que garantizar la seguridad, pero no podemos exagerar. Hay que buscar el justo equilibrio. No hay que magnificar lo que no es. Con Scireta nos fuimos caminando del estadio después de haber tenido una charla”, fueron las palabras del presidente.
Y agregó: “Quiero ubicar el tema en su justa dimensión. Es lógica la bronca de todos y de la hinchada por la derrota en un partido que era ganable”.
Por último, Mariatti expresó: “Volví al estadio y me contaron lo que había pasado algunos dirigentes y el cuerpo técnico. Nadie me dijo que fuera agredido o que le hayan robado algo. Si hay alguien que se amargó porque le dijeron que pongan huevo, no puede jugar al fútbol”.