Racing Club le ganó con autoridad a Independiente 1 a 0 en el clásico de Avellaneda y reforzó su moral antes de definir su futuro en la Copa Libertadores, el jueves próximo, cuando reciba a Guaraní de Paraguay en busca de la clasificación a semifinales.
El capitán Diego Milito sentenció el partido a los 23 minutos del primer tiempo con un penal bien cobrado por el árbitro Germán Delfino, tras una falta del defensor Víctor Cuesta sobre el mediocampista Marcos Acuña.
Así, el equipo que dirige Diego Cocca afrontará el trascendental compromiso con los paraguayos, en el que debe revertir el 0-1 de Asunción, con un estado de ánimo en alza, pues además vencer al máximo rival, sumó el sexto triunfo consecutivo como local y extendió a doce juegos su invicto en el torneo local.
En contraste, Independiente, que sufrió la expulsión de Federico Mancuello por roja
directa a los 44 minutos del segundo tiempo, quedó con su entrenador Jorge Almirón en la cuerda floja y ya suma siete fechas sin victorias, alejado de la lucha por el título con 16 unidades.
Las distintas realidades que atraviesan uno y otro tuvieron su correlato en el transcurso del primer tiempo, por esa razón, Racing resultó un lógico vencedor parcial debido a que mostró mayores virtudes para lograr y sostener la diferencia conseguida en el marcador.
Independiente impresionó apenas jugados cinco minutos cuando Matías Pisano, su hombre más lúcido en ofensiva, calzó una pelota de sobre pique que zumbó el palo izquierdo del arquero Sebastián Saja, que más allá de alguna intervención importante, estuvo bien custodiado por el andamiaje defensivo de su equipo.
Con el marcador parejo y las obligaciones repartidas, Racing expuso mayor jerarquía en la búsqueda del gol a partir de la proyección de sus laterales, el aporte de sus mediocampistas externos (Acuña y Oscar Romero) y la vuelta de un jugador valioso: Luciano Aued.
El exfutbolista de Gimnasia de La Plata, que no jugaba desde marzo por una tendinitis de rodilla, fue un pilar para el equilibrio del equipo en la zona media y también una opción de salida clara en cada una de sus participaciones.
Bien estructurado para atacar, el equipo local desnudó las falencias defensivas del «Rojo», especialmente por el sector del lateral derecho Gustavo Toledo, quien a los 16 minutos, con un error grosero, le sirvió el gol a Gustavo Bou y demandó un esfuerzo del arquero Diego Rodríguez para evitarlo en un mano a mano.
La inestabilidad del conjunto dirigido por Jorge Almirón tuvo una nueva manifestación a los 21 minutos y entonces sí, lo pagó caro. Cuesta cruzó con imprudencia a Acuña en un ingreso al área por el costado derecho y Milito facturó el penal para desatar el estallido de la parcialidad «académica».
Urgido por el empate, Independiente fue tan vertiginoso como ineficaz, por lo que se sucedieron las ocasiones desperdiciadas. Entre varias, sobresalió una bien resuelta por
Saja a los 25 minutos, después de un derechazo de Lucas Albertengo, tras recibir un pase profundo de Martín Benítez.
En el segundo tiempo, Independiente amagó con una reacción a partir del adelantamiento de Mancuello, que intentó convertirse en el conductor. Pero el fútbol apareció en cuentagotas y, en efecto, un tiro libre del propio capitán fue la situación más clara que dispuso para igualar.
Racing fue inteligente y aún con menor tenencia de balón, estuvo más cerca del 2-0. Por caso, el paraguayo Romero casi lo convierte a los tres minutos con un disparo apenas desviado en una jugada en la que se asociaron Acuña y Gustavo Bou, luego de un mal despeje del uruguayo Mauricio Victorino.
Ya con la cabeza en el jueves, Cocca hizo cambios para reservar jugadores y el equipo no perdió solidez para sostener el resultado, que nuevamente pudo estirarse a los 9 cuando Romero resolvió mal una jugada dentro del área y también a los 35 con un tiro desviado de Milito, tras eludir al «Ruso» Rodríguez.
Finalmente, y pese a los últimas respuestas espasmódicas de Independiente, el 1-0 no se modificó y Racing celebró la victoria más deseada justo en la antesala del partido más importante del ciclo Cocca, que puede dejarlo entre los cuatro mejores equipos del continente después de 18 años.