En la profusa propuesta escénica de Agustín Aristarán, conocido popularmente como Radagast, convive algo de René Lavand mezclado con el Negro Olmedo y los Monty Python. Un humor ágil que va de lo pueril a lo absurdo y luego a otra cosa un poco más pícara, donde se filtran la magia, la música y un cierto estado de ilusión permanente, atraviesan el trabajo de este creador oriundo de Bahía Blanca que a los 19 años se quedó a vivir en Buenos Aires y que ahora, con poco más de 30 años, acredita un largo y exitoso recorrido que comenzó en las calles de su ciudad siendo un niño y hoy explota en las redes sociales, los escenarios y la pantalla chica.
“Es una fiesta ir a Rosario, estoy agradecido y sorprendido de volver y de llenar dos funciones”, dice exultante Radagast de su desembarco local de este sábado, consciente del momento económico que atraviesa el país, pero seguro de un público que lo conoce y lo acompaña, también, a través de las redes sociales, donde es todo un crack con más de un millón y medio de seguidores.
“Como pasó en el Gran Rex, teníamos la necesidad de ir a Rosario para despedir este show”, dijo el multifacético Radagast que llega a la ciudad con banda en vivo, luego de un 2017 con más de 40 funciones, 50 mil espectadores y tras agotar el porteño tótem de la calle Corrientes.
Permeable a las devoluciones del público, y tras un largo recorrido de trabajo, el presente show de Radagast, claramente, no es hoy el mismo que aquel que estrenó hace algunas temporadas. “En realidad, este espectáculo es un híbrido entre lo que vengo haciendo hace un tiempo y el nuevo material que estreno en septiembre, en el Metropolitan de Buenos Aires, donde voy a hacer temporada, que se llamará Serendipia. A eso se suma la banda, que es un proyecto musical que iniciamos hace tiempo y que hoy es una pata fuerte del show; somos un equipo de 17 personas”, expresó el mago, actor, clown, humorista y músico, que reparte su tiempo entre el teatro, la televisión (En qué mano está, conducido por El «Chino» Leunis por Telefé, y conduce Soy Rada Show por telefe.com y la App MiTelefe), sus propuestas en la web y en el cine, donde se lo vio recientemente en Re Loca, la película de Natalia Oreiro.
El actor habló de su perfil multifacético, algo que a las claras aparece como su gran virtud. «Es un tema que en un momento me tuvo bastante conflictuado porque no sabía bien qué era. Y la verdad es que la claridad se la debo a un amigo, porque yo me preguntaba «soy mago, soy payaso, qué digo que soy…, qué pongo cuando me preguntan en un aeropuerto» (risas). Y fue este amigo que, con gran simpleza, me dijo: «Vos sos Radagast, intentá ser el mejor Radagast que puedas». Fue como un gurú que me salvó, porque algo se aclaró en mí; igual, si me preguntan, me gusta decir que soy un payaso que hace varias cosas en función de la comedia. En la concepción de mis espectáculos subyace la idea que el espectador vea de todo y que todo tenga una relación directa con la estructura del espectáculo que es el humor”.
Y completó: “Eso me pasa porque yo soy muy ansioso y muy disperso; cuando voy a ver un espectáculo donde aparece una sola herramienta en escena, estoy todo el tiempo esperando más; por eso en mi espectáculo voy de la magia al stand up, del stand up a la música, y de la música a un personaje o a la acrobacia; me gusta que las cosas sucedan así. Me gusta ser un payaso sin nariz y ropa grande; creo que tengo algunas herramientas que aparecen para que la gente se ría. Cuento lo que veo de la realidad desde ese mundo absurdo que planteo en el escenario”.
La relación que se entabla entre el humor en las redes y el fenómeno en vivo, hacen de Radagast una rara avis en la escena argentina, porque todo lo hace bien, incluso la música con un disco que la semana próxima ya estará en la plataforma Spotify. «En mi caso, lo que sucedió desde el comienzo, fue que el objetivo de mostrarme en la redes era para que me conozcan y vengan a verme al teatro, que es lo que hice toda la vida, desde los 12 años cuando empecé a laburar en los semáforos en Bahía Blanca, mi ciudad natal. Lo de las redes es un juego donde me gusta mostrar las cosas que me divierten; lo del teatro es otra cosa, es un momento en el que estás presente, es un momento único”.
El actor y humorista es la prueba concreta de un éxito obtenido al calor del trabajo y la determinación de un niño que una vez pasó por la puerta del Gran Rex y le dijo a su padre que algún día lo aplaudirían allí. “Para mí -expresó-, vamos a ser de grandes lo que fuimos o deseamos de chicos; un día pasé con mi viejo por el Gran Rex y le dije que yo iba a actuar allí, y se cumplió, pero además lo bueno fue que me viejo me respondió: «No tengo ninguna duda». Ese fue como un legado que me dejó; siempre reivindico la importancia de la confianza de los viejos, porque un día, con 12 años, les dije que quería ser comediante y mago, y para ellos estuvo todo bien».
Con un presente donde la música ha tomado gran protagonismo, el primer disco de su banda calienta motores. “La semana que viene estará el disco completo en Spotify, estoy muy embalado con las canciones que estamos haciendo; lo que me gusta de este proyecto es que si escuhás la música te va a gustar, pero es una propuesta que dialoga con el espectáculo, porque allí las canciones ocupan otro lugar. Es como que todas las cosas que hago se unen en un punto y todo tiene que ver con todo: eso es lo que me gusta de este universo genuino, contarte quizás siempre lo mismo, pero de diferentes maneras para que vivas un montón de sensaciones”, expresó finalmente.
El multifacético Radagast despide su show en Rosario este sábado, con dos funciones, a las 20 y a las 23, en el Astengo, de Mitre 754, donde se pueden adquirir las entradas, o bien por sistema Ticketek.
“El arte no es delito”
“Es absurdo que algunos políticos gasten su tiempo en perseguir a los artistas callejeros”, dijo el actor y humorista a partir de la idea del gobierno porteño de sacarlos de la calle con una ordenanza. “No puedo entender que para algunos legisladores los artistas molesten; los artistas callejeros, y lo digo porque yo arranqué en la calle, le cambian por un rato el día a la gente”, expresó Radagast.
Y completó: “Que promuevan este proyecto donde cualquier denuncia anónima por ruidos molestos pueda sacar a un músico, a un actor, a un pintor o a quien sea que esté trabajando en la calle, me parece muy absurdo, porque además el arte no es delito; los delitos ya sabemos cuáles son y sería muy bueno que los políticos se ocupen de eso y no de los artistas. Me sigo preguntando si es verdad que piensan que un tipo que hace malabares en un semáforo puede ser un delincuente; para mí, lo que plantean, no resiste ningún análisis”.