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Radiografía de la economía popular en el país: el rol clave de las cooperativas ante la inflación

En actualidad hay siete millones de trabajadores censados en situación de vulnerabilidad

Candela Toledo (*)

La economía popular alcanza a aquellos trabajos que se realizan en un marco de mayor vulnerabilidad que el empleo “tradicional” o en relación de dependencia.

Por lo general, este tipo de economía es referida por las organizaciones sociales como la “economía de los excluidos”. Y suele girar en torno a cooperativas, empresas recuperadas, emprendimientos y talleres familiares, o también a la agricultura familiar.

En la Actualidad hay siete millones de trabajadores y trabajadoras registradas en la economía popular, que tienen trabajos precarios, y por ende, sin aportes.

La mayoría tiene como motor de su economía, emprendimientos o changas. Esto incluye empleados de comercios, panificadoras, entre otros. Solo un millón de ese porcentaje recibe el Potenciar Trabajo.

En la página oficial del Ministerio de Desarrollo Social se encuentran publicados cuatro informes del ReNaTEP, el más reciente corresponde a Noviembre 2022.

Según el reporte, las actividades más representativas de la economía popular son los “Servicios personales y otros oficios” y “Servicios socio comunitarios”, que concentran casi el 63 por ciento.

Respecto a las ocupaciones declaradas, son las y los trabajadores de comedores y merenderos los más representativos (26 por ciento), seguidos por los servicios de limpieza (11por ciento). Por otro lado, 6 de 10 inscriptos detallaron que realizan su trabajo de manera individual, mientras que el resto lo realiza de manera colectiva, siendo las organizaciones comunitarias y/o sociales las de mayor peso (22 por ciento).

Jonathan Thea, jefe de Gabinete del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), en entrevista con BigBang, habló sobre la situación de la economía popular.

¿Cómo es la situación de los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular?

El sector no escapa a la situación que vive el país. De hecho, los aumentos de precios impactan con más virulencia en el sector de la economía popular, porque mayormente sus ingresos son destinados a comprar alimentos y sobre eso la inflación es aún mayor.

Lo que se ve es que hay trabajo, hay circulación de dinero, hay movimiento económico, pero ese trabajo no tiene registración, tampoco formalidad y carece de derechos. Por otro lado, los trabajos y los ingresos que genera la gente se le van muy rápido producto de los aumentos de precios, fundamentalmente, en el rubro alimentos.

Frente a esta situación, ¿qué rol tiene el Estado?

Está claro que el gobierno hace esfuerzos para controlar una situación que no es sólo inflacionaria, sino que también es una situación macroeconómica muy compleja. En la movilización del Día del Trabajador que organizaron las organizaciones de la economía popular y algunos sindicatos tenía como eje el cuestionamiento al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que impone condiciones que, a nuestro entender, son muy perjudiciales para el país.

Hay una situación económica general que hay que ajustar y el aumento de precios es parte de esa situación. También se suma la concentración económica, que también es algo que no se revierte de un día para el otro. Siempre nos corre la urgencia y terminamos con recetas o con planteos que no resuelven el problema central.

¿Cuál es rol de las cooperativas contra la concentración y los aumentos de precios?

Nosotros entendemos que el problema de la inflación no se va a resolver meramente por un acuerdo con las grandes empresas, sino que hay que fortalecer otros esquemas productivos. Hoy son muy pocas las empresas que concentran la mayor cantidad de producción de alimentos y eso hace que la negociación sea muy desigual. La solución para nosotros es ver de qué manera puede haber más jugadores en la cancha produciendo esos mismos bienes.

La agricultura familiar y con las cooperativas productoras de alimentos genera mucho en todo el país. Lo que le falta es llegar a una escala diferente, más grande, porque hacen productos buenos, de muy buena calidad, con todas las habilitaciones que exige la reglamentación vigente. Lo que no tienen es escala, porque el sistema crediticio no les permite poder acceder al crédito. Nosotros entendemos que si apoyamos este tipo de esquemas productivos que son chicos o medianos, vamos a empezar a cambiar la situación.

¿Cómo se podría resolver la falta de acceso al crédito?

Nosotros estamos trabajando en la construcción de un sistema de crédito por fuera de la lógica de los bancos tradicionales, o sea, con recursos que tiene la propia economía social, como son las mutuales, las cooperativas vinculadas al sistema de ahorro y crédito.

Proponemos construir una banca de préstamo con una lógica vinculada a la producción. Para que puedan acceder al crédito unidades productivas, que tal vez no cumplen todos los requisitos como se lo exigen los bancos privados, que son muy restrictivos y están orientados a un aspecto muy chico o nulo de la producción. De esa manera, las cooperativas, sectores de la economía popular, hasta pequeñas empresas, o sea pymes, puedan acceder al crédito.

¿Cómo ven el rol del Ministerio de Desarrollo Social?

Algunas cosas compartimos y otras tenemos nuestros matices. Para nosotros es muy importante que en el desarrollo que haga el ministerio tenga protagonismo la voz de las organizaciones populares y de la economía popular. Las políticas públicas tienen sentido si escuchan y se articulan con los actores protagónicos.

En el último tiempo hay cuestionamientos los planes sociales

Hay una estigmatización general sobre la inversión en políticas sociales, cuando en realidad no se mira el desarrollo o la compartimentación presupuestaria. Se ve que la plata destinada a políticas sociales es ínfima comparada con otros rubros.

Muchos políticos se paran más desde lo discursivo sin tener en cuenta los datos reales. En este caso, el plan social es un complemento para gente que ya está trabajando, porque si no sería imposible que pudiera subsistir.

Esta idea del vago que cobra un plan social y se queda en la casa mirando la tele no existe, es una mentira, una construcción mediática discursiva de algunos sectores políticos.

Un recorte en los planes sociales tiene que ir de la mano de un incremento en el ingreso y de más derechos. De hecho, si eso sucede, el plan ya no es necesario. Es importante aclarar que no queremos que la gente cobre un programa social, pero lo cierto es que también hay una realidad social en la Argentina que implica que hoy resulte imposible pensar eso.

¿Apoyarían un proyecto de Salario Universal como propone Juan Grabois?

En cuanto al salario universal no estamos de acuerdo, creemos que tenemos que pensar el destino de los recursos en función de fortalecer el esquema productivo, no seguir con el subsidio individual.

Pero nos parece válido el planteo que hace Juan, sabemos desde dónde lo hace; pero nosotros creemos que hay que hacer otra cosa para mejorar la situación de los trabajadores y de la economía popular.

Con los datos de la Renatep, ¿qué trabajos logró consolidar la Inaes?

Sancionamos una nueva resolución que es la Renovar, que agiliza muchísimo el proceso de matriculación. Es decir, para que los grupos asociativos de la economía popular que quieren obtener su matrícula para funcionar como cooperativa lo puedan hacer de manera mucho más sencilla.

Hoy en tres meses, de forma online, pueden obtener su matrícula y además sacamos una resolución que con tres personas ya se puede conformar una cooperativa.

(*) Portal BigBang!

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