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Radiografía de una pelea de zona sur que ya lleva 26 muertes

La disputa es entre quienes hace una década caminaban juntos: los herederos de los tres clanes; Funes y Ungaro, dominantes en barrios Grandoli y un sector de Tablada, y Caminos, asentado en el Municipal pero también en el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates.

Los encontronazos entre los herederos de los tres clanes, Funes, Ungaro (dominantes en barrios Grandoli y un sector de Tablada) y Caminos (asentados en el Municipal pero también en el Fonavi de Lola Mora e Hipócrates) no sólo dejaron plomos como recuerdo en las paredes de distintos barrios de zona sur sino que también arrojaron un tendal de muerte entre sus seguidores, sus allegados y sus vecinos en común.

En los últimos 15 meses hubo al menos 26 asesinatos vinculados, si se tienen en cuenta los relacionados con la disputa por la conducción del paravalanchas leproso.

El 11 de marzo de 2016 fue el primer crimen de la saga: Mariela Miranda, esposa del jefe del clan Funes, Jorge, fue asesinada cerca de su casa de Ayacucho y Uriburu. El crimen fue atribuido a la banda del Municipal, liderada por Alexis Caminos. El muchacho cayó en octubre pasado a manos de Gendarmería tras burlar varios allanamientos de la Policía provincial y fue imputado por el crimen de la mujer. En los cruces, también terminaron baleados Ulises Funes, su primo José María y también su tío José, papá de este último.

El Día del Trabajador llegó el segundo: Eugenio “Pupi” Solaro murió tras recibir una lluvia de balas en un pasillo de Ayacucho y Ameghino, en un ataque atribuido en principio al clan Funes, aunque otra versión apuntó al Municipal.

El 17 de mayo fue ultimado Leonel Sánchez, con domicilio en el Municipal. En la audiencia de la semana pasada por asociación ilícita se adjudicó este crimen a los Funes.

El 6 de junio la quiosquera Cristina María Núñez fue asesinada de un tiro en la cara en su negocio de Sánchez de Thompson 166 bis (Grandoli). La pesquisa indicó que la mujer quedó en el medio de las balas de las dos facciones.

El vínculo con la barra

Otro homicidio fue el de Nora Oroño. Fue asesinada el 22 de junio por un desconocido que le disparó al abrir la puerta de su casa en Regimiento 11  87 bis. Dos de los hijos de esta mujer están en pareja con hermanas de Matías “Cuatrerito” Franchetti, el jefe de la barra de Newell’s vinculado con barrio Grandoli ultimado algunos días antes de este asesinato frente a la sede del club –más tarde asesinarían a su sucesor en la barra, Maximiliano “Cabezón” La Rocca, también al salir del club, en lo que se interpretó como un vuelto del anterior–.

El mismo 22 de junio por la noche mataron a Jonatan Rosales en Padre Giaccone al 1400 de barrio San Martín A. Los pesquisas relacionaron este crimen como una venganza tras la muerte de Oroño, habida cuenta de que la víctima había participado de una facción de la barra que en años anteriores había sufrido otras dos bajas: Jonathan Fernández, ultimado en la misma cuadra que Rosales, y Leonardo Cesáreo, también asesinado al salir de los parrilleros de Newell’s. En estos tres casos se apuntó a tiradores vinculados con el sector contrario a barrio Grandoli.

El 20 de julio mataron a Iván García en Isola al 300 bis, en barrio Grandoli, muerte atribuida al Municipal.

Las balaceras se reactivaron en la madrugada del 2 de octubre, cuando los ocupantes de un Focus blanco, a quienes vinculan con el clan Funes, protagonizaron un raíd. Primero en Grandoli y Esteban de Luca –el borde oeste del Municipal–, Alberto “Cachi” Ruiz Díaz fue herido de muerte. Horas más tarde, asesinaron a Walter Mena en pleno centro: Mitre y Montevideo.

Lola Mora e Hipócrates

El 7 de octubre mataron de un tiro en la garganta a Tamara Bustos en Sánchez de Thompson 31 bis, al oeste de avenida Grandoli, casi sobre la esquina de Lorenzini del complejo de Lola Mora e Hipócrates. En el barrio sostienen que la chica vendía droga para  Tuby. Este joven, Ariel Segovia –líder de un sector de barrio Tablada vinculado con la barra de Newell’s y aliado del clan Caminos– 24 horas después apareció en un centro de salud con un tiro en el pecho. Dijo que lo habían atacado en Avellaneda y Mosconi. Los vecinos apuntaron a Grandoli.

El 22 de octubre, Ignacio Verón terminó asesinado de un disparo en la espalda cuando visitaba a un amigo junto con su hermano en Hipócrates y Lola Mora. En las primeras horas del domingo 27 de noviembre Franco Carballo falleció tras recibir dos balazos en el tórax cuando lo atacaron en la puerta de su casa de Grandoli al 4900 (borde oeste del Municipal, a pocos metros de Gutiérrez). Veinte horas más tarde los atacantes aparecieron y enmendaron su error. La víctima fue su primo, tocayo y verdadero blanco, Franco Nicolás Carballo. Lo mataron de varios disparos en la cabeza y en la espalda, en Esmeralda al 4100 de barrio Tablada.

El 30 de octubre fue asesinado Marcelo Ponce en el Parque del Mercado. La víctima vivía en el lindero Fonavi de Lola Mora e Hipócrates, a pocas cuadras de donde lo ejecutaron. Su nombre estaba en la lista de admisión de los 80 barras de Newell’s y supo responder al Cuatrerito. Según sus vecinos, tenía problemas con “todas las bandas” de la zona. La casa de su madre fue baleada días más tarde, luego de que la mujer vinculara la muerte con el narcotráfico.

La venganza no se hizo esperar: el 31 de octubre, Mónica –mamá de un chico apodado Polaquito y vinculado en el crimen de Ponce– charlaba con la almacenera Rosa Arrotea en la puerta de su negocio de Sánchez de Thompson al 200 bis. Los ocupantes de un auto azul abrieron fuego y Rosa terminó herida de muerte: falleció el 18 de noviembre.

En la madrugada del 26 de diciembre, Carlos Juárez fue asesinado a tiros que partieron de una moto mientras se encontraba con otras personas en Grandoli y Andrade (borde oeste del Municipal).

El 29 de diciembre desconocidos, también en moto, ejecutaron de dos tiros en el pecho y una en la cabeza a Cristian “Bebeto” Gorosito en Brandazza al 2900, del Fonavi de barrio Latinoamericano (cercano a Lagos y 27 de Febrero), sindicado como miembro de la barra de Newell’s.

2017 con cambios

El 21 de enero de 2017 fue ejecutado en el barrio Toba del sudoeste Damián Tersano, de 27 años, quien hasta dos meses antes vivía a pocas cuadras del Fonavi de Lola Mora e Hipócrates, en Pavón y Lamadrid. Fuentes relacionadas con la pesquisa anotaron este crimen a la cuenta de Tuby.

Tuby es de Tablada y en el bando contrario aparece un casi homónimo: Teletubi, llamado Ariel Acosta, es considerado uno de los capos de Grandoli. El año pasado estuvo algunos meses preso, consiguió una domiciliaria y terminó baleado e internado en el 4 de febrero pasado. En la misma semana quedó imputado por la tentativa de homicidio de Sergio Cecchini, un almacenero de 53 años, quien fue atacado a tiros el 16 de diciembre. El comerciante fue víctima de otra balacera, esta vez fatal, el 6 de febrero a metros de su negocio de Sánchez de Thompson 55 bis: agonizó 16 días en el Heca. Según la pesquisa, este hombre sufrió los ataques debido a que se negó a pagarle por “protección” al sector de Grandoli. Ismael S., conocido como Pocha y apresado el 16 de febrero luego de que lo balearan en la Florida, fue acusado por este crimen y también por los homicidios de Mena y Ponce.

Tuby, aliado del Municipal

En febrero también fue la imputación a Tuby Segovia como instigador del crimen de Lorena Ojeda, herida de muerte el 16 de diciembre en Vera Mujica y Rueda. A la chica, quien falleció el 21 de enero, la confundieron con su hermana Brisa, quien estaba con Rosales el 22 de junio anterior y fue testigo directa de los verdugos de su pareja. Por el asesinato de Lorena, fue apresado el abogado penalista Marcos Cella a quien el fiscal le endilgó cooperar con Tuby, su defendido, para lograr el aplazamiento de un reconocimiento de persona al que debía ser sometido, en el que una sobreviviente del ataque podía identificarlo. Tuby terminó imputado como partícipe necesario del asesinato de Rosales.

A Tuby también le endilgaron por el asesinato ocurrido el último 10 de noviembre, cuando según la acusación le disparó por error a Lisandro Fleitas en Callao y Mister Ross porque lo confundió con Lautaro “Lamparita” Funes.

Tablada y La Siberia

A principios de este año una vivienda de Centeno y Ayacucho fue blanco de un ataque cuando motociclistas tiraron una granada contra el frente y seis días más tarde fue alcanzada por una ráfaga de disparos. Para finales de enero, un chico de 15 años recibió siete tiros en las piernas en esa esquina. Por ese tiempo, los pesquisas investigaban siete agresiones con armas de fuego, aunque ninguna fatal, en ese sector de Tablada, siempre vinculadas con la misma pelea.

El 17 de marzo Mario “Monito” Muñoz fue asesinado en su casa de Centeno al 200; según la pesquisa, había sido hombre de Tuby pero al llegarle la muerte estaban en malos términos. Ese mismo día, algunas horas antes, un puesto de choripanes de barrio República de la Sexta fue atacado a balazos y cuatro jóvenes resultaron heridos, uno de gravedad. Detectives vincularon ambos ataques con la misma disputa.

La pelea siguió hasta el 25 de marzo cuando, a plena luz del día, Julia Guzmán fue asesinada de un balazo en la cabeza en la puerta de su casa de Alem al 4000, entre Centeno y Doctor Riva. La mujer quedó en medio de una balacera.

El 9 de mayo, los vecinos de Tablada volvieron a sufrir por los tiroteos. Ese día en Biedma y Colón, Cristian Ferreira recibió cinco disparos, la mayoría en el abdomen, y murió diez días más tarde en el Heca. En este caso están mencionados Lamparita y Pelo Duro –joven asentado en la villa La Siberia–, quienes se mantienen prófugos como integrantes de la asociación ilícita imputada el jueves pasado.

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