El fiscal subrogante a cargo de la Fiscalía Federal de Rafaela, Jorge Gustavo Onel, solicitó la elevación a juicio de la causa que tiene a una persona acusada de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. En diciembre pasado y luego de tareas investigativas y de campo, el imputado fue hallado en su domicilio con más de 18 kilos de marihuana y otros 2 de cocaína, junto con elementos para su fraccionamiento, en lo que fue el mayor decomiso de drogas de la jurisdicción.
El caso tuvo origen el 1 de septiembre pasado a partir de un informe de la Comisaría Seccional N° 13 de la Unidad Regional V° de la Policía de la provincia de Santa Fe, acerca de varios domicilios posiblemente involucrados en la comercialización de estupefacientes, entre ellos el del imputado. En el marco de la investigación, se ordenó la realización de tareas de inteligencia criminal a la Unidad de Investigaciones de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales “Rafaela” de la Gendarmería Nacional Argentina, cuyos agentes constataron la identidad del denunciado.
En torno a la hipótesis objeto del caso, a partir de las tareas de observaciones realizadas se logró determinar que el acusado se dedicaba a la comercialización de estupefacientes al menudeo en la modalidad “kiosco” desde su domicilio particular. En base a los resultados habidos en el transcurso de la investigación, se ordenó el allanamiento del domicilio, medida que permitió el secuestro de estupefacientes y demás elementos, como también la detención del imputado el 17 de diciembre.
Al momento del operativo, se encontraron en el lugar 12,884 kilos de marihuana distribuidos en once paquetes regulares, sesenta envoltorios para su venta al menudeo, y también un frasco. Además, se hallaron 2,832 kilos de clorhidrato de cocaína fraccionados en cuatro bolsas de nylon, un paquete rectangular y 180 envoltorios de nylon, junto con dos balanzas digitales con vestigios de cocaína, cinco teléfonos celulares y 1,4 millón de pesos en efectivo, entre otros elementos. También fueron encontradas tres armas y municiones, que fueron remitidas a la justicia provincial para su juzgamiento en otra causa judicial.
Respecto al destino del material estupefaciente secuestrado, la fiscalía calificó como “un dato insoslayable” el relativo a su cantidad, además de lo relacionado en la que se encontraba distribuido (en ladrillos o paquetes, bolsas y luego en gran cantidad de envoltorios de pequeño tamaño), todo lo cual da cuenta de que estaba destinado a su comercialización, ya fuera a su distribución a grandes escalas o bien al menudeo. Además, ponderó el hallazgo de dos balanzas digitales en el domicilio con rastros de cocaína, lo que da cuenta que en el domicilio se fraccionaba el material que luego era comercializado, hipótesis que también se sostiene con la presencia de una gran suma dineraria en efectivo que podría ser producto de esta actividad, al hallarse en el mismo ambiente que parte del material secuestrado.
La fiscalía destacó también que el acusado tenía en su poder tres armas de fuego y municiones, dos de ellas cargadas, las cuales tendrían la finalidad de resguardar el estupefaciente, las ganancias obtenidas y, en definitiva, procurar protegerse de terceros en la actividad ilícita que llevaba a cabo. De acuerdo al requerimiento de elevación a juicio presentado por Onel, todos estos elementos “llevan a concluir que el imputado conocía la ilicitud del material, tenía voluntad de detentarlo, y que el mismo estaba destinado a su comercialización”.