Fortalecer el comercio y la inversión, con estabilidad jurídica y financiera, y el apoyo a las compañías en la generación de empleo. Esa es la fórmula contra la crisis que persiguieron los líderes iberoamericanos reunidos en Cádiz en una Cumbre que buscar reequilibrar la relación entre países.
«En el contexto actual de dificultades es necesario prestar una atención especial a las políticas de crecimiento económico», afirmó el presidente del Gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, al abrir las sesiones de trabajo de los jefes de Estado y de Gobierno. Y subrayó que «actualmente América Latina posee una posición de partida más ventajosa que Europa para sortear la crisis».
«Relaciones de equilibrio y no de sometimiento y saqueo», deseó por su parte el presidente de Bolivia, Evo Morales, en su intervención durante la primera sesión plenaria de la cita. En un momento en que el consumo se hunde en los países del sur de Europa debido a la crisis, el crecimiento del mercado latinoamericano abre puertas para intensificar las relaciones comerciales.
Según la declaración final de la cumbre, se pretende «impulsar el comercio mediante un acuerdo ambicioso, integral y equilibrado de las negociaciones de la Ronda de Doha de la OMC», además de «potenciar los mercados regionales para promover la integración económica entre los países iberoamericanos».
Los líderes se comprometen asimismo, a «fortalecer reglas claras, estables y previsibles que ayuden a promover las inversiones productivas nacionales y extranjeras».
El tema de la seguridad jurídica, que interesa especialmente a España tras la expropiación de la petrolera YPF a Repsol por Argentina, es también fundamental para las empresas multilatinas con intereses en todo el continente.
La cumbre debe aprobar así la creación de un Centro Iberoamericano de Arbitraje, que permita una resolución rápida y simplificada de los conflictos, además de una Carta Iberoamericana de las Pymes destinada a propulsar a las pequeñas y medianas empresas como elementos clave de desarrollo y creación de empleo.
La XXII Cumbre Iberoamericana se celebró este año en Cádiz coincidiendo con el bicentenario de la Constitución de 1812, promulgada en esta ciudad por diputados de España y América, fundamental para la posterior independencia de los países latinoamericanos. Un total de 21 países estuvieron presentes en esta cita, a la que no acudió Paraguay debido al diferendo con sus socios de Unasur y Mercosur a raíz de la destitución del presidente Fernando Lugo.
Estuvieron también ausentes de la cumbre los presidentes de Argentina, Cuba, Venezuela, Guatemala, Uruguay y Nicaragua, representados por sus vicepresidentes o cancilleres. Sumado a ello, el presidente Evo Morales se retiró anticipadamente por «razones de compromiso en Bolivia», según explicó en una comparecencia ante la prensa. Morales afirmó que debe retornar a su país por el aniversario del departamento del Beni.
Al margen de las sesiones plenarias, la cita fue también la ocasión de numerosas reuniones bilaterales.