El secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos, rechazó hoy las críticas de funcionarios de Santa Fe acerca de la política de subsidios al transporte y aclaró que la provincia «recibe 60 millones de pesos en compensaciones a la tarifa».
En diálogo con radio Nacional Santa Fe, Ramos dijo que la provincia es «la segunda» en todo el país en monto de subsidios y consideró que algunos funcionarios locales «hablan más como abogados de las empresas».
«Hubo un manejo mediático lamentable de funcionarios provinciales. Esto no es un tope de subsidios. Lo primero que tenemos que hacer es optimizar los recursos, que no son pocos», aclaró el funcionario.
Luego, al decir que la provincia recibe 60 millones de pesos en compensaciones tarifarias, explicó que de esa manera baja el precio del boleto para el usuario santafesino.
Ramos contestó así a declaraciones del gobernador Antonio Bonfatti, quien dijo que su provincia es «discriminada» respecto de otras jurisdicciones, como la ciudad de Buenos Aires.
«Santa Fe es la segunda provincia que recibe más subsidios. Podrá faltar, pero por ejemplo, en Santa Fe el pasaje vale 2,70 pesos y el Estado nacional, todos los argentinos, aportamos 2,40 pesos, aproximadamente», explicó. Ramos dijo que el Estado no está «sacando plata» y por eso le extrañó «la reacción de algunos funcionarios».
«Veo que a veces se habla más como abogados de algunas empresas o como crítica. Y la verdad, y esto lo digo como intendente (de Granadero Baigorria), al secretario de Transporte de la provincia no lo conocí nunca. Nunca conocí cuál es el plan de transporte de la provincia, y yo asumí con (Hermes) Binner. Lo único que se habla es de discutir subsidios», puntualizó.
Luego, destacó que se intenta «generar un sistema que se viene desarrollando en una primera etapa en la ciudad de Buenos Aires, que nosotros ya empezamos a trabajar con el interior del país, que tiene como único objetivo mejorar el control de los recursos que todos los argentinos abocamos al sistema de transporte», añadió.
Además, dijo que «no es que hay un tope o un límite», sino que se trata de «invertir de la mejor manera el dinero que están gastando los argentinos».
«Hay empresas que pueden tener un rendimiento muy bueno y otras que están mal. Bueno, la idea no es que pongamos más recursos en las empresas a las que les está yendo bien, sino que justamente podamos abocar recursos para los servicios que no tienen un margen de ganancia», concluyó.