Una carta demuestra que el papa Benedicto XVI evitó expulsar a un cura abusador por “el bien de la Iglesia” cuando era prefecto de la Doctrina de la Fe (actual entidad de la antigua Inquisición) y que frenó varios años la expulsión tras la denuncia del obispo de Oakland (California, Estados Unidos) en los 80. Según el diario italiano La Repubblica, la misiva publicada por el diario canadiense The Mail and Globe revela los intentos del Vaticano por encubrir a un sacerdote que abusó de 13 menores. Fuentes de la Santa Sede respondieron que continúa la campaña para implicar a el Papa en casos de pedofilia y que confirmaron la firma de Joseph Ratzinger aunque expresaron que sus palabras fueron sacadas de contexto.
Una carta de 1985 y firmada por el entonces cardenal Ratzinger, demuestra cómo el actual Papa, en sus funciones de jefe máximo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se opuso a la destitución del cura californiano Stephen Kiesle “por el bien de la Iglesia Universal”, según aparece en el texto. El documento, escrito en latín, forma parte de la amplia correspondencia entre la diócesis de Oakland y el Vaticano sobre el caso Kiesle. La diócesis había recomendado la destitución del cura acusado de abusos sexuales en 1981, el año en el que Ratzinger fue nombrado jefe del organismo de la Iglesia al que compete la disciplina de los religiosos.
En 1985, el entonces titular del Santo Oficio escribió al obispo de Oakland, John Cummins, quien había sometido el caso. Y fue para decirle que, a pesar de la importancia de las argumentaciones en favor de la destitución de Kiesle, hacía falta tener en cuenta “el perjuicio que puede causar en la comunidad de los fieles de Cristo, sobre todo considerando su joven edad”. Kiesle tenía entonces 38 años. Por su parte, Ratzinger también instó al obispo a ofrecer a Kiesle “todo el cuidado paternal posible”, mientras esperaban una decisión. En 1978, Kiesle había sido sentenciado a tres años de libertad condicional por abusos contra dos jóvenes. Cuando acabó la condena pidió la destitución y fue cuando la diócesis remitió el caso a Roma. Sin embargo, la misma tuvo que esperar.
Un portavoz del Vaticano confirmó la autoría de la carta aunque desestimó el caso particular. “La oficina de prensa no considera necesario contestar a cada documento sacado fuera de contexto que se refiere a una situación legal particular”, dijo Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede. “No es extraño que haya documentos con la firma de Ratzinger”. Por otra parte, otros voceros del Vaticano explicaron que Ratzinger aconsejó “cuidado paternal” también para las víctimas y que en 1987 el sacerdote no fue nuevamente aceptado para la acción pastoral, según La Repubblica.
En otro plano, tres sacerdotes católicos fueron apartados de sus funciones en Holanda, mientras que en Noruega se reveló la existencia de cuatro nuevos casos de posibles abusos sexuales a menores.
En el caso de Holanda, donde más de la cuarta parte de sus 16 millones de habitantes son católicos, se trata de las primeras suspensiones que vive la institución en ese país. Las primeras denuncias por abusos se hicieron públicas hace aproximadamente un mes. El religioso salesiano Herman Spronck señaló que, tras consultar con los superiores de la congregación en Bruselas, se pedirá a los tres curas acusados que cesen en sus actividades.