La rapera argentina Real Valessa, elegida por el director Christoph Bell para el protagónico de Panash, aseguró que “el rap es una herramienta de transformación social” porque “transmuta las energías” y contribuye a la “autosuperación”, al conversar con Télam sobre su actualidad en la música, el cine y la televisión.
Luego del estreno en los cines de Panash, el jueves pasado, un film que se podrá volver a ver en Rosario este martes a las 19.30 en el cine Arteón y el domingo, a las 22.30, en el cine El Cairo. Valessa comparte elenco en la película con otros referentes de la escena urbana argentina, debutó días atrás como jurado en Cantá conmigo ahora, el nuevo programa de Marcelo Tinelli, y se prepara para lanzar su segundo álbum Gangsta Soul con el que inaugurará a finales de agosto su sello Real Música.
“Mi primer disco tenía un lado más rapero de lo que yo quería expresar, pero en este me puse más con lo que la gente quería escuchar. Desde el lado del oyente, me parece muy importante abrir un poco el género y usar todos los recursos para que la música llegue. En este disco se mezcla un poco el reggaetón, el afrotrap y ritmos más movidos para bailar”, sostuvo la cantante tras el estreno del primer single “Piel con Piel”.
Sobre su papel en Panash, Valessa advirtió que tiene algo en común con su personaje: “Lo que tenemos en común es esto de que las dos somos raperas y venimos de un barrio bajo. En la película, Panash es la que tiene las letras más fuertes, más de «rap consciente», algo que también tenemos en común. Prepararme para el papel fue todo un desafío; yo vengo de la música y nunca pensé que iba a actuar en una película y mucho menos como protagonista. Tengo la suerte de que mi hermana, que es directora de teatro, me ayudó un montón a prepararme para este desafío tan grande y tan fuerte que fue un antes y un después en mi vida”.
Además, la joven coincidió en que es un triunfo del movimiento que sean artistas del género los protagonistas de esta película. “Yo lo vivo así, como un triunfo para este movimiento de «rap de barrio» que nació hace diez años cuando, literal, no había el público que hay hoy. Arranqué a rapear, más o menos entre el 2010 y el 2012, y en el 2013 empecé a tocar. En ese momento me abrieron las puertas los chicos de Fuerte Apache y Fili Wey, y otro montón de gente que venía haciendo este movimiento que en su momento se llamaba «rap de barrio». Y hoy, diez años después, nos encontramos en una película con ellos, de quienes soy fan desde los 16 años, al igual que del Negro Dub que es el productor musical de Panash y que en ese momento hacía remixes de cumbia colombiana. Para mí el triunfo es haber podido compartir con ellos, haber conocido al Homer El Mero Mero y a otros artistas que son muy grosos en lo que hacen. Siento que la película es muy real en muchos aspectos, ya de por sí que todos los actores seamos raperos que venimos todos, más o menos, del mismo lugar le aporta ese condimento. Cada uno viene a representar un poco a su personaje y también está haciendo un papel. Todos lo vivimos así de esa manera”, sostuvo.
Por otro lado, ante la consulta de que si hay artistas que sostienen que la etiqueta de “rap de barrio” pueda ser una manera de bajarle el precio, la artista mencionó: “Yo como oyente del «rap de barrio» de ese momento nunca sentí que fuera para bajarle el precio sino para identificar o diferenciarlo del rap en general, porque el rap estaba muy influenciado por el rap español. El rap marginal, de alguna manera, o el de la villa no es como el rap español. Entonces el «rap de barrio» representa el nacimiento de lo que iba a ser la cultura urbana argentina. L-Gante es una mezcla, y él también dice que creció escuchando Fuerte Apache y a un montón de representantes que generaron esta música urbana argentina y bien autóctona. Yo siempre sentí que el «rap de barrio» era una manera más específica de diferenciarla del rap que había en esa época”.
A su vez, Valessa brinda talleres de rap en los barrios y sobre su contenido detalló: “Los valores que me gusta transmitir son siempre el mensaje de autosuperación. Yo creo en el rap como una herramienta de transformación social. En realidad, el hip-hop en todas sus ramas y disciplinas es un transformador social. Yo trato de transmitir eso y de compartir mi método sobre cómo yo aprendí a rapear y a expresarme para poder sacar un montón de cosas que tenía dentro. Y de eso es lo que me gusta hablar, de la transmutación de las energías y de la autosuperación”.
Y hablando de autosuperación, dio el ejemplo nada menos que con la creación de su propio sello discográfico, Real Música, con el que lanzará su nuevo disco. “Darle espacio a nuevos artistas jóvenes y a otras raperas es algo que me encantaría. De hecho, ya estoy hablando y trabajando con muchos artistas emergentes. Real Música va a tener artistas que tengan un mensaje muy importante que la gente tiene que escuchar y también servirá para difundir el arte de los barrios bajos con los chicos de los talleres de rap. Me gustaría que haya mucha presencia femenina, como viene ocurriendo”, amplió.
Y agregó lo difícil que fue ser rapera en esos tiempos: “Hace siete años no estaba el público que vino después con la explosión de las batallas del freestyle. Tampoco había oyentes de rap; el público éramos los mismos raperos. Y en los eventos eran un noventa y nueve por ciento de hombres. O eran todos hombres y una chica. Yo fui encontrando mi lugar a partir del tiempo y de mi maduración como persona y mujer. A los 18 años, yo vivía muy cerca del Quinto Escalón, pero me daba mucha vergüenza meterme en una ronda a escuchar nada más. Eran cincuenta chicos que se iban a dar vuelta para mirar y preguntarse qué hacía esta chica acá. O capaz sorprendidos, porque apenas había dos o tres chicas en las competencias. Así que nunca llegué a competir en el Quinto, pero me hubiera gustado. Capaz que no tenía muchas referentes en ese momento o había muy pocas. Estaban La Joaqui, Rous, Brasita. Me gustaba mucho en ese momento pero era muy difícil ser rapera. Ellas eran referentes de que sí se podía y cada una tendrá su historia personal con eso, pero creo que el cambio que se dio en la sociedad afectó todo, a la música, al mundo del trabajo, la escuela y llegó a todos lados. Fue muy importante el feminismo y el cambio de mentalidad en la sociedad para que hoy en día el camino de una mujer sea mucho más fácil en la música, y no sólo en el rap, también en el rock. Aunque está en proceso de cambio todavía, porque a lo que era antes, hoy deben ser el setenta por ciento hombres. Creo que es importante que las mujeres tengan voz y que haya más representantes femeninas”.
Además, sostuvo que al asumir su voz feminista como rapera se hizo más fuerte en ese mundo de hombres. “Fue un poco inevitable, porque el feminismo atravesó y atraviesa la vida de las mujeres en este momento histórico, entonces nos dio la fuerza a muchas para poder alzar la voz y poder plantear la vida desde un lugar más fuerte. La verdad es que fue muy orgánico, capaz que por las mujeres de mi familia o por las referentes de la música que tenía. Supe que ese era el camino para lograr las cosas, entonces se dio de manera natural también por el contexto histórico que estábamos viviendo y que sigue siendo súper importante”, concluyó.