Un estudio que busca definir la prevalencia del nuevo coronavirus en niñas, niños y adolescentes en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba), al tiempo que analiza la respuesta inmune y describe las características de los que desarrollan enfermedad más grave, se pondrá en marcha impulsado por el Instituto de Investigaciones en Retrovirus y Sida (Inbirs) y el Hospital Pedro Elizalde.
«El estudio, que es el primero que se desarrolla en el país sobre población pediátrica, tiene tres grandes objetivos. El primero es establecer la prevalencia del SARS-CoV-2 en niños y niñas y adolescentes que vivan en el Amba, porque es la zona que concentra la mayor cantidad de infecciones», explicó a Télam Lourdes Arruvito, médica e investigadora del Inbirs que depende de la UBA y de Conicet.
Y continuó: «El segundo objetivo será definir elementos propios a la respuesta inmune específicos al SARS-CoV-2 que puedan explicar el marcado comportamiento diferencial del cuadro clínico frente al virus entre niños y adultos, y el tercero es identificar entre los niños que se infectan los que tienen factores de riesgo de poder cursar una enfermedad con grado más severo para poder definir si existe un grupo más vulnerable».
El estudio, cuyo nombre es «Prevalencia y patogenia en la infección por Sars-CoV-2 en la población pediátrica de AMBA» y fue uno de los 64 que recibió los subsidios de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), se realizará en principio con los pacientes del Hospital General de Niños Pedro de Elizalde (ex Casa Cuna).
En el estudio se evaluarán durante un plazo de cuatro a seis meses a niños entre un mes y 16 años que presenten síntomas respiratorios o no y que asistan a la guardia, consultorios externos o estén internados en este centro de salud.
«Nuestro equipo del Inbirs trabaja con el Elizalde desde hace ocho años estudiando enfermedades por virus respiratorios y con ellos fue que nos presentamos al subsidio de la Agencia, pero también planeamos incluir a otros hospitales pediátricos o de adultos pero que tengan atención a niños y niñas para generar una red más amplia», describió la médica.
En referencia a los diferentes objetivos, Arruvito señaló que «una primera fase será implementar testeos masivos a todos los niños que se acerquen al hospital mediante pruebas serológicas rápidas, es decir que detecten anticuerpos; de esta manera podremos definir una prevalencia con mayor exactitud que si sólo se testeara a los que se presentan con síntomas porque sabemos que la mayoría de los niños son asintomáticos o tienen síntomas muy leves. Esto permitirá contestar el rol de los niños en la trasmisión del virus «.
Con respecto a la descripción de las características de los pacientes que desarrollaron enfermedad severa, el estudio realizará un análisis de la historia clínica del paciente para identificar a los grupos vulnerables.
«Esto puede servir, por ejemplo, para establecer grupos prioritarios en el momento en el que surja una vacuna, porque sabemos que al principio habrá que dársela a los que corren más riesgo», sostuvo.
En cuanto a la respuesta inmune, Arruvito sostuvo que la pregunta a contestar es: «¿qué es lo que diferencia a los chicos de los adultos que hace que se infecten menos o con cuadros menos graves? y para responderla, la investigación hará foco en la producción de anticuerpos específicos frente a este virus».
«Nuestro objetivo es estudiar dos aspectos de la respuesta inmune: la respuesta inmune innata, que son los primeros mecanismos que se ponen en marcha cuando nuestro organismo se pone en contacto con un virus, y la respuesta inmune adaptativa, que es la que va a generar memoria inmunológica y va a permitir defendernos ante un posible segundo encuentro con el virus», describió.
Esta fase del estudio se desarrollará en el laboratorio donde se estudiarán si los niños generan o no anticuerpos, en qué cantidades, con qué características y si estos son o no neutralizantes para el virus.
Según el último informe «Covid-19 Actualización de la situación epidemiológica en pediatría» elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación con fecha del 30 de abril, desde el inicio de la pandemia y hasta el 26 de abril de 2020, se notificaron 4.418 casos sospechosos en menores de 15 años, de los cuales se confirmaron 152 casos y se descartaron 4.266.
La edad promedio de los casos fue de seis años, con una distribución equitativa por sexos, sólo hubo tres niños con casos graves durante ese periodo, ninguno requirió terapia intensiva y no se han reportado muertes de niños por covid-19.
«Los síntomas más comunes fueron fiebre durante varios días, tos, dolor de garganta y algo que tienen los niños que no tienen los adultos que son síntomas intestinales, por ejemplo, dolor abdominal o diarrea», describió la médica en base a este informe.
Y concluyó: «los niños con manifestaciones más graves presentaron dificultad para respirar, malestar general, dolor torácico y falta de apetito en tanto que los que presentaron cuadros muy severos como convulsiones fueron niños con antecedentes de enfermedades previas».