Se reanuda hoy en la ciudad ecuatoriana de Salinas el juicio que se le sigue a los dos acusados de haber asesinado a las dos turistas mendocinas en la playa de Montañita, en Ecuador.
La fiscal María Coloma tiene prevista la presentación de 200 pruebas documentales que se encuentran incorporadas al proceso. Entre las principales están los informes de reconocimiento del lugar y las pruebas de ADN.
El debate por el doble crimen de María José Coni y Marina Menegazzo, que llevan adelante los jueces Rosario Franco Jaramillo, Daniel Rodríguez y Kleber Franco, se reanudará a partir de las 11, hora argentina.
En la primera semana de juicio declararon 27 testigos –de un total de 50 solicitados por la fiscalía–, entre ellos los agentes de policía y peritos ecuatorianos y colombianos que participaron de la investigación.
También declararon otros testigos que complicaron a los acusados –el vigilador Alberto Segundo Mina Ponce y a Aurelio Eduardo “El Rojo” Rodríguez–, entre ellos un taxista que llevó a uno de los acusados con las víctimas, y otro que le prestó un triciclo a uno de los imputados con el que habría trasladado los cuerpos.
Los cuerpos de Marina, de 21 años, y María José, de 22, fueron encontrados envueltos en plástico y con cinta de embalar en una zona de vegetación próxima a las playas de Montañita, a unos 200 kilómetros de Guayaquil, uno el jueves 25 de febrero y el otro el sábado 27.
Las chicas habían tenido su último contacto telefónico con sus familiares el lunes 22 de febrero y planeaban regresar a Argentina cuatro días después.
Según la autopsia, Marina tenía un puntazo en el cuello que le rompió la médula y le causó la muerte casi en el acto, aunque también recibió varios golpes en el cráneo.
El cuerpo de María José presentaba muchos golpes en la cabeza provocados con un elemento contundente, un hematoma en una pierna, un dedo del pie quebrado y marcas en las manos como signos de defensa.
El vigilador Mina Ponce, quien primero se había declarado culpable, luego dijo ser inocente y que se hizo cargo del hecho por presión policial, acusó a dos narcos colombianos de ser los asesinos, pero la Justicia ecuatoriana no creyó en su versión y los acusó, junto a Rodríguez, por doble homicidio agravado.