Rodrigo Miró / Especial para El Ciudadano
El académico argentino Ramiro Dulcich, en diálogo con El Ciudadano, amplió desde Brasil su análisis sobre la situación política de ese país, luego de que el ministro de Salud presentara su renuncia y se publicara un tuit del ex presidente Lula Da Silva, que significó su primera expresión pública después en medio de la actual crisis. “Bolsonaro parece el capitán del Titanic, haciendo de cuenta que no pasa nada”, dijo el histórico líder del Partido de los Trabajadores. Para Dulcich, es una señal de que Lula intenta recuperar espacios.
El debate sobre el aislamiento en Brasil deja a Bolsonaro cada vez más solo
Dulcich reflexionó: “Todo lo que sucede es una disputa de poder de la derecha y en todo caso, la salida a la crisis hacia la que parece caminar el gobierno de Bolsonaro, parecería ser una coalición menos liberal, con algún grado de tolerancia hacia el rol del Estado. Los otros escenarios, que hoy no parecen posibles, serían el de una radicalización: por derecha con los militares, o una salida por izquierda con el regreso del PT y organizaciones sociales al gobierno. Para lo primero, en términos históricos, no habría margen, salvo que la situación sanitaria se vuelva realmente difícil por la pandemia. Y para lo otro, tampoco hasta el momento, ya que la izquierda aún no se repone de la caída de Dilma y todo lo que pasó en estos años. En rigor, no viene participando de la agenda pública, ni parece tener fuerzas para sugerir un camino. Por eso es bueno que haya reaparecido Lula. Eso que publica este jueves en su cuenta de Twitter, hablando de que ‘Bolsonaro parece el capitán del Titanic’, es toda una novedad. Es una señal de que intenta recuperar espacios. Ya salido de la prisión, si lo hace podría llegar a jugar en las próximas elecciones. Pero, insisto, aún es muy prematuro”.
El profesor Dulcich finalizó: “Como ya dijimos, esto va cambiando día a día. Hoy, lo que no sabemos es si tiene margen para representar a los sectores populares y al mismo tiempo volver a negociar una agenda con los grupos económicos. En este momento, con los factores de poder jugando sus cartas día a día, Antonio Gramsci diría que hay un ‘equilibrio catastrófico’, lleno de divisiones y en el que nadie consigue la hegemonía efectiva”.