La Cámara Penal rebajó las penas a los tres condenados por el crimen de Marcos Guenchul.
El joven entrenador fue asesinado de un disparo en julio de 2019 en medio de una fuerte disputa con su ex pareja por el régimen de visitas y la crianza de la hija de ambos.
La Cámara agravó las penas por el crimen de Marcos Guenchul: perpetua para los tres acusados
El nuevo fallo modificó la situación de Priscila Denoya, quien de cumplir una pena de prisión perpetua por homicidio calificado, ahora recibió cuatro años como instigadora de amenazas.
A los restantes involucrados, Caio Soso (pareja de Denoya al momento del homicidio) y Maximiliano Panero, se les modificó la calificación penal por otra menos gravosa y recibieron 20 y 22 años de prisión, respectivamente.
El crimen
Eran las 21.50 del 23 de julio de 2019 cuando Guenchul salió del gimnasio donde trabajaba, ubicado en Mendoza al 4900, para tomar el colectivo. Cerca de la esquina de Mendoza y Sucre, fue interceptado por un hombre armado que lo increpó y evitó que tomara la línea K. Lo redujo y lo obligó a doblar por calle Sucre hacia el sur.
Para los fiscales del caso Gisela Paolicelli y Adrián Spelta, la ex pareja y madre de la hija de Guenchul, Priscila Denoya –con quien mantenía una disputa judicial por el impedimento de visitas–, en consenso con su entonces pareja Caio Santiago Soso, de 34 años, y Maximiliano Rodrigo Panero, de 40 años y sindicado como el tirador, acordaron provocar el fallecimiento de la víctima a cambio de un monto de dinero.
Dos condenas y una absolución por el crimen de Marcos Guenchul
La teoría fiscal ubicó a Panero y Soso, quien puso a disposición su auto, como los que esperaron en la zona Mendoza al 4900 la salida del personal trainer. Cuando lo vieron, Panero bajó del vehículo, le cortó el paso a Guenchul, lo hizo caminar unos 30 metros por Sucre donde le sacó la mochila y le disparó en dos oportunidades. Uno de los proyectiles impactó en la cabeza y le provocó la muerte. En tanto, Soso estacionó su auto por dicha calle y esperó para sacar al agresor del lugar.
Para los fiscales Paolicelli y Spelta de la Unidad de Homicidios Dolosos, a las 23.30 ambos se reunieron con Denoya, de 35 años, quien le entregó al tirador la suma pactada y llevó a Penero hasta su casa de Villa Gobernador Gálvez. La acusación sostuvo que el hecho tendría origen en el conflicto judicial por la tenencia de la hija de la víctima y Denoya.