Miembros de las filas insurgentes dijeron que los combates se reiniciaron en la madrugada, luego de que fuerzas del gobierno se abastecieran de municiones y avanzaran hacia el este desde la ciudad que cambió de manos varias veces durante el conflicto.
Varios camiones armados con ametralladoras y lanzacohetes salieron hoy el oeste desde la ciudad de Ajdabiya, situada a 80 kilómetros de Brega y puerta de entrada de la capital de los rebeldes, Benghazi, mientras numerosas familias huyeron de los combates con sus pertenencias en la dirección contraria.
Hossam Ahmed, un desertor del Ejército de Kaddafi, declaró a la agencia Europa Press que el frente se encuentra en estos momentos en un radio de entre 40 y 60 kilómetros al oeste de Adjabiya y aseguró que el repliegue de ayer «no fue una retirada completa».
Ayer, las tropas de Kaddafi tomaron control total de Brega y forzaron la huida de los rebeldes hacia la ciudad de Ajdabiya, 80 kilómetros más hacia el Este, la mitad del país norafricano que controla la insurrección.
Los rebeldes impidieron hoy a los periodistas abandonar Ajdabiya, por lo que se hacía difícil una evaluación independiente de la situación sobre el terreno.
La rebelión contra Kaddafi comenzó en febrero, y el líder libio estuvo a punto de derrotarla un mes más tarde antes de que Estados Unidos, Francia y el Reino Unido lanzaran una campaña de ataques aéreos en contra del gobierno que emparejó la lucha.
La acción militar fue avalada por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que autorizó «todas las medidas necesarias» para proteger a civiles de los combates, y el 31 de marzo pasado la operación pasó a ser comandada por la OTAN.
Francia dijo hoy que los bombardeos de la OTAN en Libia se ven dificultados porque el gobierno posiciona a sus fuerzas cerca de civiles, luego de que rebeldes libios acusaran a la alianza de inacción y lentitud.
El canciller francés, Alain Juppe, advirtió desde París que la OTAN podría «empantanarse» en Libia debido a la táctica del gobierno de Muammar Kaddafi en su sitio y ofensiva sobre Misurata, la última ciudad rebelde en la mitad oeste del país africano.
Ayer, el jefe militar de los insurgentes que quieren derrocar a Kaddafi acusó a la OTAN de ser demasiado lenta a la hora de ordenar ataques aéreos y dijo que esto permitía a las fuerzas del gobierno matar a civiles en Misurata «todos los días».
«Nosotros solicitamos formalmente que no haya daños colaterales para la población civil», dijo Juppe a la emisora France Info, luego de que el Vaticano, Rusia y China acusaran a Occidente de matar a civiles con sus bombardeos anti-Kaddafi en Libia.
«Eso obviamente hace más difíciles las operaciones», agregó, citado por Europa Press.
Una vocera de la OTAN rechazó hoy también las críticas, y dijo que los ataques aumentan día a día y que Misurata es el objetivo prioritario en esta fase de la operación.
La portavoz, Carmen Romero, dijo desde Bruselas que la alianza realizó 137 misiones sobre Libia el lunes, 186 ayer y tenía previstas 198 para hoy.
Romero dijo que el gobierno libio está desplegando fuerzas cerca de zonas civiles y utilizando a civiles como escudos humanos.
La vocera dijo que la prioridad de la OTAN es evitar víctimas entre los no combatientes y que por lo tanto «todas las operaciones se realizan de manera muy cuidadosa».
La OTAN, tanto, aseguró que ya eliminó el 30% de la capacidad militar de las fuerzas de Kaddafi y negó que la intensidad de los ataques haya decaído desde que se hizo cargo de hacer cumplir una zona de exclusión aérea sobre Libia y un embargo de armas.