Ni pan para hoy. Jaqueados por el aumento de los costos, los «tarifazos» y el desplome de ventas, los panaderos salieron a plantear que quieren rebelarse. Desde la Asociación de Industrial que nuclea a los negocios rosarinos anunciaron públicamente que dejarán de pagar los impuestos hasta fin de año.
Gerardo Di Cosco, presidente de la entidad, contó que luego de una reunión que mantuvieron este lunes en Buenos Aires con la Asociación de Empresarios Nacionales (Enac), la Federación Argentina de la Industria del Pan (Faipa) y el economista Ariel Schale (integrante del equipo técnico del candidato a presidente Alberto Fernández) acordaron priorizar «las fuentes de trabajo y las panaderías abiertas».
Además, reclamaron un subsidio del 50 por ciento en las tarifas de los servicios de electricidad, gas y agua. “La premisa es no dejar a empleados en la calle. No vamos a pagar los impuestos nacionales porque no podemos, no porque no queremos”, soltó.
“Ante la disyuntiva de cerrar nuestras persianas, tenemos que elegir entre pagar impuestos o comprar materia prima. Por eso no vamos a pagar el IVA, ni Ganancias, ni los Bienes Personales. Tenemos puntos para pedir de carácter urgente para la industria del pan. Uno de ellos es la pesificación de las tarifas y los insumos. Todo está a valor dólar”, señaló luego el comerciante.
Soga al cuello
Luego de la devaluación posterior a las Paso, la industria panadera quedó con la soga al cuello. Di Cosco contó que ya horas después de las elecciones los insumos aumentaron entre un 30 y un 35 por ciento.
“Históricamente la harina costaba entre 10 y 13 dólares. Hoy sale 20. Frente a eso se retocó el precio del pan, que hoy oscila entre los 80 y los 90 pesos”, explicó.
Durante la reunión del lunes pasado, que contó con representación de todas las provincias, entre las medidas que solicitó el sector se destacaron la creación de un registro de panaderías, una ley nacional que regule el rubro y la declaración de la emergencia económica.
Otro de los puntos que se plantearon en el encuentro fue que “la industria pandera está pasando por su peor momento de los últimos 15 años”.
«Perdimos la noción del desastre que van a dejar estos señores que nos gobiernan. Estamos con esperanzas de que esto termine pronto”, remató Di Cosco.
En ese sentido, las caídas en las ventas determinaron un sinfín de cierres. Muchos negocios tenían más de 50 años de trayectoria. En Rosario, durante el último año, bajaron las persianas 85 panaderías.
“La crisis afectó a todas las pequeñas y medianas empresas argentinas, y por supuesto también al ciudadano común», expresó el dirigente.
Y luego insistió en las variables que golpean a las panaderías: “Fundamentalmente el aumento de las tarifas, que fueron dolarizadas. Eso no sólo nos pega a las industrias sino también al consumidor. Eso hizo que la gente tenga menos plata en el bolsillo y así se cayó el consumo en nuestros mostradores”.
«Necesitamos urgente como pymes que reactiven el mercado interno, el acceso a créditos baratos, cese de los embargos de AFIP, aumento urgente a los jubilados y los trabajadores públicos y privados. Hay que inyectar urgente dinero en el mercado. No tenemos salida sin medidas de coyunturas rápidas y concretas para las pymes Argentinas”, cerró Di Cosco.